Barco varado: las consecuencias para el Puerto San Pedro son graves y se cancelan operatorias
Los daños económicos y la imposibilidad de cumplir con las cargas comprometidas para la terminal fluvial ponen en dudas el plazo de inactividad y la inversión que hace falta para recuperar el canal de acceso que dragó Jan de Nul, la empresa que provocó debate en la licitación de la hidrovía. Casini viajó para gestionar una solución de emergencia.
Desde el viernes el silencio de los operadores portuarios provoca mucho ruido. Las posibilidades de operar durante esta temporada con los buques comprometidos se reducen, por el momento, a cero.
Esa es la conclusión a la que arriban los armadores que tenían previstas operaciones pactadas con el Consorcio de Gestión del Puerto de San Pedro que, en definitiva, pertenece a la Provincia de Buenos Aires.
A cinco días de “la tragedia natural" que en conferencia de prensa confirmó el presidente del organismo, Carlos Casini, no hay en el horizonte una solución para el problema actual y mucho menos para ofrecer una salida a futuro.
“Si no se hace un salvataje, el puerto no funciona más”, dijo Casini el día en que explicaron la situación.
El Yasa Tokyo llevaba 33 mil toneladas de trigo que cargó desde su propio establecimiento la firma Grobocopatel Hermanos.
Desde el mismo momento en que soltó su última amarra, las cinco bodegas en las que almacena el cereal “ya fueron exportadas”, explicó un especialista en derecho portuario y por ende hay que apelar a los seguros para sopesar la reparación económica y conocer cuál será el reclamo al Consorcio de Gestión y al Gobierno de la Provincia de Buenos Aires.
En la consulta que formuló La Opinión, llama la atención que aún no haya información precisa sobre la modalidad que debe emplearse si se quiere liberar el barco. La empresa Grobocopatel Hnos. no formula declaraciones.
El único modo es el empleo de barcazas, que cargan alrededor de 3000 toneladas cada, una y su posterior descarga en el muelle; la otra alternativa es un dragado de emergencia. El domingo con ayuda de tres remolcadores apenas lograron volver a amarrarlo.
Este miércoles Casini viajó para gestionar “si podemos encarar una obra de dragado grande, para la que obviamente no tenemos los fondos, a ver si la podemos hacer que salga el buque, pero lo más importante es normalizar la operatoria del puerto, que puedan seguir operando”.
“Hay que hacer una obra de dragado y la plata no está y hay que conseguirla. Por supuesto, también pretendo que los capitales privados colaboren”, dijo Casini a La Opinión.
El funcionario también indicó que hay que tener en cuenta la dimensión que tuvo la variación de la profundidad porque no tienen antecedentes en la historia del puerto.
“Hay que dragar o dragar”, indican quienes evalúan el importe que por día implica un buque amarrado al muelle: entre 25 mil y 30 mil dólares por jornada sin contemplar la actividad de camiones, combustible, personal, acopio, administración y otras tareas vinculadas que incluyen mantener la tripulación afectada.
También hay preocupación para quienes en agosto tenían pensado arrancar nuevamente con la exportación de legumbres.
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