La pandemia frenó la pelota y desnudó la realidad del deporte en San Pedro, marcado por la informalidad e irregularidad
Clubes que a pesar del incansable esfuerzo de sus dirigentes perdieron socios y no pudieron cumplir con sus empleados, gimnasios sin habilitar y profesores que trabajan en espacios públicos son cuestiones de la cotidianeidad que la crisis sanitaria sacó a relucir y es una gran oportunidad para regularizarlas. Cecilio Salazar se refirió específicamente al caso de los gimnasios y aseguró que lo "van a controlar".
La pandemia de coronavirus no sólo dejó a San Pedro sin deportes por varios meses sino que, también, desnudó falencias que, mientras la rueda gira, pasan desapercibidas. Es, al fin y al cabo, la realidad en la que se desarrolla la actividad y la cual, con pequeñas acciones compartidas entre lo público y privado, pueden dejar mejorarse.
Los clubes, esos espacios que contienen a miles de chicos y adultos, sufrieron y sufren las consecuencias del COVID-19: están cerrados desde el 20 de marzo y recién en agosto algunos pudieron reabrir sólo para disciplinas individuales al aire libre. En casi todos, socios dejaron de pagar la cuota y apenas un puñado accedieron al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) del Gobierno nacional que abona parte de los sueldos a empleados. Todas las instituciones, en tanto, todavía esperan el Clubes en Obras.
En ese marco, no todos pudieron seguir pagándole el 100% a sus trabajadores, sobre todo a los profesores a pesar que en parte continuaron con entrenamientos virtuales, y resisten como pueden con acciones extraordinarias programadas por sus incansables dirigentes para obtener ingresos. Incluso, aquellos que fueron beneficiados con el ATP sólo fue para sus empleados registrados los cuales muchas entidades no los tienen.
En contrapartida, previo al inicio de la pandemia, muchos clubes dieron un paso adelante con la obtención de la personería jurídica la cual es un primer paso hacia la formalidad institucional a la que hay que apoyar y fomentar para evitar dolores de cabeza y que esos espacios de contención fundamentales en la sociedad funcionen.
-Náutico, con sus casi 100 empleados registrados, pudo acceder al ATP. Foto: Prensa Náutico.
El rubro relacionado al deporte que tuvo mucha exposición previo al permiso para volver a trabajar fue el de los gimnasios. En los siete meses en los que sólo pudieron funcionar con clases virtuales, algunos propietarios no las respetaron y otros profesores usaron los espacios públicos aunque está prohibido.
Las diferencias entre colegas evidenciaron un problema que siempre se rumoreó pero nunca nadie "oficializó" y es que muchos no están habilitados para funcionar como tal. También, existen los que no cuentan con un profesor de educación física a cargo como establece la ordenanza. A principios de esa semana, el intendente, Cecilio Salazar, fue consultado por La Opinión sobre la cuestión en el marco de una recorrida que realizó por el Hospital y admitió que "es una de las cosas" que ya "charló con el equipo", la de regularizar a todos aquellos que no lo están para que, además de trabajar en el marco legal, la competencia sea leal.
"En el futuro, fundamentalmente en el tema de los gimnasios que están funcionando en la informalidad total y absoluta, lo vamos a controlar. Ellos siguieron funcionando a puertas cerradas y en forma ilegal en estos tiempos, en el futuro se van a tener que poner en la legalidad como todo el mundo", destacó el Jefe Comunal. Y agregó: "Hemos tratado que se incorporen a la legalidad la mayor cantidad de comercios en este tiempo. Con ellos -por los gimnasios- va a ser un punto que vamos a poner atención en el futuro".
Por último, en pandemia no faltaron aquellos profesores que utilizan los espacios públicos para dar clases, una actividad que se ve desde hace varios años y nunca fue organizada ni regularizada por el Gobierno local o el Concejo Deliberante. En su mayoría, son jóvenes que, sin la posibilidad de trabajar formalmente en escuelas o clubes, encontraron una salida laboral muy importante para ellos sobre todo porque los vecinos les responden. Hasta el momento, las autoridades locales hicieron la vista gorda y no hay ningún paso formal iniciado para regularizar la actividad y evitar dolores de cabeza al estado que, en las condiciones actuales, es el que debe responder ante cualquier incidente.
La pandemia frenó la pelota y desnudó la realidad del deporte en San Pedro, marcado por la informalidad e irregularidad. No se trata de cerrar clubes, gimnasios o impedir que profesores trabajen sino de aprovechar a mejorar de a poco un contexto en el que en ocasiones quien está del lado correcto prefiere ir del otro bando por inacción u omisión de los que deben tomar cartas en el asunto.