Sigue la polémica por la parrilla y el olor a chinchulín en el edificio Mitre: qué dicen el cantinero y los vecinos
Mientras el titular del comercio asegura que la parrilla de la discordia será removida por disposición de Bomberos de San Nicolás, un grupo de vecinos mantiene su reclamo ante las autoridades municipales y la Comisión Directiva del club por "el humo y olor a chinchulín en pleno centro".
La polémica por la parrilla de la cantina del club Mitre, instalada afuera del salón y prácticamente en la vereda, no cesa. Mientras el cantinero defiende su "derecho a trabajar", los vecinos mantienen su reclamo de “buena convivencia” y esperan respuestas de las autoridades.
Por su parte, el titular de la cantina asegura que tiene la habilitación comercial municipal y que para la extensión de la parrilla sólo le resta el visto bueno de Bomberos de San Nicolás, que ya le hizo observaciones y debe pasar a confirmar las modificaciones ordenadas.
El cantinero aseguró a La Opinión que "la parrilla se va de ahí".
Es decir que la sacaría de la zona desde donde su chimenea genera el humo que molesta a al menos un grupo de vecinos del edificio ubicado sobre la sede céntrica del club Mitre, en Salta y Ruiz Moreno, lo que, de ocurrir, podría resolver el entuerto, aunque en la cantina creen que "siempre habrá alguna queja por algo".

Los vecinos que reclaman por "el humo y el olor a chinchulín" mantuvieron reuniones con funcionarios del Gobierno municipal y con las autoridades de la Comisión Directiva de Mitre. "¿El club no se atreve a apelar al sentido común y poner orden en su propio local?", se preguntaron.
"Agotamos todas las instancias y nos sentimos desamparados", aseguraron los vecinos.
En un carta enviada a La Opinión, los vecinos que reclaman por el humo aseguran que "es insoportable, desde las 7 de la tarde, viernes y sábados; domingos, desde las 9 de la mañana; y en verano suma días de semana".

Tras la polémica en redes sociales, donde hubo voces a favor y en contra de su reclamo, los vecinos señalaron: "Quizás para la mayoría resulte un problema menor o 'de chetos', incluso se banaliza el olor, pero quiero comentarles que, entre otras cosas, tenemos vecinos con discapacidad cuya única salida es tomar algo de aire en su balcón y ya no lo pueden hacer".
Entre los comentarios en redes aparece un latiguillo que el propio cantinero hizo propio: "Dejen trabajar".
El responsable de la cantina señaló que son "seis personas las que viven" del comercio y que "están preocupados por el futuro" laboral tras la polémica desatada.

"No es nuestro deseo que nadie pierda un puesto de trabajo. De hecho, este comercio siempre funcionó con normalidad sin molestar a nadie, haciendo otro tipo de comidas en su cocina", indicaron, por su parte, los vecinos que reclaman.
Relataron que cuando comenzaron gestiones para intentar resolver el problema, "distintos funcionarios de Obras Públicas, Comercio, Defensa Civil, Fiscalización, etc." les dijeron que "era inadmisible" la situación y que esa parrilla estaba "fuera de regla".

"Hoy, meses después, luego de enviar varias notas y denuncias que nunca tuvieron curso, nos responden que ya hicieron todo desde su áreas, cuando en privado nos comentan que tienen las herramientas para hacerlo, pero es 'antipático' o no los dejan", denunciaron.
En ese marco, tras asegurar que una de las personas que trabaja en el lugar sería empleado municipal, se preguntaron: "¿Qué pasó en el medio? ¿Amiguismo? ¿Bajada de línea? Si las áreas que se encargan del ordenamiento y control urbano, comercio, defensa civil, inspección, etc. no ejercen su rol, no los dejan, no se animan o son permisivos con sus amigos, ¿en manos de quién estamos? ¿Cada cuál puede hacer lo que quiere y afectar al otro?".
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