El partido Fe se sumó al bloque Frente de Todos, que ahora tiene 10 ediles y nuevas oficinas en el Concejo
Mónica Otero, Juan Garavaglia, Silvina Ibern y Eliseo Almada, que ocupa la banca por licencia de Iván Paz, ya forman parte del bloque que sigue presidiendo Martín Baraybar con Florencia Sánchez como vicepresidenta. Las autoridades quedarán así al menos hasta diciembre, si todo sigue su curso normal. El Frente de Todos mudó su oficina a la que ocupaba Juntos por el Cambio, que además de ser la de mayores dimensiones es la única con rampa para Ibern.
El jueves 12 de agosto habrá sesión en el Concejo Deliberante y será la primera tras el cierre de listas. Ese día quedará en evidencia lo que ya ocurre en el cuerpo desde el viernes, cuando hubo movimiento en las oficinas: los cuatro concejales de Cecilio Salazar y el partido Fe dejaron el bloque Juntos por el Cambio y pasaron al Frente de Todos, bajo la conducción de Martín Baraybar y Florencia Sánchez.
Aunque suene un poco raro, el acuerdo fue ese: que los concejales que fueron electos por el Frente de Todos (2019) y Unidad Ciudadana (2017) sigan en el bloque a pesar de que hay diferencias internas: Sánchez y Casco son los apoderados de la lista del pangarismo a la que la Junta Electoral partidaria impidió participar en las Primarias.
Así, Mónica Otero, Silvina Ibern —que es afiliada radical pero responde al jefe comunal—, Juan Garavaglia —manifiestamente antikirchnerista y ahora titular de la banca por el fallecimiento de Patricia Rocca— y Eliseo Almada, que asumió como suplente de Iván Paz, que pidió licencia por un mes, pasaron al Frente de Todos.
Cuando vuelva, si es que lo hace, Paz se encontrará presidente de un bloque Juntos por el Cambio que quedó con tres ediles: Natalia Claverini, Gerardo Pelletier y Ana Tiramonti, que provienen del PRO que supo liderar Sergio Rosa y que no se plegaron a la ruptura que protagonizaron desde la UCR Pando, Donatti y Ferraro más el PRO Bullrich Damián Lafalce y el PRO porteño Juan Pablo Ruozi.
El Concejo quedó un tanto extraño es cierto, pero ahora hay tres bloques: Juntos San Pedro, que tiene tres UCR más Lafalce y Ruozi del PRO; Juntos que presidía Iván Paz, con tres PRO; y el Frente de Todos, con diez ediles que son los seis que estaban —de los cuales dos expresaron su no alineamiento con Salazar y el resto, con excepcion de Tamara Vlaeminck de La Cámpora, guarda prudente silencio— más los cuatro de Fe, de los cuales uno es suplente del presidente del bloque Juntos.
Los radicales se quedaron en la Secretaría Legislativa que todavía tiene a su cargo —quién sabe hasta cuando, quizás hasta el 10 de diciembre— Ivana Vitali.
Los tres PRO que supieron ser bien cercanos al intendente se fueron de la oficina de siempre del bloque Juntos por el Cambio, en la que estuvieron desde diciembre de 2015, la más grande del edifcio, para ocupar la que tenía el Frente de Todos, que da al patio.
El Frente de Todos ahora tiene asiento en la oficina de mayores dimensiones, no sólo porque ahí estaban los del Fe, que son los que mandan, después de todo, puesto que tienen la presidencia del HCD, y porque son el bloque mayoritario, con 10 ediles que no están del todo de acuerdo, sino porque además es la única que tiene accesibilidad para la silla de ruedas de Silvina Ibern.
En el Frente de Todos los que ya tomaron posición contraria al acuerdo con Cecilio Salazar son Florencia Sánchez y Gastón Casco, apoderados de la lista que encabezaba Titín Trelles y que no podrá participar de la interna. Sánchez seguirá como vicepresidenta del bloque.
Ambos serán disidentes al salazarismo y firmarán sus proyectos en conjunto o personalmente pero, dicen en su entorno, mantendrán la posición crítica que los caracterizó desde que asumieron.
Dicen que esta panorama se mantendrá hasta fin de año. Nunca se sabe. En política, como puede apreciarse tras repasar el camino que llevó a esta nota, puede pasar cualquier cosa.
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