Necesita una ecografía urgente para evaluar una cirugía y le dieron turno para mayo
Por los fuertes dolores que sufre desde hace varias semanas necesitan determinar si es una operación de apéndice. “Juegan con la salud de las personas”, expresó su mamá a La Opinión.
Damián tiene 20 años y necesita con urgencia estudios de laboratorio y una ecografía abdominal para que su médico pueda determinar si debe o no ser intervenido quirúrgicamente por una apendicitis, pero en el Hospital le dijeron que no hay reactivos ni turnos hasta mayo.
El joven es oriundo de Bajo Tala, y comenzó con los dolores desde mediados de marzo, razón por la que ya ha viajado más de cuatro veces desde esa zona a la Guardia del Hospital de San Pedro — con todos los gastos que eso implica —, donde ante las dolencias, le inyectan un calmante y lo derivan a un médico clínico, pero sin darle ninguna solución concreta.
“Dos veces pagamos un remís, pero te cobra 10 mil pesos. Ya después lo llevó mi hija, pero trabaja. Después, la última vez, lo llevaron los vecinos. Ya van cuatro veces yendo a la Guardia. No se puede estar pagando un remís, es imposible”, expresó la madre del jóven a La Opinión.
En el centro de salud de Río Tala, el médico le dijo que todo indica que se trata de una apendicitis, pero es primordial realizarse los estudios de imágenes correspondientes antes de determinar cualquier tipo de enfermedad.
Esto no es posible para Damián, ya que personal del Hospital le informó que no hay reactivos para los análisis de sangre y orina y tampoco disponibilidad para las ecografías.
“Yo digo, si le pasa algo, ¿quién se hace cargo? No pueden jugar así con la salud de las personas”, reclamó la madre.
El joven, que tuvo que dejar de trabajar por los fuertes dolores que le impiden llevar una vida normal, se encuentra tomando medicación que le recetaron en la Guardia y que se utiliza en el tratamiento a corto plazo de las erosiones y úlceras causadas por enfermedades de reflujo gastroesofágico.
“Es lo único que lo ayuda a poder levantarse de la cama, pero tampoco es la solución”, explicó su hermana.
Por otro lado, la madre aseguró que el medicamento también tiene un alto costo, por lo que no pudieron comprar la caja entera. “Las pastillas que le dieron, le compramos una tableta, 5 mil pesos, porque la caja estaba como 40 mil pesos. Imposible comprarla”, indicó.
Finalmente, la familia averiguó el costo de los análisis en el Sanatorio Coopser, pero al no contar con ninguna obra social los precios van desde los 10 mil pesos en adelante.
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