Jorge “Chino” Benítez: “Lo que me dio el fútbol no me lo hubiese dado nada, quizás nunca podría haber salido de Castro”
El exfutbolista profesional de 70 años brindó una entrevista a La Opinión en la que habló de todo, desde sus inicios en Agricultores, su paso por Belgrano de San Nicolás y viaje en tren a Avellaneda para probarse en Racing hasta lo que significó para él jugar en Boca Juniors donde fue campeón del mundo, lo dirigió Juan Carlos "Toto" Lorenzo y compartió cancha con Diego Maradona. Además, admitió que estuvo cerca de integrar el plantel en el Mundial 1978 y agradeció al deporte todo lo que le dio porque, por ejemplo, le permitió conocer muchos países del mundo.
Que Jorge José Benítez es el mejor futbolista de la historia de San Pedro no hay dudas. No sólo por cómo jugaba sino también por la carrera que construyó con seis títulos en Boca Juniors entre los que sobresalen las copas Libertadores de 1977 y 1978; y la extinta Intercontinental de 1977. Aquel pequeño que nació y pasó sus primeros años en Gobernador Castro antes de irse a San Nicolás y después a Avellaneda para jugar en Racing aunque su mamá no quería actualmente vive en Capital Federal con la satisfacción de haber disfrutado su magnífica carrera.
Tras su paso por el Xeneize, el "Chino" siguió destacándose como volante por la derecha en Unión, Deportivo Armenio y Guaraní Antonio Franco de Posadas, Misiones, donde se retiró en 1985. Su regreso al conjunto azul y oro fue como entrenador en 2004. Tras la salida de Miguel Ángel Brindisi, asumió como interino y guio al club a la obtención de la Copa Sudamericana por lo que fue confirmado en el cargo y lo ostentó hasta 2005 cuando lo abandonó pos eliminación en cuartos de final de la Copa Libertadores en manos de Chivas de Guadalajara.
A los 70 años, es panelista en el programa Pintado de Azul y Oro que se emite por América Sports desde donde se da el lujo de opinar de fútbol con la experiencia de haberlo vivido en diferentes facetas porque también fue director técnico. Entre tanto, brindó una entrevista a La Opinión en la que habló de todo, desde sus inicios en Agricultores, su paso por Belgrano de San Nicolás y viaje en tren a Avellaneda para probarse en Racing hasta lo que significó para él jugar en Boca Juniors donde fue campeón del mundo, lo dirigió Juan Carlos "Toto" Lorenzo y compartió cancha con Diego Maradona. Además, admitió que estuvo cerca de integrar el plantel en el Mundial 1978 y agradeció al deporte todo lo que le dio porque, por ejemplo, le permitió conocer muchos países del mundo.
– ¿Cómo te trata la cuarentena?
-Esta larga cuarentena la llevo bastante bien, cumpliendo todo lo que piden. Me muevo cerca del barrio, estoy en Flores y estoy bien.
– ¿Qué estás haciendo ahora?
-Ando con la mutual de Boca, voy seguido al club, aunque ahora no tanto. Sí el año pasado iba tres o cuatro veces por mes al club, a las oficinas, y charlaba. No estoy tanto con el fútbol, solo estoy con el programa Pintado Azul y Oro los lunes, aunque ahora por internet por todo este tema del coronavirus. Tengo relación con el club pero no directamente con el fútbol.
– ¿Se extraña el día a día en Boca?
