Liberaron a Daniel Aragón, el violento que torturaba a su esposa, quien estuvo desaparecida más de 36 horas
Pasados los ocho meses desde que le dictaron prisión preventiva, el Juzgado de Garantías interviniente le otorgó la libertad "por cuestiones de salud", mientras espera el juicio. No se puede acercar a su expareja, en cuyo entorno esperan garantías de seguridad.
"Cuestiones de salud", argumentó el Juzgado de Garantías para otorgar la libertad a Daniel Aragón tras ocho meses en prisión preventiva acusado de golpear, torturar y mantener encerrada a su pareja, madre de sus hijos, con quien convivía en la zona rural de ruta 1001.
La esposa de Aragón había logrado huir de los maltratos y estuvo 36 horas desaparecida, escondida entre matorrales a la vera de un camino rural cercano al campo en el que eran cuidadores, cerca de Maxiconsumo.
Cuando la policía la encontró, gracias al trabajo de los perros de Bomberos, estaba aterrada y deshidratada, con signos de violencia. Se había escapado de la casa tras discutir con Aragón porque él le descubrió un celular, aparato que le había prohibido utilizar.
Aragón la golpeaba, le impedía hablar con la gente, salir de la casa sin él y hasta le ponía energía eléctrica a las puertas cuando él se retiraba para que ella no saliera. También fue denunciado por otros sometimientos irreproducibles.
Sin embargo, a ocho meses de su detención, plazo tras el que su defensa particular estaba en condiciones de pedir su excarcelación, el Juzgado hizo lugar y lo liberó por "cuestiones de salud", a la espera del juicio en el que se ventilará el caso y, de no mediar circunstancias extrañas, el violento será condenado.

Aragón está en libertad y debe cumplir una serie de requisitos para continuar fuera de la cárcel mientras espera la fecha del juicio. Sin embargo, en el entorno de la víctima hay preocupación porque las amenazas contra ella siguieron mientras él estaba preso.
La Subsecretaría de Género tomó intervención en el caso para garantizar que haya una restricción perimetral que le impida el acercamiento al violento y procurar las condiciones de seguridad para que ella pueda continuar con su vida sin sobresaltos, tanto en su domicilio como en su trabajo.
Daniel Aragón era conocido por su rol como conductor de programas de radio de música tropical. Vendía leña y era cuidador del campo donde convivía con la víctima y sus hijos. Cuando ella se escapó y no volvía, radicó la denuncia que derivó en la búsqueda.
Allegados declararon los padecimientos a los que la sometía, por lo que lo detuvieron antes de que la encontraran. Cuando ella prestó testimonio, relató los salvajes tormentos a los que era sometida por él.
Aragón está imputado de los delitos de lesiones, coacción, amenazas y por privar a su pareja de la libertad en los términos de "sustraer, retener u ocultar a una persona con el fin de obligar a la víctima o a un tercero a hacer o no hacer o tolerar algo contra su voluntad", que se agrava por el vínculo conviviente.
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