“Yo soy escultor: no puedo decir si me gusta o no”
Es uno de los artistas que trabajan con desechos, más reconocido en el ámbito mundial. Su vida y la de su familia está dedicada por completo al arte. En una extensa charla contó las actividades realizadas durante el 2005 y sus proyectos para el 2006.
Fernando García Curten es, sin duda, uno de los artistas más nombrados y reconocidos de San Pedro aunque, como dice él, sale de su casa una vez cada 50 años. Cuando se acerca el fin de año, son frecuentes los balances del año que se deja atrás y el planteo de proyectos para el que se acerca. La familia García Curten, integrada por Fernando, Susana “Chichi” Tosso, esposa del escultor, y sus hijas Rosaura y Fernanda, realizaron las más variadas actividades siempre en relación con el arte. Resulta sorprendente conocer alguna de estas cosas que, por lo general, no salen frecuentemente en los medios, lo que las convierte en un trabajo silencioso.
Mientras Fernando nos recibía en su Museo, en Buenos Aires se estaba llevando a cabo el Ciclo de Danza Contemporánea titulado “Las que me habitan”, donde se representaban poemas de Chichi y de Rosaura. Fueron tres funciones: 8, 14 y 15 de Diciembre, pero debido al éxito obtenido, la idea es repetir el encuentro en Febrero. El ciclo recibió un subsidio por parte del Instituto Pro danza del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Fernanda, la otra hija de este matrimonio de artistas, también colabora con este espectáculo y continúa escribiendo una novela, en la que ya lleva más de 10 años.
Además, García Curten contó que el Taller de las Artes que se realiza en la Casa Museo, y que está a cargo de su esposa, cumplió sus 29 años de actividad. “Es raro que algo perdure tanto tiempo, con todas las dificultades que hubo”, comenta entre orgulloso y sorprendido.
Las dos “niñas” de Fernando están viviendo en Buenos Aires. El artista cuenta, angustiado: “Yo estoy preocupado por mis hijas porque cada vez se hace más difícil. Igualmente ellas nunca vendieron el alma al diablo y siguieron siendo buenas personas”.
Siempre cerca del arte. Esa es la característica de esta familia. “Y sí, así también nos morimos de hambre. Pero eso ya es una cuestión intrínseca a nuestra forma de vida”, relata Fernando, medio en broma, bastante en serio. La Casa Museo recibe, desde 1992, un subsidio otorgado por una iniciativa del Gobierno Municipal, que por decisión del artista formará parte del Patrimonio artístico Municipal. La decisión llegó justo en el momento en que Fernando y Chichi pensaban vender todo e irse a España. Sin embargo, el dinero no alcanza para mantener la casa.
Durante el año se realizaron algunas actividades para poder recaudar el dinero necesario como para poder refaccionar el techo, ya que se producían varias filtraciones que dañaban las obras. Según las palabras del escultor, “las actividades fueron un desastre”. Sin embargo, con la poca plata recaudada con la venta de algunas entradas a una charla que García Curten dio en la Municipalidad, a la que también iba a asistir Abelardo Castillo quien estuvo ausente por motivos de salud, fue posible reparar una tercera parte del techo.
En ese momento, siguieron los pedidos, no solo de la familia del artista, sino también de varias escuelas y personas particulares al Municipio que explicó que no podía hacer frente a esos gastos. Y la ayuda llegó, finalmente, por otro lado. Un grupo de personas, que prefirieron permanecer en el anonimato, comenzaron a pedir donaciones para conseguir los materiales necesarios para la refacción de los techos. Fernando se mostró sorprendido cuando vinieron a decirle lo que planeaban hacer y pidió “que la plata no venga de gente con la que no tengo nada que ver”. Después de mucho trabajo, lograron conseguir las chapas que permitieron concretar las tan esperadas obras. Solo resta reparar una parte por la que todavía se producen algunas filtraciones. García Curten se mostró muy agradecido por lo que realizaron: “En ese momento uno siente que el mismo pueblo sampedrino tiene conciencia de sus patrimonios, no del valor turístico sino de sus cosas”. Ahora está esperando que le pasen el listado de todas aquellas personas que colaboraron para expresarles su agradecimiento.