-No, no. La otra vez me preguntaron lo mismo, si extrañaba, pero no. Siempre dividí mucho mi pasión con mi vida privada. Hubo un maestro para mí, que fue casi como un papá, que fue Roberto Perfumo cuando en Racing me dijo, cuando yo recién arrancaba, ‘mirá que esto un día se termina’. Yo tendría 19-20 años. Me dijo que me prepare, agarre los libros, lea y me entretenga pero que no crea que el fútbol duraba toda la vida. Vivía a full, respetaba mi profesión porque al fútbol lo elegí yo y peleaba por eso, por estar y competir con mis compañeros. A mí no me gustaba tanto figurar y eso. Hoy no extraño, estoy orgulloso de las cosas que hice que creo las hice bien porque hoy por hoy que ando con barbijo la gente de Boca me dice ‘gracias Chino’. Esas son satisfacciones que por ahí hacen que uno no extrañe nada. No extraño los momentos ene l campo de juego ni los planteles. Hoy tengo la posibilidad de expresarme a través de un programa que tiene 30 años donde puedo expresarme con respeto. Al fútbol lo disfruté todo, desde las concentraciones que no son como hoy, los viajes que anduve por todo el mundo y por eso no extraño nada. Voy a la cancha cuando Boca juega de local, la gente me hace sentir su respeto como que hice bien las cosas y eso me satisface.
– ¿Cuándo y cómo empezaste a jugar al fútbol?
-Lo elegí porque en Gobernador Castro yo estaba cerca de la cancha de Agricultores y siempre iba y me quedaban con los más grandes, con los amigos de mi hermano. Era un enano y me gustaba. Mi mamá me retaba todos los días, me quedaba hasta la noche jugando y me olvidaba de las tareas que tenía que hacer. Llegaba, me bañaba en una palangana y me gustaba, me encantaba. Fue una carrera muy linda desde chiquito. Nunca jugué en Agricultores y hoy tengo el orgullo, y les agradezco al presidente (Gerardo) De Vincenzi y (Daniel) Ñeri que lo han permitido, que hayan hecho una caricatura mía en la cancha. En esa época mi papá fue como mi representante que me dijo que no iba a firmar en Agricultores por unos problemas que hubo y jugué poquito en Castro con otro nombre. Fui un tipo de suerte porque estuve en los 100 años de Boca y de Agricultores. También jugué en Los Andes un tiempito y les estoy muy agradecido al club.
– ¿En qué momento te llegó la oportunidad de irte a jugar fuera de San Pedro?
-Vino una gente conocida de San Nicolás que eran de Belgrano que me habrán visto o le comentaron y me fui para allá. Trabajé como lavacopas y mozo allá, me dieron laburo y dormía en el club. Enseguida jugué en primera, muy rápido, cuando tenía 14-15 años. Viví ahí y les estoy agradecido de por vida. Un día apareció un señor que era de Capital Federal que había jugado en Independiente y me quiso llevar a Racing. En esa época yo no pensaba en la plata, lo hacía porque me gustaba el fútbol. Ni pensaba en hacerme famoso ni nada porque en esa época no había ni televisión. Me subí al tren una mañana, llegué a Racing a las 7.00, me hicieron la prueba y después del entrenamiento me dijeron que si podía volver. Creo que nunca reaccioné, volví a San Nicolás, fui a ver a mi papá y mamá, les dije que tenía una sorpresa que era que me iba a vivir a Buenos Aires porque hice una prueba en Racing y me habían aceptado. Mi papá no lo podía creer y mi mamá no quería saber nada, pero fue muy linda la historia, fue muy rápido. No volví más, aunque al principio esperaba los fines de semana para volverme porque extrañaba. Yo vivía abajo del estadio y extrañaba el pueblo. Hasta que un día dije basta, mi mamá me dijo que haga mi vida y mi carrera y ahí empecé a volver cada un mes o más. Luego me adapté a Avellaneda y estuve cinco años más o menos en Racing hasta fines del 1972.
-Y de ahí pasaste a Boca…
-En la pretemporada de 1973 en Mar del Plata parábamos en el mismo hotel Racing y Boca. Estaba el “Flaco” Domínguez que era el técnico de Boca y (Juan Carlos) Rulli, que había jugado conmigo, era el de Racing. Volví un día del entrenamiento y Carlos Squeo y Osvaldo Potente me dicen ‘ahora te haces bostero” y yo no sabía nada. Me habían pedido. En esa época era todo canje y no había plata y fueron dos para Racing y yo para Boca. Por mí fueron (Oscar) Malbernat y (Oscar) Trossero. Ahí me quedé hasta el 1986.
