El día que un empresario dijo que en el puerto “hay un grupete que espanta a los que quieren invertir”
“Hay cuatro o cinco personajes que se creen dueños del puerto”, dijo en 2014 el dueño de una empresa que planificó cargas en San Pedro y sólo operó una vez. En esa oportunidad calificó de "pésima" la experiencia. Su versión de lo que ocurrió en aquel entonces cobra relevancia hoy, cuando la ciudad perdió el 60 % de su operatoria porque Baltic Shipping decidió llevar la fruta a Campana.
La decisión de la empresa rusa Baltic Shipping de dejar de operar en San Pedro y hacerlo desde el puerto de Campana, que pone en riesgo entre 150 y 200 puestos de trabajo, es materia de debate en una actividad económica que tiene un puñado de actores que se endilan responsabilidades entre sí, según la ocasión.
No es esta la primera vez que sucede. Como tampoco es la primera vez que una empresa que quiere trabajar en la terminal portuaria local desiste de su proyecto y se va. “Hay un grupete que espanta a los que quieren invertir”, dijo un empresario en 2014 a La Opinión. Su relato cobra relevancia en estos momentos.
Fue en septiembre de 2014. En aquel año, la empresa National Oil Trading S. A. (Notsa) firmó un "memorándum e entendimiento" para una inversión de alrededor de 50 millones de dólares para la creación en San Pedro del primer puerto de trasbordo del país. Otro de los megaproyectos truncos.
Mientras comenzaba la planificación para la construcción de su muelle, Notsa, empresa del grupo Atlansur, hizo su primera experiencia de trasbordo de harina de soja desde barcazas que llegaron dese Paraguay al buque que navegó con esa carga hasta Argelia. Hasta el gobernador Scioli vino el primer día de trabajo.
La experiencia fue calificada como "pésima" por el socio argentino de la empresa, Enrique Martínez, un armador con vasta trayectoria naviera, asociado con dos uruguayos, un venezolano y el holandés Jan Kok, con importante experiencia en puertos europeos.
Fue la primera y la única carga de Notsa. “Había hablado con los gremios para hacer la operación y decirles cómo era. Ellos dijeron que tenían experiencia en fruta y aseguraron un ritmo que no se dio; está bien, era la primera, la harina de soja es lo más complicado para hacer trasbordo porque se apelmaza. Ellos creían que era más sencillo y se equivocaron”, dijo Martínez en septiembre de 2014, dos meses después de la primera operatoria.
Fue durante una entrevista en exclusiva ante La Opinión. “Estaba dentro de las previsiones que el ritmo de carga fuera menor al previsto, 300 a 400 metros por hora estábamos bien, pero fuimos a 200”, explicó. No sólo el ritmo de carga hizo que los inversores vieran incrementados sus costos, sino también lo que para ellos fue una sorpresa: 16 empleados más de lo que habían pactado.
“La empresa de estiba comete un error, nosotros habíamos cerrado por 23 hombres y fueron 28; resultó que al final la empresa nos puso 39 hombres en el Maninur Cebi, a un ritmo de carga del 50 por ciento de lo pactado”, detalló el presidente de Notsa.
“Yo contrato a Estibaje San Pedro que coincidentemente es la agencia marítima, lo que es raro, es un círculo vicioso; con mi experiencia de puertos nunca vi una situación similar, donde sean los mismos”, sostuvo el empresario.
“Le dije que 39 hombres no me daban, vinieron los gremios, nos reunimos, les dije que los números no me cierran, que el ritmo no me servía, ellos dijeron que no podían, entonces les dije que cuando faltaba la mitad del trasbordo que si hacían 700 metros horas no había problemas en tener 39 hombres, si aumentaban el ritmo aceptaba”, relató. Sin embargo, no sucedió.
Consultado sobre si acaso el problema eran los gremios o los propios trabajadores, Martínez no dudó: “Ellos tienen ahí adentro muchachos bien predispuestos, pero hay cuatro o cinco mal aprendidos, que es una lástima. Les dije que habría trabajos durante 9 meses hasta que hagamos el puerto nuevo y que seguiría el trasbordo en el muelle público, pero hubo cuatro viejos carcamanes metiendo la cuchara, que decían que con los 5 meses de fruta le alcanzaba para vivir todo el año”.
“Con Estibaje San Pedro no trabajo más”, dijo en aquel momento, cuando decidió que dos buques se fueran a otro puerto: uno con fertilizante en roca para ser trasbordado a barcazas y enviado a Paraguay, que operó desde San Nicolás, y otro con maíz rumbo a un puerto transoceánico que hizo lo propio desde Rosario.
En aquel entonces, Martínez idjo que era necesario que "los muchachos de los gremios entiendan que hay que llegar a un acuerdo”. En esa nota, aseguró que en San Pedro "lo que un día se escribió con la mano al otro día se borró con el codo", que en el puerto "hay un grupete que espanta a los que quieren invertir". Nosotros somos grandes, con experiencia, uno de nosotros manejó diez años el puerto de Rotterdam (Jan Kok y que son "cuatro o cinco personajes que se creen dueños del puerto.