Renunció la coordinadora de la Oficina Animal, Marina Farías
La veterinaria que fue designada cuando el Concejo Deliberante sancionó la ordenanza de control de la población canina presentó su dimisión esta semana ante su superior, el secretario de Salud Guillermo Sancho. Según trascendió en el gobierno, habría recibido una oferta laboral superadora. Nuera de la ahora presidenta del HCD, Mónica Otero, Farías fue blanco de críticas políticas por su nombramiento y de gestión por la operatividad del área que conducía.
La veterinaria Marina Farías, titular de la denominada "Oficina Animal", renunció esta semana a su cargo en el Estado local. Responsable de un "Departamento Canino" creado tras la sanción de una ordenanza que creó un programa de control de la población perruna.
Farías presentó su dimisión al secretario de Salud, Guillermo Sancho, quien deberá elevarla al intendente interino Juan Garavaglia, que decidirá si la acepta él o espera que Cecilio Salazar regrese de su viaje a Estados Unidos para tomar la decisión.
Según trascendió en el gobierno, Farías renunció porque recibió una oferta laboral superadora a la del Municipio, que sería en el Instituto de Zoonosis Luis Pasteur, que depende del Ministerio de Salud del gobierno porteño. A nivel local, había sido contratada con la máxima categoría posible, Jefa de Departamento, apenas sancionada la ordenanza que creó el cargo en el que fue designada.
Su contratación como empleada municipal de primera categoría fue blanco de críticas políticas y entre los propios trabajadores del Estado local, sobre todo porque el hecho de que sea nuera de la ahora presidenta del Concejo Deliberante, Mónica Otero, podría haberle significado algún tipo de privilegio, más allá de sus lauros profesionales.
La ordenanza que creó el programa de control de la población canina fue sancionada en octubre de 2016, con una gran cantidad de obligaciones para el Estado respecto del abordaje de la problemática y la creación de la oficina en la que fue designada Farías.
Las quejas respecto de su intervención o de la falta de ella fueron recurrentes durante el año y medio de gestión de la veterinaria, en cuya área fue contratada una proteccionista para colaborar con el tema. Posicionada a favor de una de las organizaciones proteccionistas en disputa en la ciudad, había advertido su descontento cuando el gobierno acordó con otra algunos puntos de trabajo en conjunto.