– ¿Fue un sueño llegar a Boca?
-Sí, era un sueño. No porque yo lo pensaba, sino porque me gustaba el fútbol porque las cosas me salían bien. Nunca dije ‘yo quiero jugar en Boca’. Estuve en la Selección Argentina hasta dos meses antes del Mundial 1978 pero a mí sólo me gustaba el fútbol. Me gustaba lo táctico, dentro del campo hacer movimientos fuera de lo que me pedía el entrenador. Hoy algunos dicen ‘mi sueño es jugar en Boca’ pero yo lo hice porque me gustaba jugar al fútbol. No guardo nada, no tengo ningún recuerdo de nada de ningún club. No hay camisetas, solo algunas fotos que consiguió mi hija pero yo, sentarme a buscarme fotos, no. Sólo tengo una grande que me regalaron en Reconquista, es un mural hermoso que me regaló una peña. No tengo esos recuerdos, no vivo de eso sino de lo que viví. Disfruté todo, no me prohibí nada. Fui muy feliz en el fútbol.
– ¿Te conformaste con haber ganado seis títulos y entre ellos una Intercontinental?
-Nunca dije que lo que gané es demasiado. Sí era un proyecto grupal ganar, lo trabajábamos mucho en grupo. Siempre era lindo, imaginate la gente de Boca no te dejaban vivir, son sensaciones de no poder ni salir a la calle porque la gente te seguía. Yo como era tímido, me costaba mucho. Fui feliz, disfruté momento a momento. No creo que me vayan a escuchar alguna vez decir ‘ojo que yo fui campeón de América’. Fue un trabajo en equipo y lo disfrute mucho en las concentraciones y grupos. En todos los equipos que jugué eran grupos muy buenos, con jugadores extraordinarios. Yo disfrutaba eso. Quedamos en la historia porque fuimos el primer equipo de Boca que ganó la Copa Libertadores y nosotros en el 77 ganamos el torneo local y después la Copa Libertadores, son sensaciones muy lindas porque eso es quedar en la historia. Haber sido partícipe del primer torneo internacional, no se borra. Como decía Juan Carlos Lorenzo, podés llegar a la final pero si perdes, el segundo no figura. Entonces no matábamos por eso y es muy lindo. Uno se emocionaba, era lindo pero lo viví en su momento.
Jorge Benítez. Foto: Clarín.
En Boca, Benítez fue dirigido por Juan Carlos "Toto Lorenzo, uno de los entrenadores más importantes de la historia del club y el fútbol argentino. Con él en el banco de suplentes, el "Chino" dio la vuelta olímpica en el Metropolitano y Nacional 1976; Copa Libertadores 1977 y 1978; e Intercontinental 1977. Su otro trofeo, el Metropolitano 1981 lo conquistó junto a Diego Armando Maradona quien para muchos es el mejor jugador de todos los tiempos aunque por entonces era un joven que descollaba pero todavía no había mostrado todo su talento.
-Juan Carlos “Toto” Lorenzo…
-Un adelantado. Siempre digo que vos tenés que tener equipo porque uno solo lo gana, pero también un técnico inteligente y táctico. A él no lo superaba la camiseta de Boca y su análisis era que si a Boca le hacen un gol, tenés que hacer dos porque el empate en Boca no sirve. Después tenía trabajos increíbles. Yo competía todos los días para ser titular el domingo, tenía que hacer 70 metros de área a área todos los días porque él me pedía que haga el ida y vuelta. Ella tenía creadores como (Mario) Zanabria o (Carlos) Veglio y yo tenía que ir a venir. Eso lo trabajaba de lunes a sábado para el domingo estar. No tenía tecnología ni nada, pero era un adelantado.
