Jorge Arpía: “Yo vengo aguantando hace seis años”
Tras recibir el alta luego de permanecer internado por las heridas que sufrió, el imputado por arrojar una molotov a la casa de su sobrino, que vive pegado a la de él, dialogó con Radio Cuarentena. Aseguró que la Municipalidad intimó varias veces a su vecino para que deje de construir y nunca lo hizo. Desde entonces, no cesan las fiestas y los ruidos molestos, denunció.
Uno de los hechos policiales más relevantes de la Navidad fue el que ocurrió en avenida España al 700, frente al club de Pescadores, cuando un grupo que participaba de una fiesta en una vivienda recibió una molotov por parte del vecino, familiar del organizador del evento, lo que le provocó al imputado una serie de heridas que obligaron a trasladarlo al Hospital.
Ya de alta, Jorge Arpía recibió al móvil de Radio Cuarentena en su casa y aseguró que reaccionó así porque viene “aguantando hace seis años” situaciones similares con su sobrino.
“Siempre hubo problemas, hacen fiestas clandestinas, antes lo hacían arriba, en la casa paterna, y cuando edificaron acá abajo, peor”, señaló.
Sobre el hecho del sábado por la madrugada, dijo que “la fiesta empezó doce y pico de la noche, con cuetes, bombas, griterío y música” y que alrededor de las 2.00 les pidió que bajaran la música.
“Me dijeron que estaban de fiesta, me insultaron, me tiraban piedras, y yo en ese momento, no sé en qué momento estaba, pero tuve que reaccionar, no aguantaba más, estoy cansado”, dijo.
“Yo llamé a la policía, uno no me quiso atender, eran como la 1.30, después sí aparecieron, pero ya hacía una hora que había llamado, me dio un número a la disparada y me cortó, volví a llamar, me atendió un poquito más, me dijo que me había dado un número, se lo pedí más pausadamente, llamé, me atendió una chica muy amablemente pero acá no vino nadie, hasta que después subí, me empezaron a insultar y bueno, después ya pasó todo”, relató.
Arpía reveló que cuando su sobrino tomó esa porción de terreno fiscal que formaba parte del que ocupó históricamente su abuela y luego su padre, él lo denunció en la Municipalidad, ante Obras Públicas.
“Mario Borda (inspector de Obras Públicas) vino varias veces, les dejó notas, verificó todo, pero ellos construían a la tarde y de noche, en un día armaron la casilla y después siguieron construyendo, Mario seguía viniendo pero no le daban bolilla, no sé qué pasaba, quién estaba arriba que Mario dejó de venir”, señaló.
“Esos terrenos son de mi abuela y luego pasaron a mi padre. Acá no hay escrituras y cuando entró el señor Cecilio Salazar dijo acá no se construye más nada”, aseguró Jorge Arpía.
El vecino contó que está esperando “desde La Plata” que lleguen los planos para gestionar la escritura ante la Oficina de Escrituraciones municipal.
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