Cansado de los robos, productor de naranjas se retira: “No planto más”
Este lunes, tras otro domingo de recorrida por el campo tras un robo de plantas, Aldo Sagrera decidió dejar de producir naranjas. En 2021, contó, le robaron 600 en varias tandas. "Año tras año me llevan la mitad del monte", se quejó. Dedicado al membrillo, dijo que prefiere "dejar de renegar".
Aldo Sagrera tiene 72 años. Productor rural de toda la vida, este lunes por la mañana, tras denunciar un robo en su campo el domingo, fue a la Secretaría de Desarrollo Humano a hacer un anuncio: dejará de producir naranjas, harto de que le roben las plantas.
El primer domingo de julio, le robaron. Este que pasó, también. El año pasado le llevaron, en total, entre varias tandas de incursiones delictivas, alredededor de 600. “Estoy harto”, se quejó y aseguró que tiene “una carpeta llena de denuncias”.
Este lunes, mientras charlaba con el secretario de Desarrollo Económico de la Municipalidad, Martín Baraybar, el productor Aldo Sagrera contó su decisión en Radio Cuarentena y reveló que con su hijo, que siguió sus pasos en la producción, prefieren seguir apostando al membrillo, al que se dedican hace un tiempo.
“Hoy decidí ponerle fin a la plantación de naranjas, no voy a plantar más”, anunció y explicó: “Me encuentro que año tras año me llevan la mitad del monte plantado de uno, dos, tres año. Uno va, repone las plantas, y se encargan de ir llevándolas. El año pasado repuse 600”.
“Vale 1500 pesos cada planta, hay que traerlas de afuera porque no se pueden hacer a campo porque la semilla tiene que ser monitoreada por Senasa por el tema de las enfermedades. Cuando ya pasó un año, dos años, que ya prendieron, te encontrás con que vas un domingo a la mañana y te llevaron 40 plantas”, se quejó.
El domingo le robaron diez. Delincuentes en moto entraron al campo y se fueron con las plantas. “Las vieron cruzar la ciudad”, dijo y reveló: “Entonces digo, qué estoy haciendo, amargándome la vida. Un domingo 30, otro 40, otro 10”.
Su hijo ya le había advertido que era para renegar. Por eso, tras este nuevo robo, tomaron la decisión de no seguir plantando. “Si se llevaron la fruta, una bolsa, que tampoco tiene que ser, no es nada, pero que te lleven las plantas es el colmo”, señaló.
Sagrera seguirá apostando a la producción de membrillo. “Voy a seguir con lo que está plantado, pero no voy a plantar más”, dijo respecto de las naranjas y advirtió: “Si uno no sigue replantando, poniendo, de acá 15 años las producciones se van a terminar”.
“Ponés una planta en un lado, vienen de noche y te la llevan. Ponés otra, te la llevan. Se llevan de todo, se han llevado las bombas de riego, que bueno, la reponés y sigue andando, pero una planta tarda diez años”, analizó.
Aldo sueña con que sus nietos, de 10 y un año, sigan la trayectoria familiar. Al membrillo, dijo, no lo roban tan fácil. Quizás porque la planta no es tan conocida y la fruta no es rica para el consumo directo. De hecho, el mercado que tiene su producción es la industria para dulces, mermeladas, helado, alfajores, etc.
El productor reveló que la plantación del membrillo es similar a la del durazno y que “en cuatro años estás con la producción”. La diferencia es que “es un poco más rústico” y que “no tiene tantas pasadas para juntar”, no requiere tanta poda y todo es “un poquito más fácil”.
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