-Diego Armando Maradona…
-Fue una suerte jugar con él, (Miguel Ángel) Brindisi, (Osvaldo) Escudero, (Marcelo) Trobbiani, ¿Qué más puedo pedir? Diego era maravilloso como amigo y compañero. Con 20 años recién empezaba una historia nueva para él y siempre fue muy humilde. Nos apoyaba con su edad y a veces cuando yo no jugaba me decía ‘cómo no te ponen, andá a hablar’. Lo último que le iba a decir al entrenador era que me ponga, yo me lo tenía que ganar en la semana. Tengo el orgullo de nunca haber ido a golpearle una puerta a un técnico y por respeto a mis compañeros también. No iba. Para mí Diego en eso fue un fenómeno, hicimos una gira con él por China y Japón y era maravilloso. Lo único que me decía es ‘corré y dámela a mí’ por más que esté marcado. Teníamos una relación hermosa, nosotros trabajábamos para él. Por eso yo creo en los equipos, lo talentoso si no tienen un equipo atrás no pueden jugar solo. Fue un sueño haber jugado con Diego, yo ya era más grande y que llegue Maradona por más que recién arrancaba ya tenía unas condiciones bárbaras. Fue un compañero bárbaro.
– ¿Seguís teniendo relación con él?
-No, hace mucho que no hablo. Sí a través de Guillermo Coppola que hablo con él. Tampoco me gusta molestar y cholulearlo. El día que fue al estadio de Boca me invitaron y dije que no porque me pareció muy cholulo. Me puso contento que haya ido Miguel (Brindisi) porque estaba más en contacto en el sentido del juego y era más compinche.
-Benítez junto a Maradona en un entrenamiento en La Candela. Foto: TN.
-Dijiste que estuviste muy cerca de jugar el Mundial 1978 pero no se te dio. ¿Qué crees que te faltó para poder estar?
-Cuando Diego (Maradona) debutó en la Selección Argentina yo estaba en el banco de suplentes. Ese día jugó (Vicente) Pernía de lateral derecho y era los únicos dos de Boca en la selección. Estaban (Héctor) Baley también y (Luis) Galván. Siempre le voy a estar agradecido a (César Luis) Menotti el hecho de haber sido seleccionado dentro de ese enorme plantel porque trabaje casi un año con esa selección. Uno llegaba a entrenar al club Defensores de Belgrano, que trabaja ahí la selección, y estaba lleno de figuras. Yo era conocido, había ganado títulos y estábamos el Negro (Juan José) López, Miguel (Brindisi), (Osvaldo) Ardiles. El hecho de no haber estado, más allá del gusto de Menotti, es que el más ordenado y disciplinado era Ardiles. Menotti buscaba un tipo más disciplinado en todo, dentro y fuera de la cancha. Nosotros con López éramos más indisciplinados, más atrevidos mientras que Ardiles era más ordenadito y un enorme jugador. Yo no reniego nada de nada de Menotti ni del grupo ese porque siempre fueron respetuosos conmigo y tuve admiración por todos ellos.
-Por fuera de lo deportivo, ¿Haber podido conocer muchos países y otras culturas diferentes es lo más lindo que te dejó el fútbol?
-Suelo compartir mesas con empresarios y ellos nos admiran todavía por cómo jugábamos al fútbol. Cuando me preguntan que agradezco del fútbol les digo que viajar. Digo siempre, lo único que te da eso es el fútbol porque por más dinero que tengas no vas a recorrer todo lo que recorrí. Hay lugares donde ni siquiera va gente que tiene mucha plata. Estuve en Suiza, Japón y China con Diego Maradona. Lo que me dio el fútbol, no me lo hubiese dado nada, quizás nunca podría haber salido de Castro quizás. Fui un disciplinado a la hora de trabajar, a la hora de la verdad yo sabía que tenía que correr y meter o sino me tenía que volver. Antes vos eras malo y regular y te mandaban a tu casa. Yo me veía juntando mandarinas pero me iban a sacar muerto, por eso trabajaba todos los días. Hoy si sos regular, te ofrecen China o Rusia por millones de dólares. Antes para ver un video tuyo tenías que enviarlo en barco y llegaba a los seis meses, cuando llegaba ya tenías 30 años. Ahora apretas un botón y ves todo. El fútbol me dio el placer de conocer el mundo.
