Conductores borrachos: por qué se arriesgan al secuestro de su vehíulo y cuánto pagan de multa
La mayoría de fotos que registran los inspectores de Tránsito y la policía muestan camionetas, autos y motos de alto valor. En pocas horas, los infractores pagan la multa, se llevan su rodado y preguntan si tienen riesgos de perder su licencia de conducir.
El estacionamiento y depósito de autos lindero al Juzgado de Faltas suma vehículos todos los fines de semana. Los controles de tránsito no sólo detectan motos sin documentación sino conductores que conducen ebrios. Un peligro para el prójimo y por ende para si mismos.
Conducir “oliendo a alcohol” también está penalizado y pese a que rige la ley conocida como “Alcohol Cero”, hay conductores que se resisten a los controles de alcoholemia y luego se angustian cuando se abren las puertas de las oficinas donde se tramitan sus expedientes.
El mayor temor no es pagar la multa, sino la cancelación o suspensión de la licencia de conducir.
“Tomé un solo vaso, no pasa nada", es una de las excusas más escuchadas. Aun así, hay sanción.
"Hoy no te podés ni acercar a un vino. Buscamos con los chicos información sobre eso: cuánto hay que tomar para que te de 0,5 por ejemplo, y la verdad es un trago", dijo la mamá de un joven que suele pedirle el auto prestado para sus salidas.
De todas maneras, el “0,5” (gramos de alcohol por litro en sangre) ya no rige: en la provincia de Buenos Aires, el test de alcoholemia tiene dar 0,00 porque si no, hay multa.
La Opinión posó su atención sobre las fotos y el tipo de vehículos secuestrados. Hay poderosas camionetas, motos de alta cilindrada y autos de los más costosos.

En los operativos, la obligación es secuestrarlos y decirle al conductor que concurra al Juzgado de Faltas para pagar la multa y recuperarlo.
Si se presenta voluntariamente el monto a pagar disminuye, pero la realidad es que el peor momento que se vive es el de saber que esa copa de más puede terminar en una sanción que impide volver a conducir el rodado.
La multa varía según el grado de alcohol en sangre:
Menos de 1 gramo por litro de sangre es de $ 571,044. Más de medio millón de pesos que podrían disminuiir en los casos en los que la presentación sea voluntaria. Cuando es más de 1 g/l el importe sube a $ 1.139.500, aunque el infractor diga que no tiene esa cantidad de dinero siempre será una obligación abonarlo. Siempre con la aclaración de acceder a una reducción de hasta un 50 %. “El vasito” también tiene su costo, porque si los inspectores detectan hasta 0,3 g es de 457.388 pesos.
De todos modos, la mayor preocupación radica en las inhabilitaciones. El temor y la angustia del conductor que además de pagar la multa ve en riesgo su posibilidad del retiro prolongado de su licencia es lo que más pesa.
“En todos los casos, la sanción es de multa e inhabilitacion. Se aplican en forma conjunta y no puede aplicarse sólo una de ellas, siempre proceden las dos sanciones”.
Los que tienen hasta 0,49 g/l en sangre pueden quedarse tres meses sin su carnet. La escala siguiente es hasta 0,99 g/l y tiene un plazo de seis meses. Es de un año para los que marquen 1,40 g/l en el alcoholímetro.
La sanción más prologada es de 18 meses para los que circulan con más de 1,5 g/l. Esa misma penalidad sufren los que se niegan a soplar la pipeta, por lo que no conviene resistirse.

Las condenas cuando se produce un accidente se agravan considerablemente y hay fallos contundentes cuando el conductor colisiona y le provoca la muerte a una tercera persona.
Allí ya no es el Juzgado de Faltas, sino que es la Justicia ordinaria la que incluso puede dictaminar la pena de prisión.
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