Buque museo: sospechan que hay talonarios de tickets falsos que explican la baja recaudación
La Opinión reveló que desde 2015 a 2019 el General Irigoyen pasó de 6400 visitas anuales pagas a apenas 900. Ahora aparecieron talonarios que serían "duplicados" de los originales y alimentan la sospecha de que la baja recaudación no obedece precisamente a la falta de turistas.
La bajante histórica del río Paraná que provocó que se escorara el buque museo General Irigoyen hizo que diversas voces cuestionaran el mantenimiento de la nave, por lo que La Opinión analizó los recursos propios que genera, una tarea que reveló la sorpresa de una caída estrepitosa de la recaudación en los últimos cuatro años.
El promedio anual de entre 5000 y 6000 tickets cortados —sólo pagan turistas mayores de 8 años— llegó a un pico de más de 6400 en 2015. Desde entonces, cayó a poco más de 2000 durante el primer año de Salazar como intendente y María José Mora como directora de Cultura, hasta que en 2019 tuvo la peor performance, con apenas 906, una recaudación de alrededor de 200 pesos por día.
Esa recaudación implica que se cortaron en promedio 2,5 tickets diarios o unos 17 por fin de semana: o la gente dejó de visitar el buque o algo más ocurrió. Las sospechas sobre la posibilidad de que algo no esté bien en el control de los talonarios parece tener asidero.
La Opinión logró establecer que en el buque museo hay talonarios que serían apócrifos, duplicados, falsificados, y que habrían sido enviados a imprimir a una imprenta por quienes ahora aparecen como los principales sospechosos de una maniobra que podría tener implicancias administrativas pero también penales.
La sospecha que se cierne ante esta situación es ni más ni menos que habría personal del propio General Irigoyen que duplicó los talonarios para no rendir la totalidad de los tickets cortados, es decir para quedarse con la recaudación generada y sólo entregar de manera oficial una parte ínfima.
Históricamente, el mecanismo de control estaba dado por la injerencia directa de quien conduce el área a cargo del buque museo, la Dirección de Cultura, que debe encargarse de rendir los fondos que se generan y reponer los talonarios a medida que se utilicen.
En Economía, para mayor precisión en Contaduría y Tesorería, está el otro control. Allí es donde mandan a imprimir los tickets oficiales a la imprenta y los remiten al área para que los entreguen a los empleados que cumplen la labor de cobrar al público.
El dinero, como en todas las reparticiones que tienen caja, no puede permanecer muchos días, por lo que es obligación rendirlo desde el propio buque museo a la Dirección de Cultura que hace lo suyo con Tesorería.
Así lo explicó el exsecretario de Economía, Roberto Borgo, en Sin Galera, quien recordó que el jubilado contador municipal Oscar Corleto, “con mucha experiencia, agregaba un sello de relieve como segundo control, propio”, para generar otro mecanismo que permitiera un mejor seguimiento de la rendición de esos recursos.
Consultado sobre la sospecha, el intendente, Cecilio Salazar, dijo que “puede ser” y agregó: “Investigaremos como corresponde y tomaremos las medidas que haya que tomar”.
El jefe comunal dijo este tipo de cosas le dan “mucha impotencia” y comparó la situación. con lo que ocurrió en el Cementerio semanas atrás, cuando el dueño de una bóveda dijo públicamente que había pagado a los empleados, por fuera de los canales oficiales, para reducir cadáveres.
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