Hugo Cejas en la Liga Sampedrina: una buena gestión terminada por la condena de la Justicia y social
En 2016 llegó a la presidencia y dos años después renovó su cargo en una histórica elección siendo uno de los únicos de la historia en ganar un sufragio. Varias de sus promesas las cumplió, como organizar el fútbol femenino a través de un departamento cuyas dirigentes pidieron su salida una vez conocida su situación judicial.
Hugo Cejas presidió la Mesa Directiva de la Liga Deportiva Sampedrina (LDS) poco más de cinco años. Asumió en marzo de 2016 y renunció en agosto de 2021, luego de ser fue condenado en primera instancia por la Justicia por violencia de género contra su expareja. Aunque se resistió a dejar el cargo en el que construyó una buena gestión, aceptó a regañadientes la decisión de los demás dirigentes y los clubes que no querían que siga, pero se tomaron su tiempo para manifestárselo en medio de presiones sociales.
Históricamente la casa madre del deporte cambió sus presidentes por consenso previo a las asambleas. De sus 89 años Pascual Vitale gobernó 31 en diferentes períodos mientras que en más uno estuvieron Enrique Nieto de Torres, José Benito López y Carlos García. Este último lo hizo entre 2008 y 2016 cuando le dejó el lugar a Cejas y se convirtió en vicepresidente.
Desde el principio el expolicía dio su impronta a la gestión siendo una autoridad de fuerte carácter y firmes determinaciones, determinante para un cargo en el que, justamente, hay que tomar decisiones que no siempre conforman a todos. Muchas veces criticado por su manera de imponer directivas, ordenó el desarrollo de los torneos de fútbol y le quitó a los equipos el vicio de postergar partidos por cuestiones menores. Todos los fines de semana, a excepción de causas irreversibles, había partidos.
A principios de 2018 su continuidad en la LDS se puso en dudas porque García, su exvicepresidente, presentó su propia lista para la Asamblea General Ordinaria. Fueron semanas movidas para una entidad en la que rara vez hubo elecciones. Cejas, que meses atrás fomentó la afiliación de Náutico y Pescadores en su afán de lograr que la entidad no sea sólo de fútbol y desembarquen otros deportes, ganó 7 a 5 con el apoyo de ambos más América, Banfield, La Esperanza, General San Martín y Agricultores y estiró su mandato a 2020.
Esa temporada no fue fácil para el exentrenador y directivo de La Esperanza. Tras el Mundial de Rusia estalló un escándalo por la venta de tickets para partidos de Argentina y se divulgó uno a nombre de la LDS. Como referente, se expresó públicamente en los medios de comunicación y desligó a la entidad de la maniobra realizada por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) de Claudio Tapia. Una entrevista que brindo a Alejandro Fantino en radio La Red motivó que el Consejo Federal lo suspenda por un año para ejercer la presidencia y lo reemplazó Andrés Sánchez, aunque siguió yendo a la sesiones ordinarias porque tenía el apoyo de los clubes.
En su campaña para derrotar a García, Hugo Cejas hizo promesas que en su mayoría cumplió. Le quedaron pendientes eventos para que los clubes puedan recaudar como lo fue a principios de 2016 el Festival del Verano e instalar luz artificial en el Estadio Municipal con un grupo de trabajo que se iba a armar con intenciones de hacer rifas y eventos para recaudar fondos.
Las restantes, accedió: sostuvo el formato de juego de Primera A y B adoptado en 2018 y puesto en práctica en 2019; en su afán de fomentar la participación de clubes locales en el Torneo Regional Federal Amateur lo hicieron Paraná y Las Palmeras en 2018 y Mitre y Sportivo en 2019; y abrió las puertas de la LDS al fútbol femenino, atletismo, fisicoculturismo y pesca. Desde entonces, en el salón Pedro Barri se dejó de hablar sólo del deporte más popular y hubo espacio para otros, política que siguen sus excompañeros que con él de licencia gestionaron el Departamento de Básquet.
En 2020 la Liga Sampedrina sólo disputó una fecha del Torneo Preparación y la pelota se frenó por la pandemia de coronavirus. Antes, hubo 159 días de inactividad porque la temporada 2019 terminó en septiembre y generó malestar en los futbolistas. El nuevo parate forzado por el Covid-19 se hizo interminable y Cejas, que en marzo renovó su cargo dos años con gran apoyo de las entidades afiliadas, fue cauteloso para gestionar el regreso porque prefirió resguardar la salud de los protagonistas a sabiendas del costo político que significaría contagios masivos en un fútbol que no tiene dinero para tomar los recaudos del profesionalismo.
En todas sus gestiones la LDS acabó con superávit en su Balance. El del ejercicio 2020 fue de 107.926,20 pesos y el de 2019 de poco más de 50 mil, por mencionar los dos últimos de su presidencia. Como su antecesor, pregonó el orden administrativo con la personería jurídica actualizada y la insistencia a los clubes para que también la obtengan, aunque algunos todavía están en deuda.
El balón volvió a escena el 3 de abril de 2021 con Cejas todavía en la presidencia porque pidió licencia el día 13 luego de que La Opinión dio a conocer su situación con la Justicia. Hasta entonces, casi nadie del ambiente del fútbol sabía de su condena y muchos se sorprendieron. Todos coincidieron en que debía dejar el cargo, pero se conformaron con su salida a medias siendo optimistas de que no iba a regresar a excepción de que la Justicia se expida favorablemente sobre su apelación.
El Juzgado Correccional Nº 3 que conduce Luciana Díaz Bancalari lo condenó a seis meses de prisión de ejecución condicional, a control del Patronato de Liberados y hacer tratamiento psicológico en un Hospital público por dos hechos cometidos en 2017. El primero, el 18 de junio, fue en el domicilio que compartía con su pareja a la que la fiscalía probó que la “golpeó con sus puños” y la amenazó de muerte. El siguiente ocurrió en septiembre cuando la tomó por el cuello, la amedrentó y le aplicó un golpe de puño a la altura de la sien que le provocó un traumatismo en la región maxilar superior izquierda.
El lunes 23 de agosto Cejas fue a la sesión ordinaria, luego de que sus pares de la Mesa Directiva le recomendaron hacerlo tres días después para estar cara a cara con los presidente de los clubes, levantó su licencia y la presidió. Fue el principio del fin. Pudo haberse ido de la LDS por la puerta de atrás, la que da a calle Fray Cayetano Rodríguez, en silencio. Sin embargo, eligió la puerta grande, la de Bartolomé Mitre, y salió abucheado por una sociedad que repudió fuertemente lo que la Justicia probó y sentenció.
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