Valentín Rossi, único palista medallista olímpico, contó por qué dejó de remar y anunció que vuelve: “Fue un conjunto de cosas”
El joven brindó una entrevista a Full Canotaje en la que contó por primera vez los motivos por los que antes de la pandemia de coronavirus abandonó el deporte luego de dos años, 2018 y 2019, en los que se subió al podio en los Juegos Olímpicos de la Juventud en Buenos Aires y se destacó en el Mundial para juniors en Rumania y se posicionó como la mayor promesa nacional. Al mismo tiempo, contó que se volverá a subir al bote y que en 2021 estudiará y entrenará en Rosario.
En Argentina es sumamente complicado y cuesta arriba ser deportista de elite en disciplinas amateurs como el canotaje. Muchas jóvenes promesas quedan en el camino porque al momento de elegir su camino para transitar el futuro, deben priorizar el estudio porque el ser un atleta y representar al país en eventos internacionales lo dejará "huérfano" una vez retirado. Más allá de que con el Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard) se dieron varios pasos adelante, el país todavía carece de una política en la que la persona que elige desarrollarse como atleta y su actividad no es remunerada, pueda sustentarse económicamente al abandonarla.
El proyecto de los Juegos Olímpicos de la Juventud Buenos Aires 2018 fue magnificó porque desde cuatro años antes se reclutaron jóvenes de todo el territorio para ser seleccionar los mejores y que sean parte de la delegación nacional. Sin embargo, cuando se apagaron las luces muchos chicos dejaron de tener el mismo apoyo y algunos, entre ellos medallistas, abandonaron el deporte en el corto o largo plazo.
Uno de los caso de Valentín Rossi, el sampedrino que fue tercero en velocidad en Puerto Madero y emocionó a toda la ciudad. Ese 13 de octubre de 2018 se convirtió en el único palista argentino en subirse al podio en un evento olímpico y fue gracias al empeño que puso para llegar hasta ahí con el apoyo de su familia y Náutico, el club que lo acobijó y del que dejó la bandera bien en alto cada vez que fue representarlo en campeonatos nacionales y internacionales. Su permanencia en la elite junior la confirmó en 2019 en el Mundial de Rumania donde fue quinto en los 1000 y 500 metros. Meses después, descolló en el Argentino de Velocidad y ayudó al Celeste a recuperar el título en el que fue su último torneo importante antes de, a los 18 años, decidir dejar de remar casi en simultáneo con la llegada de la pandemia de coronavirus.
Semanas atrás el joven contó a La Opinión que tenía previsto retomar el canotaje en 2021 al mismo tiempo en que la carrera de licenciado en nutrición en Rosario. El miércoles pasado, en tanto, brindó una entrevista en vivo por Instagram al medio de comunicación Full Canotaje de Chile en la que contó porqué dejó y, a su vez, anunció que volverá a hacerlo en el corto plazo: "Fue un conjunto de cosas y de un año bastante duro a nivel concentraciones y a nivel apoyo".
Además, detalló: "Para la Juegos Olímpicos de la Juventud nos apoyaron en todo y después quedó todo en manos de la Federación Argentina. El Enard me apoyaba y para el Mundial me pagaron el viaje. Después empezamos a entrenar en Rosario con Manuel Zamboni que fue muy exigente porque es un buen entrenador y era parecido a lo que veníamos haciendo. En un mes llegamos a hacer 500 kilómetros que es bastante y no sentí tanto apoyo de la parte de la alimentación que teníamos que pagarnos nosotros la comida: desayuno y merienda nos comprábamos nosotros y almuerzo y cena lo pagábamos. También teníamos que llevar nuestros botes y demás, esas cosas no fueron exactamente el motivo, pero me fueron desgastando".
En su relato, Valentín reiteró que fue "un conjunto de cosas" lo que lo llevó a tomar esa decisión y explicó cómo fue su agitado 2019: "Yo venía cansado de un 2018 en el que tuve solo tres semanas de descanso y después arranqué para el nuevo ciclo. Entrené un montón para el Mundial y me preparé lo mejor que pude para estar en un buen nivel. Esperaba un poco más, pero se dio el quinto puesto en los 1000 y 500. Apenas me bajé del avión fui al club y entrené, a la semana me fui a Bariloche de viaje de egresados, volví y empecé a entrenar de vuelta para el Argentino de Velocidad donde corrí como veinte regatas y eso también me desgastó un poco. A la vuelta descanse una semana y me puse a entrenar para una regata de medio fondo que no me fue tan bien y ahí la cabeza me pidió que pare. Decidí tomarme el 2019 para estudiar y hacer cosas".
Sin la pala, en cuarentena Rossi trabaja en un taller mecánico en el que disfruta su gusto por los motores y tiene previsto volver a remar en la presente semana para, de a poco, volver a ponerse a tono con el deporte. "Esto de la pandemia me viene bien porque el año que viene voy a arrancar de vuelta a estudiar y voy a poder entrenar en el mismo club de la Selección Argentina", cerró.
Su caso es uno de los tantos jóvenes deportistas a los que su propio país los desampara en sus sueños de crecer en una disciplina y se les hace todo cuesta arriba. Que Valentín Rossi vuelva a remar, es decir a hacer lo que le gusta, es un triunfo personal y significante para San Pedro y Náutico que recuperaron, más allá de sus condiciones como atleta, un chico.