– ¿Por qué elegiste vivir en Capital Federal y cada cuando volves a Castro?
-El tiempo pasa tan rápido que no me daba cuenta y pasaba un año sin volver y mis hermanos me decían que vaya. A veces iba y entraba y salía o me quedaba una semana y me volvía. El hecho de quedarme en Capital Federal fue porque hice mi vida acá. Yo llegué a los 16 años acá, estuve 5 años en Avellaneda y después ya cuando pasé a Boca me fui a vivir a Palermo. Empecé a andar por acá y me acostumbré a esta vida, una vida vertiginosa. En Castro por ahí estoy dos días y como que me agarra culpa por demasiada tranquilidad. Siempre que puedo me voy para allá, tengo mucha gente amiga a la que le respeto y me gusta compartir un asado o una copa, disfruto esas cosas. No volví a vivir en Castro porque a veces vas creciendo de otra manera y te acostumbras a otra manera de vivir más rápida o acelerado. No reniego de eso, de Agricultores y Gobernador Castro no me olvido jamás. Por el respeto que tiene la gente de Castro y San Pedro para conmigo, yo no me puedo olvidar de ellos, ese respeto no se puede olvidar.
-En lo que va de la charla, me quedo con esto de que disfrutaste todo lo que te dio el fútbol y no te arrepentís de nada…
-Cuando salimos campeón del mundo en la Copa Intercontinental fue la época de la Selección Argentina y acababa de quedar afuera de la selección. Me preguntaron qué sensación tenía y era la misma que ahora. Boca era Boca y sigue siendo grande, la selección también, pero tengo que reconocer que había jugadores mejores que yo. La alegría era que fui campeón de América y del mundo. Yo camino por La Bombonera y está la foto del primer campeón del mundo y estamos nosotros. Esas cosas son hermosas para el ego de uno, yo tengo ego para dentro mío. Ni siquiera soy de ir al Museo de Boca, salvo para acompañar a alguien. Viví del día a día, disfrutando todo, con respeto por mucha gente.
– ¿Qué es La Bombonera en tu vida?
-Desafíos. Tengo compañeros con los que hablamos siempre y me dicen todavía que era un atrevido porque me puteaban y la pedía igual. Me dicen que era un loco porque por más que me salía mal la pedía igual. Esas son las sensaciones que me quedaron, yo quería jugar en La Bombonera, es muy difícil jugar pero tenés que sacarte el miedo de encima. Yo estaba más nervioso antes para ver si jugaba o no que una vez que estaba adentro. En el vestuario, antes de entrar, me transpiraban un poco las manos, pero después ya cuando entraba no me acordaba de nada. Por eso, volviendo a lo que decía al principio, algo bien habré hecho porque si no la gente no te recuerda con tanto respeto. No fui un fenómeno ni talentoso, fui un ocupa espacios que cubría lugares rápido y sabía que Boca no podía regalar nada. Lo viví bien al fútbol, no le tuve nunca miedo y a La Bombonera la sentí vibrar el día de Boca-Cruzeiro que no había un solo lugar, estaban hasta colgados de las banderas. Fue en la primera Copa Libertadores porque esa época se jugaban tres partidos. Jugamos en La Bombonera, después en Cruzeiro y definimos en Montevideo (Uruguay). Para mí, la gente estaba afuera porque el que decidía era yo, nunca miré la tribuna. Yo miraba donde estaba el rival y cómo se armaba el equipo. A veces hay chicos talentosos que miran para los costados y los silban y se achican. A mí no me pasaba eso.
