84 viviendas: David Castañares abandonó su casa y ahora quiere devolver la llave al intendente Salazar
El preadjudicatario no pudo resistir por su condición de discapacitado la situación en las que debía habitar la casa. Puso un cuidador y luego hizo la transacción con un matrimonio. "Así como me dieron la llave la voy a devolver".
A más de cinco meses de haber recibido la llave de manos de las autoridades municipales, este preadjudicatario sorteado con una de las 84 casas que debía construir y entregar terminadas la empresa cooperativa ALFA, abandonó el lugar.
“Fue hace varias semanas, había dejado a mi primo para que la cuide y le tenía que pagar”, dijo Castañares el miércoles por la noche a La Opinión. La noticia de la venta de su casa y de al menos otras dos, complica seriamente la situación que se vive en el barrio.
Hay unidades habitacionales al cuidado de terceras personas, otras tapiadas para no ser usurpadas y unas cuantas que están habitadas por los preadjudicatarios que han podido mejorarlas como para mudarse de manera definitiva. No hay conexiones de luz y cloacas y agua fueron instaladas por los propios vecinos.
"Quería hacerme algo para estar cerca de quienes me pueden ayudar. Pero, nada, nada. Después que le di la nota a ustedes me llamaron y me dijeron: ‘la vamos a hacer habitable. Te vamos a dar una mano"’, todo porque ustedes fueron a mi casa", señaló David y agregó: no aparecieron más pero no fue solamente conmigo; con todo el mundo hicieron lo mismo. Lo diferente es que yo no me puedo quedar ahí. Pero se robaron todo y no hay nada".
Como se sabe, Castañares se desplaza en silla de ruedas y necesitaba de asistencia permanente. Reconoce que todo lo que le fueron entregando está instalado en la casa y que tras recibir la advertencia del municipio resolvió hablar con el matrimonio que hoy ocupa la casa N° 8 para restituirles lo que le entregaron en el trato que sellaron y pedirles la llave.
Cuenta que ese acuerdo se concretó hace pocos días y que “es triste y es feo porque yo pasé muchas cosas; hambre, frío, los problemas de la luz”, además sufrió una infección en un pie. “No puedo lavarme con una jarra. Hace 23 años que me accidenté y ya no tengo ganas de lavarme con una jarra. Estuve tres meses así”.
“Yo la llave se la quiero entregar al intendente en mano. Así como nos llamaron el 31 de diciembre para darme la llave, para incentivar a que nosotros ocupáramos la casa -porque ellos lo incentivaron- una casa que no tenía aberturas”, relató Castañares a La Opinión en coincidencia con varios de los damnificados.
En otro tramo de la entrevista aclara: “no es que la vendí por una cuestión de negocio. No, no, no”. Advirtió que estaba en negociaciones con la pareja que ahora habita su vivienda para poder restituirla y en todo caso darle paso a quien esté en el primer lugar de los suplentes.
“Se la quiero dar a la llave en mano a Salazar y no se la quiero dar a Baraybar que no contesta el teléfono hace dos meses. Se la quiero dar al señor Salazar en mano”, repitió David.
También admitié que se han cerrado varios tratos como el suyo. Algunos a cambio de dinero, otros de vehículos pero que observaba que gente que no era preadjudicataria se iba acomodando en distintos lugares.
Durante el atardecer del miércoles, el matrimonio que ocupaba la vivienda de Castañares cargó sus cosas y dejó el lugar con rumbo incierto.
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