Sigue detenido el marido de la mujer que estuvo más de 36 horas desaparecida

Más de 36 horas después de huir de su casa tras una discusión con su marido, fue hallada la mujer de 44 años desaparecida y declaró ante Fiscalía tras ser asistida en el Hospital.

Su marido, identificado como Daniel Martín Aragón,de 58 años, quedó aprehendido y está alojado en la Comisaría, donde todo indica que continuará puesto que solicitaron que permanezca en condición de detenido.

El Juzgado de Garantías interviniente debe expedirse sobre la solicitud de la fiscala Viviana Ramos, que le imputó diversos delitos, todos agravados por ser cometidos en contexto de violencia de género.

Aragón fue imputado por lesiones, coacción, amenazas y por privar a su pareja de la libertad en los términos de "sustraer, retener u ocultar a una persona con el fin de obligar a la víctima o a un tercero a hacer o no hacer o tolerar algo contra su voluntad", que se agrava por el vínculo conviviente.

Todo indica que el Juzgado accederá al pedido de Fiscalía, que además del testimonio de la propia víctima cuenta con el relato de familiares, que aseguraron a La Opinión que él "la golpeaba y la torturaba" y le impedía salir de la casa, al punto de que "le ponía corriente (eléctrica) a la puerta para que no saliera".

Aragón fue quien radicó la denuncia de la desaparición. Lo hizo el jueves por la mañana. Ella se había escapado de él el miércoles por la noche y todo indica que la había golpeado.

La encontraron cono signos de violencia y en estado de shock tras pasar más de 36 horas sin comer y sin agua, en medio de la invasión de mosquitos y luego de una noche con lluvia.

La discusión habría comenzado porque él halló un celular que ella tenía escondido porque su marido no le permitía el uso de ese tipo de dispositivos. Tras escapar, él salió en su busca pero no la encontró y se volvió a la casa.

La víctima estuvo escondida más de 36 horas hasta que el rastrillaje de la policía junto a perros de bomberos voluntarios la encontraron entre pastizales, cerca de un callejón ubicado a poco más de 300 metros de la casa en la que convivía con su marido, en la zona rural camino a Río Tala.