La fábrica de bolsas de Río Tala no está habilitada
La empresa de la familia Saladino, que esta semana fue noticia por el reclamo de salarios atrasados y malas condiciones laborales por parte de sus empleados, carece de habilitación municipal. En octubre pasado comenzaron el trámite, pero nunca lo terminaron. Hace más de un año que funciona como recicladora de plásticos para la fabricación de bolsas de residuos en la explanta de Marítima Heinlein.
La planta recicladora de plásticos para la fabricación de bolsas de residuos que la familia Saladino montó en la ex Marítima Heinlein en Río Tala no está habilitada. Así lo confirmaron desde la Municipalidad, donde en octubre pasado iniciaron el trámite pero nunca lo terminaron, a pesar de que fueron notificados.
"Tiene inicio de trámite” de habilitación, contaron fuentes del Gobierno. "Está en análisis y, probablemente, si cumple con los requisitos de ley, sea habilitada. En principio no habría impedimentos, aunque luego de lo que pasó hay que ver algunos aspectos en detalle", agregaron.
Su titular se llama Axel Federico Saladino, quien por su número de DNI debe tener alrededor de 20 años. En diciembre de 2017 se inscribió en AFIP como responsable inscripto. Su actividad principal es la fabricación de envases plásticos en el km 150 de la exruta 9, en Río Tala, en una planta que supo ser sede de la empresa de alimentos congelados Marítima Heinlein.
Aunque su nombre aparece como el responsable, el que maneja los hilos es su padre, Néstor José Saladino, que se inscribió en AFIP en 1995 y su actividad principal es el servicio de transporte automotor de cargas. El martes, él encabezó la audiencia de más de ocho horas con la CGT regional, que terminó con un acuerdo de pago para los trabajadores.
La fábrica fue noticia esta semana por el reclamo de los trabajadores, que pararon la producción ante la falta de pago de sus salarios y para denunciar las malas condiciones laborales, que incluían la contratación irregular de extranjeros oriundos de Venezuela, que llegaron al país directo para trabajar en la empresa.
En la fábrica trabajaban 12 horas de corrido, con media hora de descanso para comer, sin horas extras, en “negro”, sin guantes ni cascos ni otro elemento protector. Los cinco procesos de producción de la fábrica implican el contacto permanente con desechos al menos domiciliarios.
Con un “encargado” que trajeron de Buenos Aires, un conocido expolicía colaborador, un puñado de mujeres en el área de confección y dos grupos de trabajadores por turno de 12 horas cada uno, la producción está en marcha desde hace más de un año, pero sin habilitación.
Además, el lunes había seis jóvenes oriundos de la ciudad de El Dorado, provincia de Misiones, que llegaron para hacer una serie de tareas vinculadas a la fábrica y que dormía en las instalaciones de la planta, en pésimas condiciones de habitabiliad.