El Gobierno confirmó el cierre del Centro Cultural Abelardo Castillo
Un comunicado difundido este lunes confirmó lo que La Opinión & Sin Galera adelantaron el sábado: sin renovación de alquiler, el espacio cultural inaugurado en 2019 y que homenajeaba a uno de los máximos próceres de la cultura local cerró definitivamente.
Un escueto comunicado del Gobierno de Cecilio Salazar confirmó el "cierre del Centro Cultural Abelardo Castillo" tras resolver "no renovar el alquiler" del edificio donde funcionó el histórico Cine Plaza, propiedad de la familia Hainez.
"La decisión se ha tomado con gran tristeza, ante la compleja situación económica que es de dominio público", dice el texto remitido por el área de prensa.
Es decir que para el intendente Cecilio Salazar; el secretario de Cultura, Turismo, Deporte y Educación Mariano Arnal; y para el director de Cultura, David Kurlat, sin plata no hay Centro Cultural posible.
El Municipio informó que las actividades que albergaba el Abelardo Castillo, inaugurado en 2019 por el intendente Salazar junto a la viuda del magistral escritor, la también escritora Sylvia Iparraguirre, "se han redistribuido, fortaleciendo otros espacios culturales abiertos al público".
En lo que va del año, la gestión de Arnal y Kurlat ya se desprendió de otro espacio cultural: la sala El Cuadrilátero fue entregada al Conservatorio de Música Carlos Guastavino tras años sin actividades.
Al menos queda el Siripo, donde el viernes un psicólogo social presentará un unipersonal con una "charla enfocada en las emociones y pensamientos" por 3 mil pesos la entrada.
El Centro Cultural Abelardo Castillo fue inaugurado en el edificio del viejo cine Plaza casi como una réplica del proyecto que alguna vez elevó junto a otros artistas el recordado José Cuscuela, en plena crisis de 2001, cuando el Gobierno de Barbieri cerró la Dirección de Cultura.
Desde su apertura, ese centro cultural careció de programación anual y este 2024, como los años precedentes, tampoco estaba claro qué actividades tendría o se propondrían, algo que, por cierto, también sucede en el resto de los espacios culturales de gestión pública de la ciudad.
Ahora, sin edificio porque por problemas económicos el Gobierno decidió no renovar el contrato de alquiler, la decisión, según dice con claridad el comunicado difundido, es cerrar el Abelardo Castillo.
Ningua idea de traslado o de funcionamiento en otro lugar: cierre definitivo.
Desde hace unos meses, el centro cultural estaba "en refacción", según un cartel mal dispuesto en su puerta principal. La "refacción" o, mejor, las refacciones, nunca llegaron.
Ni siquiera barrían la tierra que se juntaba en el acceso o sacaban las telas de arañas. Tampoco se ocupaban de apagar las luces por cuyo consumo deberá pagar el Estado municipal.
Hace un mes, el secretario Mariano Arnal dijo que estaba "cerrado en reparación" y que el personal había sido reubicado.
"Cuando asumimos nos encontramos que no estaba en condiciones para la apertura o seguir prestándolo a los talleristas", dijo respecto de las actividades que consideraba propias del espacio.
"Adentro no quedó nada", dijo en ese momento, cuando en Sin Galera se lo consultó sobre dónde estaban las obras de arte, los libros de la biblioteca y otros elementos que eran parte de la colección del Centro Cultural Abelardo Castillo. Informó que estaban en la Casona de Turismo, "al lado del Siripo" y otros sitios municipales.
"El Centro Cultural tiene filtraciones en los techos, porque hay unas canaletas internas picadas, y hay que cambiar las chapas. Eso produjo problemas eléctricos, también", había dicho sobre las refacciones que debían encarar.
El viernes por la tarde, cuatro personas a bordo de una camioneta municipal llegaron al edificio para retirar lo poco que quedaba de propiedad del Estado en el Abelardo Castillo.
Fue en ese marco que destrozaron el gabinete del motor de un aire acondicionado que se destruyó contra la vereda tras caerse del techo, de donde lo bajaban los municipales.
La última actividad del Centro Cultural que llevaba el nombre de uno de los artistas más importantes que dio este suelo —aunque Abelardo no nació en San Pedro siempre se revindicó sampedrino y puso en sus relatos espacios y personajes de la ciudad— fue un Pesebre Viviente "organizado por el Centro Carismático Cristo Rey y la Iglesia Jesucristo es la Respuesta, con el auspicio de la Municipalidad de San Pedro".
"Albergará espectáculos musicales, teatrales, muestras, exposiciones, talleres y todas las actividades artísticas que se impulsen desde el Municipio o que acompañe en asociación con emprendedores culturales que eleven propuestas a desarrollar en ese espacio", dijeron en la inauguración.
En ese momento, convocaron a la comunidad a "que se empiecen a adueñar de ese espacio para llenarlo de contenido". Nunca pudo ser. Ya no será.
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