Más incertidumbre que certezas a semanas de la Asamblea de la Liga Sampedrina, pero un candidato pica en punta
El actual vicepresidente, Andrés Sánchez, se alejará de la Mesa Directiva y el oficialismo todavía no definió si buscará la continuidad. Carlos García busca el apoyo del Gobierno local para volver al trono, que también tiene intenciones de recuperar Hugo Cejas.
La principal actividad de cada año para la Liga Sampedrina, a principios de marzo, es la Asamblea General Ordinaria, que tiene más relevancia cada vez que se debe renovar la Mesa Directiva. La compleja situación que atravesó la entidad el año pasado que decantó la renuncia de Hugo Cejas a la presidencia hace que la asamblea por realizar tenga mayor preponderancia tanto para los dirigentes como para los clubes que son los que tendrán que elegir en caso de que haya más de una propuesta.
Al 28 de enero, cuando todavía no hay fecha cierta para la reunión en el salón Pedro Barri y después del primer encuentro de delegados el lunes pasado, hay más incertidumbre que certezas. De la actual Mesa Directiva el vicepresidente y máxima autoridad tras la salida de Cejas, Andrés Sánchez, tiene decidido no seguir ejerciendo ninguna función.
El resto, el tesorero, Carlos Jaime, y el pro, Diego Mastaglio, todavía no tomaron partida de la situación y en caso de ir por la continuidad saben que deben incorporar personas a su grupo de trabajo. Incluso, Jaime, quien desde hace una década dedica tiempo de su vida al fútbol sampedrino, tampoco tiene intenciones de ser presidente.

Quien quiere volver al cargo que tuvo entre 2008 y 2016 es Carlos García, actual director Automotores de la Municipalidad. García busca el apoyo del Gobierno local y, sobre todo, de la Dirección de Deportes que conduce Mariano Arnal, aunque en el área no quieren vincularse con ningún potencial candidato y sí “sumar” pero no “dividir”.
Cejas también tiene en su cabeza volver a ser presidente y mantuvo charlas informales con dirigentes de la actual conducción, que son los que lo acompañaron en su mandato y, también, le pidieron que renuncie cuando estalló su caso por violencia de género. A uno de ellos les habría pedido que sea parte de su grupo, pero no tuvo respuesta positiva.
A poco más de un mes de la Asamblea General Ordinaria, García, por su idea, es el que pica en punta para ser presidente de la LDS, pero sin demasiada ventaja por sobre el resto u otros candidatos que puedan surgir. En los pasillos, no son pocos los que coinciden, desde adentro y afuera de la LDS, en que se necesita “gente nueva y joven” para conducir la institución e, incluso, ponerla a tono con los tiempos que corren más allá de lo deportivo y dirigencial.
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