Deportes electrónicos en Argentina: la situación de un sector que no cesa de crecer
Los deportes electrónicos facturan cerca de 950 millones de dólares en el mundo, y su crecimiento es exponencial. Se espera que para 2023, la cifra sea de cerca de 1,600 millones. China y EE. UU. son los principales mercados para esta industria, pero América Latina se posiciona como uno de los de mayor potencial en los próximos años.
El 1 de diciembre arrancó la Final de las competencias de deportes electrónicos de los Juegos Bonaerenses virtuales 2020, en la que habrá representación sampedrina y que se jugará hasta día 15. Las escuadras procedentes de distintos puntos de la provincia se batirán en duelo en las categorías de Clash Royale, Fortnite, League of Legends y Free Fire, los distintos videojuegos en los que se compite.
El hecho de que los deportes electrónicos se incluyan con un apartado propio (junto a Cultura Adultos Mayores, Cultura para Personas con Discapacidad y Cultura Juveniles) en los Juegos Bonaerenses es una muestra más de la popularidad que están alcanzando las competiciones de videojuegos.
Conocidos como esports por su nombre en inglés (electronic sports), este fenómeno ha sabido aprovechar dos avances tecnológicos que han logrado situar los campeonatos de videojuegos prácticamente al mismo nivel de profesionalidad y desarrollo que los de deportes tradicionales como el fútbol o el baloncesto. Las competencias de videojuegos se vienen desarrollando desde los años 80, pero gracias a la expansión de internet, que permite conectar a la gente y, por lo tanto, que se puedan enfrentar personas de diferentes lugares, se ha producido un salto de nivel. La posibilidad de jugar en línea también ha sido responsable del éxito de otras formas de ocio como el casino online, pero ha habido otro factor más determinante en la alta popularidad y expansión de los deportes electrónicos: el streaming.
La posibilidad de retransmitir en línea las partidas de videojuegos, a través, sobre todo, de la plataforma Twitch, ha permitido que se creen distintas figuras. Ya no solo hay competidores, también hay un público que les sigue y anima. La audiencia de los esports se mide por millones y sigue aumentando: según la empresa analista Newzoo, se espera un aumento interanual del 11,7% en 2020.
Todo ese público que ya tienen y todo el que pueden tener los deportes electrónicos, supone un gran atractivo para las empresas. La mayor parte del dinero que generan los deportes electrónicos proviene de los patrocinios y la publicidad. Este interés, cada vez mayor, ha permitido que los torneos que se organizan sean más profesionales, ofrezcan mayores premios y atraigan a más gente en todo el mundo.
Pese a que, para algunos, en realidad, los esports son un juego mental, como el ajedrez, su organización sigue los parámetros de, por ejemplo, el fútbol: existen ligas de diferentes categorías, torneos regionales, nacionales e internacionales, se forman equipos en los que militan auténticos ‘cracks’ que todos quieren fichar, hay comunidades de aficionados, y no solo existen estrellas mundiales entre los jugadores de videojuegos (gamers), sino también entre quienes se dedican a retransmitir estas partidas (streamers).
En Estados Unidos incluso se están construyendo estadios exclusivamente para albergar al público de los esports. Los grandes eventos se celebran de manera presencial, con un gran número de aficionados que pagan su boleto por poder ver en vivo cómo juegan y se enfrentan los mejores del mundo.
En Argentina, este interés es más reciente, pero se trata de un mercado que crece muy rápido y es cada vez más estructurado y profesional. En 2017, se creó el DEVA, la Asociación de Deportes Electrónicos y Videojuegos de Argentina, cuyo fin es promocionar y desarrollar los deportes electrónicos en el país, ofreciendo asesoramiento a los jugadores, apostando por la investigación y la innovación, y promoviendo la unión entre la comunidad gamer argentina. Esta comunidad incluye a jugadores, aficionados, promotores o desarrolladores de videojuegos.
El fenómeno de los esports ha llamado también la atención de grandes estrellas del deporte tradicional, interesadas en invertir en este mundo y ayudar a desarrollarlo. Hay ya varios casos entre los deportistas argentinos, como los de los ex jugadores de tenis y básquetbol Guillermo Coria y Fabricio Oberto, que tienen sendos equipos de esports (New Pampas y New Indians GG, respectivamente), o el técnico de la Sub-20 Pablo Aimar, que invirtió en una compañía española.
Uno de los más interesados en este mundo de los deportes electrónicos es Sergio Agüero. El Kun lanzó el proyecto KRÜ, con sedes en Argentina y Barcelona, destinado a encontrar y promocionar talento argentino en el mundo de los esports. Un mundo donde América Latina se hace más visible, con más de 260 millones de usuarios en distintas plataformas y un incremento previsto para este año de un 10% más de ingresos.
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