Renacer: vivir cuando se perdió un hijo y encontrar una manera de sobrevivirlo
Maternar un duelo que no tiene un nombre. No se es viudo ni huérfano, sólo padre, madre, hermanos, familiares y amigos de un ser que se fue "a destiempo". Las fotos de los hijos que ya no están y la voz de las mamás volvieron a Sin Galera.
Las tres más grandes Stella, Gladys y Graciela lucen con cierto orgullo su madurez, su tránsito por el duelo, su acompañamiento incondicional a las que ahora parecen haber tomado la iniciativa de sostener el Grupo Renacer.
Nunca quieren que el grupo “crezca”, porque si eso sucede será otra persona que perdió a un hijo y que comenzará como ellas a transitar un camino que incluye la bronca, la injusticia, el enojo, la rabia, la decepción, la soledad, la desolación, el desasosiego, el desconsuelo. Estas y otras palabras son las que suelen definirlas transitoriamente.
Los que las escuchan y están en la misma situación hay días en los que no quieren vivir ni levantarse de la cama; pasan por psicólogos, psiquiatras, religiones, sanaciones, medicación, compañías terapéuticas que a veces dicen ‘basta de llorar, lo tuyo es un duelo patológico, vas a salir adelante, tenés otros hijos o fuerza’, también estas y otras expresiones pueden ser una carga extra para sus dolores de parto inverso.
Lo que hay que saber es que cuando ellas se abrazan y lloran se entienden. “La muerte viste de muchas maneras”, dice Silvana. Se traduce: accidentes, enfermedades, suicidios. En ese grupo la ausencia de un hijo no necesita una etiqueta.
Están contentas porque ahora van a poder abandonar las casas particulares en las que se reunían y utilizar el salón que les cedió un sindicato en calle Belgrano 1265 desde las 15.30 horas los días jueves desde el 4 de abril. El 12 de ese mes cumplen 20 años y el sábado 23 de marzo llegaron a Sin Galera para abrir, una vez más el corazón y contar cómo hace cada una para sobrevivir a la única muerte que nadie espera: la de un hijo.
Stella, mamá de Santiago; Gladys, mamá de Betiana; Silvana, mamá de Santiago (Keko); Naiquén, mamá de Judith; Vanesa, mamá de Tomás, Graciela, mamá de Sebastián, así se llaman, sin apellidos. Quieren hablar todo el tiempo de sus hijos y que los demás también hablemos de ellos para que estén presentes.
Una de ellas ya tuvo cáncer tres veces e imagina a su Betiana con 45 años, la otra iba diariamente al cementerio y ahora solo cuando lo necesita, la que es maestra jardinera se reúne con los compañeros de equipo de rugby; la más chica de todas tiene 23 años es la mamá de Judith que falleció a los 8 meses en pandemia y en su vientre se gesta un varón -entregó la primicia en el programa-, la que es maestra tiene la habitación tal como la dejó el día que se apagó la vida de Tomás y la que ya tiene nietos recuerda ese primer día en que hacer pública la experiencia que vivieron cuando viajaron en una combi a una reunión de “Renacer” en Buenos Aires, se sintió junto a su compañera libre de esbozar una sonrisa para dar el primer paso para volver a armarse una nueva vida porque la que tenía ya no volverá a ser la misma.
Eso es lo que puedo contar, resumir, relatar en primera persona. La emoción y el privilegio que siento cada vez que paso el contacto de una de ellas a alguien que necesita que la acompañen y no que la juzguen; que la abracen y no que la eviten “porque me la encontré y no supe que hacer”. Cada vez que las veo siento que soy “resto del mundo”, es decir alguien a la que no le ha pasado nunca algo tan pero tan doloroso. Irreversible. Las admiro y de manera atrevida me siento parte porque entre las miles de posibilidades de trabajar de periodista en una ciudad pequeña no puedo dejar de pensar por qué debemos simular que “no pasa nada” y abandonar a quienes maternan el duelo. Las quiero mucho.
Lilí Berardi
Debemos aclarar que el primer grupo Renacer fue fundado en nuestra ciudad por el matrimonio de Marcela y César Nasta, tras la muerte de uno de sus niños. Fue en Abril de 1994, cuando los entrevistamos por primera ver en APA, Radio San Pedro. Concretaron una gran labor en la zona que años más tarde emprenderían por otra vía Stella, Laura, Graciela y Gladys. Este es un párrafo del texto que los fundadores del Grupo Renacer comparten con quienes desean encontrar un camino. Alicia Schneider y Gustavo Berti son cordobeses y perdieron a su hijo cuando tenía 18 años. En Agosto de 2021, las responsables del grupo en San Pedro volvieron a publicarla:
"El hombre que se levanta por encima de su dolor para ayudar a un hermano que sufre, trasciende como ser humano. Dolor es “duelo”, cambiemos la palabra dolor por la palabra “duelo”. Entonces, tengo que levantarme por encima de mi “duelo”, para ayudar al hermano que sufre. Levantarme por encima de algo quiere decir, pasarlo, dejarlo atrás, no quiere decir que tengo que elaborar mi duelo para luego ayudar al hermano que sufre; NO, tengo que dejar mi dolor atrás y en ese proceso trasciendo como ser humano.
Trascender significa estar fuera de uno mismo.
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