Pese a la ley “Alcohol 0”, hay conductores que manejan borrachos y luego lamentan las sanciones
A pesar de la implementación de la normativa desde comienzos de 2023, la alcoholemia es uno de los problemas que se vinculan con los accidentes de tránsito. El dilema persiste pese a los controles. La multa y la retención de la licencia de conducir son las herramientas con las que la sociedad se defiende.
En San Pedro, en lo que va del año, las infracciones de tránsito se aproximan a las 1.300 incautaciones de vehículos que, en algunos casos como la alcoholemia, también llevan a la “retención de la licencia de conducir”.
Cumplir con la ley 24.449 indica las obligaciones que tenemos al momento de conducir. Por ejemplo, no superar un test de alcoholemia.
“El etanol es un depresor del Sistema Nervioso Central”, señalan una y otra vez los expertos, que a la larga ha tenido dos aspectos contrapuestos cuando se lo traslada a la realidad de estos días.
Por un lado; lo positivo de la implementación del sistema “Alcohol 0” al volante; por el otro, que la toma de conciencia no ha sido la suficiente porque los casos continúan registrándose y sólo son detectables en los operativos de tránsito.
Para imaginar es cuántos más se suben a alguna moto, automóvil, camión, etc., con la imprudencia de haber bebido alcohol previamente.
Hacerlo implica que en unos pocos minutos la dosis, por pequeña que sea, llegará al cerebro. Y allí comienzan a surgir los efectos.
Hasta el 30 de septiembre último, en lo que va del año, se infraccionaron 160 automovilistas por ingesta de alcohol. No es poco pese a conocerse la prohibición.
En San Pedro los controles se suceden, sobre todo los fines de semana. La Dirección de Tránsito, junto a personal policial, establece el operativo que tiene como objetivo detectar incumplimiento a las normas de tránsito y, entre éstas, si el conductor está alcoholizado.
Cada lunes, en Mitre 1995, donde entre otras dependencias funcionan Tránsito y el Juzgado de Faltas, emerge un panorama que ya se podría aseverar que es “normal”: el movimiento de los infractores del fin de semana y el incremento del parque automotor incautado.
De aquí se desprende que muchos están relacionados con la alcoholemia, que en algunos casos entre viernes y sábado han llegado a una veintena.
La Ley de Alcohol Cero en la Provincia rige desde el 1 de enero de 2023. Pero, esto no quita que se necesita, además del control, la concientización para atenuar el consumo de quienes conducen y a su vez “establecer una reducción de daños”, porque un conductor alcoholizado es “peligroso al volante”.
¿Qué sucede con quienes infringen la ley? Primero se establece el tipo de graduación de alcohol en sangre, luego la retención de la licencia de conducir y el vehículo, y finalmente el desfile por el Juzgado de Faltas, que aplica la sanción.
Los valores son estipulados por el Gobierno de la Provincia para todos los municipios. Es contundente y no da lugar a libres interpretaciones de los jueces.
Hasta 0,49mg/l, la multa es de $ 522.144; de 0,50 a 0,99 mg/l, $ 652.044; y a partir de 1 mg/l, $ 1.301.544. El único atenuante es el “pago voluntario”, reduciendo estos montos a la mitad.
La licencia de conducir se retiene en el momento del operativo. En este caso, hasta 0,49 mg/l por tres meses; de 0,50 a 0,99 mg/l, seis meses; de 1 a 1,50 mg/l, 12 meses; y de 1,50 mg/l hacia arriba 18 meses. De igual manera para quien se niega al control: 18 meses sin licencia…, y sin poder circular.
Para retirar el rodado debe contarse con la documentación legal: tarjeta verde, seguro, título a nombre del titular o Formulario 08 firmado por el propietario anterior, que habilite su próxima transferencia.
Si esto no se reúne, no hay entrega. Así sucede por estos días con la misteriosa camioneta BMW.
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