Buque museo: cómo eran los mecanismos de control cuando la cantidad de visitantes era seis veces superior
El exsecretario de Economía, Roberto Borgo, explicó cómo era el mecanismo de control de la recaudación del buque museo durante 2014 y 2015, los años en los que mayor cantidad de visitas se registró.
La baja recaudación del buque museo General Irigoyen parece tener respuesta en la sospecha que existe respecto de la existencia de talonarios de tickets falsos, duplicados.
El sábado en Sin Galera, el exsecretario de Economía Roberto Borgo, que ocupó el cargo en 2014 y 2015, los años de mayor cantidad de visitas registradas en el General Irigoyen, explicó cómo eran los mecanismos de control y rendición de esos fondos.
“Los tickets numerados se hacían imprimir a través del Contador municipal, que tenía el control. Recibía el pedido de la Dirección de Cultura para entregar a los empleados los talonarios, y la propia área, cuando pedía un nuevo talonario tenía que elevar la rendición de lo suministrado”, detalló.
“Normalmente quedaba alguno que estaba en uso. Todo eso con nota por expediente, luego un informe a Tesorería que daba ingreso a los valores. Esa era la medida de control, se hacía normalmente cada 15 o 20 días, porque de parte de Tesorería se pedía que no existieran fondos en el buque, así que se rendía y se remitían los nuevos talonarios”, explicó Borgo.
El exsecretario de Economía contó que el excontador municipal Oscar Corleto, “con mucha experiencia, agregaba un sello de relieve como segundo control, propio, una medida de seguridad propia que utiliza hasta el Tribunal de Cuentas, se le agregaba a los talonarios que se enviaban a cada área”.
“En ese momento se hacía así, desconozco si esa medida continúa en práctica, porque el contador ya está jubilado”, señaló y recordó que Corleto verificaba la correlatividad de los talonarios “para que no se den estas situaciones”.
Los números del buque museo no son algo a lo que muchos presten atención. Es una cifra pequeña dentro del volumen de recursos. “Algunas cuestiones como estas pueden pasar desapercibidas, por eso siempre el primer indicio lo tiene el área, la Dirección de Cultura en este caso, que es la que primero debería notar que hay una disminución y justificar la situación”, analizó Borgo.
“Hay instancias que corresponden al Concejo Deliberante ver estas cuestiones que indican que hay algún problema, que el área no lo manejó, que quizás el control no se hizo como se debía hacer, sin pensar mal, digamos”, dijo.
El exfuncionario destacó que la mecánica de control que utilizaban estaba impulsado por Corleto, un contador con más de 20 años de experiencia en la administración pública. “Por ahí a la gente nueva se le complica, eso se aprende con la experiencia, durante muchos años”, señaló.
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