-Benítez cuando era entrenador de Boca Juniors.
– ¿Sigue abierta la posibilidad de volver a ser entrenador?
-Muy difícil ser técnico hoy en día porque participan muchos dirigentes que a veces tienen otras decisiones a las que toma un entrenador. No es tan fácil como la gente lo ve. Hasta en eso tuve suerte yo, agarré un equipo cinco-seis meses y ser campeón sudamericano en 2004. Eso fue el plantel, es cierto que hubo trabajos tácticos y demás, pero había un plantel enorme (N. de R.: Roberto Abbondanzieri, Rolando Schiavi, Raúl Cascini, Diego Cagna, Carlos Tévez, Cristian Traverso, Guillermo Barros Schelotto, Fabián Vargas y Matías Donnet, entre otros). Yo no sé porque Miguel (Brindisi) se fue más allá de la derrota en el Monumental. A ese grupo le agregué cosas que ellos sabían, les dije que las copas que estaban en el club las habían ganado ellos y que si iban abajar los brazos ponía a otros jugadores. Tenía un plantel bueno e hice cosas como para lograr que logró ese plantel de ganar la Copa Sudamericana. ¿Qué más puedo pedir? El saco de entrenador ya está, lo dejé y puedo dar opiniones de la vivencia que es una institución importante. Hoy le fútbol ha crecido en todo el país y los jugadores no necesitan la camiseta de Boca para que te vendan a Europa porque desde cualquier lado de podés ir al exterior. El de entrenador es un trabajo enorme y el que necesite ayuda siempre estoy a disposición. Algunos trabajan por un sueldo de nada y contienen chicos, los acompañan y ayudan a crecer. Yo trabajé diez años en divisiones menores con Jorge Griffa y fueron cosas muy lindas. No me guardé nada, viví todo y disfruté todo.
-Cuando asumiste en la dirección técnica de Boca fue como interino, ¿Tu objetivo fue hacer un buen trabajo para quedarte en el cargo como finalmente pasó?
-No. Yo tenía contrato y le dije a Mauricio Macri que era el presidente de quién me aseguraba de que a mí no me echaban si me iba mal en primera. Me firmó un contrato de siete años para que agarre la primera porque yo estaba trabajando con Griffa en divisiones menores, era captador y a veces tenía a cargo un grupo. Si vos dirigís la primera de Boca, sos campeón de la Sudamericana y no iba a volver a la cuarta división. Después me fui porque hubo mucho bullicio y me fui. Hubo mucho respeto más allá de los errores que hubo como pasa siempre. Gracias a Dios, todo pasa.
– ¿Esos errores te impidieron seguir trabajando de entrenador o fue una decisión personal?
-Fue una decisión personal no seguir siendo entrenador. Los errores se tapan con triunfos en el fútbol. Podés cometer errores pero si mañana sos campeón la gente se olvida de todo. Esa Sudamericana no se ganó de casualidad sino jugando bien. Había tenido partidos malos pero en los últimos partidos en la Copa Libertadores Boca los jugó bien. La decisión fue mía porque en su momento era mucho el murmullo. En la reunión hubo cosas que no me gustaron y dije que ya estaba. Me parecía que tenía que dar un paso al costado porque no quería ofender a nadie pero lo que pasó, pasó. Fue una decisión personal, después me fui a Ecuador a Deportivo Quito y Guatemala a Municipal. A mí me gustaba tener objetivos, en Guatemala llegamos a jugar la Concacaf y en semifinales nos eliminó el Houston de Estados Unidos. Lo dejé en el primer puesto del torneo cuando me vine pero me fui porque les dije que yo había ido para ser campeón pero nos eliminó el Houston. El hecho de dirigir por la plata solamente no me interesaba. Las ofertas de equipos porque sí, no. Yo quería equipos competitivos sino no iba porque me gusta ganar. Fue una decisión personal. Si hubiese ganado, quizás todavía estoy dirigiendo.