Fin de semana sin fútbol: la preocupante situación entre jugadores y árbitros que llevó a la suspensión de la fecha
La Liga decidió no jugar la fecha por las situaciones de violencia vividas estos últimos meses. Ya son tres los partidos suspendidos por agresiones a miembros del cuerpo árbitral.
El fútbol sampedrino está atravesando un turbulento año en lo que respecta a la violencia dentro de los campos de juego.
La gran preocupación de los directivos de la Liga Deportiva Sampedrina es que las agresiones ya no se producen entre hinchadas ni espectadores, sino que los disturbios vienen por parte de los protagonistas (jugadores y cuerpo técnico) hacía los árbitros.
En lo que va de este 2024 se han visto al menos tres hechos puntuales en primera división que han derivado en la suspensión de los encuentros que se estaban disputando o en sanciones severas para los involucrados.
El pasado 19 de mayo mientras transcurria el segundo tiempo de la ida de la final del Torneo Preparación entre Banfield y General San Martín, el juez de línea Mauro Parlavecchio recibió un manotazo de un jugador del Taladro tras ser expulsado. Esta acción llevó a Damián Bertolini, árbitro principal en aquella tarde en el Estadio Municipal, a suspender el encuentro. Semanas después el Honorable Tribunal de Penas sancionó al jugador con dos años afuera de las canchas.

Casi un mes después en el primer partido oficial de Mitre en su nueva cancha, El entrenador de Central Córdoba, rival del Rojo aquella tarde, se acercó a Bertolini y le intentó propinar una patada en sus genitales cuando promediaba la segunda mitad del encuentro donde el local ganaba 1 a 0. Lógicamente, la situación derivó en la suspensión del encuentro y la expulsión del técnico santalucense.
El artículo 183 del Reglamento de Transgresiones y Penas aplica una ‘’suspensión de uno a cinco años al jugador que agreda al árbitro aplicándole golpe por cualquier medio, o lo derribe, embista, empuje, dé empellones o zamarree violentamente con propósitos de agresión. Si las lesiones llegan a ser graves, la sanción de suspensión puede llegar a diez años, o hasta expulsión de la A.F.A. ‘’.

Estos dos antecedentes no condicionaron a los desarrollos de los campeonatos ya que después de estos la LDS no interrumpió la actividad como lo decidió este fin de semana tras los hechos en cancha de Independencia donde un jugador de Paraná agredió a un árbitro y a una policia tras la victoria del local.
¿Cuál es la causa de la violencia?
Tras el comunicado de la Liga informando el parate de esta fecha, los comentarios de hinchas y jugadores atribuyen los hechos antes mencionados al mismo factor: la soberbia y falta de capacitación de los árbitros.

Es cierto que todas las situaciones de violencia que se viveron este año nacieron a raíz de las interpretaciones de los colegiados en jugadas puntuales. Pero más allá de lo que se cobre o no, lo que más malestar provoca es la actitud ‘’sobradora'' que tienen algunos de los jueces.
Una arista para mejorar esta situación se cree que es trayendo personal arbitral de otras ciudades pero el atenuante de que la liga local es una de las que menos paga a los jueces en la provincia dificulta que desde otras ligas vengan a dirigir.
Por estas cuestiones, muchas veces los jugadores inician los partidos con la ‘’guardia alta'' por miedo a ser perjudicados lo que los lleva a protestar cada acción sancionada y, como viene pasando, el encuentro se va de las manos.
‘’Después les pegan y lloran'' es una frase que se escucha de la boca de los jugadores cuando los árbitros sancionan alguna acción polémica.
La solución no parece estar a la vuelta de la esquina, esta determinación de no jugar este fin de semana es solo poner paños fríos a una situación que no va a mejorar si no se mejora el nivel árbitral ni se les pone un límite a quienes creen que agrediendo van a mejorar el arbitraje.
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