Guardería Náutica: tras el pedido de desalojo, habló Mario Asturi, el dueño del complejo que le cedió Luz y Fuerza
Alberga unas 300 embarcaciones y explicó paso a paso cómo generó la inversión en la que recordó que el actual presidente del consorcio participó como abogado del gremio. Aún no se sabe por qué, Provincia y Municipalidad aceptaron la devolución de la concesión en la que violaron la ordenanza de concesión.
La ordenanza por la que el Municipio y la provincia cedieron a la Federación de Luz y Fuerza, la explotación del predio de Playa Mansa durante 30 años, era clara. Contemplaba fuertes inversiones y prohibía expresamente sub concesiones o arrendamientos.
En el sector municipal sólo dejaron algunas parrillas y un quincho, porque las cabañas son de un inversor privado. Alberto Peyrot tramita hoy en la justicia la restitución de una inversión.
En el otro extremo, el predio que pertenece al puerto, se teje otra demanda, Esta vez por la cesión que el gremio firmó con Mario Asturi para la construcción de una guardería náutica que fue exhibida una y otra vez como justificación de un dinero en inversiones que nunca llegó. Tur Lyfe, apenas dejó el restaurante, la proveeduría, los sanitarios y las parrillas.
Rita Asturi primero y su padre Mario después, rompieron el silencio el sábado a la mañana cuando relataron y recordaron los pasos que dieron para concretar una inversión millonaria en un sector que “no existía”, porque sólo era un bañado cuando emprendieron la tarea de rellenarlo y cavar las 400 zapatas sobre las que se asiente el gigante galpón y las grúas de la guardería.
“Carlos Casini era el abogado de Luz y Fuerza”, indicaron respecto al rol que ahora le compete al abogado como Presidente del Consorcio de Gestión que ahora tiene que litigar con el desalojo o mediar para acordar de qué modo puede continuar la explotación de un emprendimiento que según su propietario aún no logró recuperar la inversión inicial.
Asturi reconoció además que no hubo estudio de impacto ambiental cuando se trabajó sobre la costa y que la ubicación es óptima para quienes confían sus embarcaciones y viven en la región centro del territorio bonaerense.
“Era un contrato leonino”, dijo Rita Asturi a la hora de describir las cláusulas que no podían violar y los hacían pasibles de una restitución total a Tur Lyfe. Contó que pasaron momentos muy duros y que este proyecto los trajo a vivir a San Pedro tras vender la empresa que tenían en Buenos Aires.
Por su parte, Mario Asturi consignó que le hicieron construir “hasta una confitería” que está lista para funcionar y que nunca inauguraron. Esa era una de las inversiones que se habían comprometido cuando se sancionó la ordenanza que le permitió a la Federación de Luz y Fuerza recaudar durante 30 años en uno de los predios más atractivos de la costa sampedrina.
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