84 viviendas: Ana preguntaba si le iba a alcanzar el dinero y cuántas cuotas eran para pagar su casa
"Nos reunían en el Tiro Federal para calmarnos", dijo la preadjudicataria que contó su historia en Sin Galera. Esperan novedades porque nunca quiso ser una "okupa". La cooperativa ALFA les mostraba siempre "la misma casa de adelante".
Una a una, las historias de los titulares sorteados en las 84 viviendas salen a la luz. La fiscalía que abrió una causa por “averiguación de ilícito” todavía no los ha citado ni ha definido los pasos a seguir con quienes desde hace casi dos meses trabajan para cuidar esas construcciones de las que no tienen ni los planos.
“Quería saber por dónde pasan los caños”, dijo Ana resignada. Desde que están en el lugar son los propios vecinos los que buscan el lugar por donde pasan las cañerías. Aunque parezca mentira nadie les ha dado los planos que deberían estar terminados antes de empezar la obra.
“Tenía un termotanque solar”, recordó Ana sobre la foto que le mostraron para contarle cómo quedaría su casa.
“Lo mínimo es agua, cloacas y luz”, dice Ana al igual que Franco o que Noelia e Isaías. Algunos tienen un pilar para la bajada incluído porque entre las filas de casas que mostraban para certificar y cobrar cada tramo de materiales y mano de obra “iban completando”. La empresa cooperativa Grupo Alfa está en la mira pero hasta el momento no ha sido denunciada.
En San Pedro, sus trabajadores “monotributistas” se mezclaban en algunas obras con los de “Potenciar Trabajo”. Entre otras: el galpón del Movimiento Evita en Aulí y Mateo Sbert; las 89 viviendas de Nuestro Sueño bajo el nombre de “8 de Diciembre”, la Plaza Constitución; el tanque copa con otro nombre de fantasía y varias de plan de urbanización del Barrio La Tosquera. La coincidencia es sorpendente: todas están certificadas y cobradas por valores mayores a los que pueden comprobarse a simple vista.
Ana repasó junto a Rafael Flaiman todos los pasos que dio para inscribirse, la presentación y cumplimiento de todos los requisitos, el segundo llamado a los que calificaban, la ratificación de condiciones para el sorteo, cómo se enteró segundos más tarde que su madre de haber sido favorecida y los miles de planes que trazó para imaginar cómo viviría con su hijo en un lugar propio. Hasta un arco, tenía pensado el tío para seguir con el deporte favorito y terminó sintiéndose humillada por esperar que le entreguen un inodoro.
“Yo no sabía nada”, dijo respecto a la titularidad de los terrenos de Arcor y lo mismo le sucedió a medida en que se conocían noticias. “Queríamos creer en lo que nos decían”, reconoció respecto a la validez del sorteo y a los comentarios en el chat que comparte con sus vecinos.
“Me dieron dos llaves pero tuve que cambiar la cerradura", recordó respecto a las que le entregó el gobierno local y no funcionaron.
Hasta el día en que entraron al complejo de viviendas, la consigna era “el que habla pierde” y aún hay familias que siguen convencidas que ante cualquier comentario o reclamo que hagan pueden resultar desfavorecidas. Ya hay construcciones, instalaciones, colocación de aberturas, preparativos para mudanzas y una certeza: no son responsables de las circunstancias a las que fueron sometidos.
En el Concejo Deliberante empezaron las reuniones de comisión para que los funcionarios informen lo actuado y ningún edil se ha acercado al barrio tras la ocupación habilitada por el gobierno municipal y la empresa.
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