Sin embargo, aún quedan muchas cosas por reparar. Una de las que más le preocupa al artista es el deterioro progresivo del que son víctimas sus obras. Al respecto, comentó: “En la escultura y en la pintura tiene que haber un mantenimiento. Hay métodos para la preservación que es relativamente cara si la tengo que hacer yo. Si la hiciera la Municipalidad no sería caro, pero depende del interés de cada uno”. El grupo que consiguió las donaciones para el arreglo de los techos también tiene pensado ocuparse del tema pero “es muy caro, por lo que se hace complicado”, comentaron. .
El año que se va…
Haciendo un balance del año que termina, una de las cosas más importantes, comenta García Curten, es la charla que brindó en la Facultad de Bellas Artes, de la ciudad de La Plata, en la que cursó hace ya casi 50 años. “Diserté en el Aula Magna que estaba llena de alumnos y docentes. A mi no me gusta estar delante de mucha gente pero salió fenómeno porque el afecto de los chicos y de los profesores me sorprendió. Fue raro que me conocieran.”. Y agregó, emocionado: “Fue muy bueno encontrarme casi nostálgicamente con mi escuela”. El escultor llevaba algunas cosas escritas sobre sus ideas con respecto al arte, especialmente en lo que refiere a la concepción estética del mismo, pero para él “lo más interesante fue la interacción con los alumnos y los profesores”. El vice decano de la facultad, y amigo de Fernando, Ricardo Cohen, más conocido como “Rocambole”, invitó al sampedrino a que imparta las cátedras el año que viene, pero García Curten rechazó la oferta ya que, expresó, no quiere teorizar sobre su obra.
Por otra parte, Fernando cuenta que lo más importante es seguir trabajando y hacerlo con ganas. En este año, el artista ha elaborado más de 300 dibujos.
Además, el Museo recibió este año más de 25 mil personas, el doble de los visitantes del 2004.
…el año que viene.
Llega el momento de elaborar proyectos y en pensar cómo encararlos. García Curten pone el acento nuevamente en un tema que realmente le preocupa: la conservación de sus obras. Espera poder tener respuestas en ese sentido.
Por otra parte, revela una novedad: la página web de Fernando García Curten. Aclara que él no tiene nada que ver en su confección: “de eso no entiendo nada”. Sin embargo, especifica, va a tener varios “ítems”: uno para las esculturas, para los dibujos, los grabados, la familia, la Casa Museo, etc. Resulta extraño escucharlo hablar de una página web, sobre todo porque cuando uno entra en la casa, parece que el lugar se ha quedado detenido en el tiempo.
El arte por el arte
Es muy interesante siempre conversar con él pero resulta apasionante escucharlo hablar del arte, aquello a lo que ha dedicado su vida. “Yo creo que el arte, como todo, se ha corrompido. El arte es la medida del alma del artista y cuando le ponés precio al alma es medio como que estamos al borde del Apocalipsis. Por eso yo dejé de exponer y me refugié en el museo”. Y más adelante en la charla agrega: “Es un clásico pensar que cuando uno se muere lo reconocen. Ahora yo creo que ni siquiera pasa por ahí. En el arte, pero también en todo, se impone el consumismo donde lo que importa no es la calidad sino lo que la publicidad establece que es lo que hay que comprar. Y el arte no se puede comprar: es la más desesperada búsqueda de comunicación de alma a alma”. Y después habla de aquellos artistas que viven el arte, y el éxito de otra manera: “En algún lado los entiendo; hay que vivir”. “Yo soy escultor, no puedo decir si me gusta o no”. Lo dice casi resignado pero feliz de seguir siendo fiel a sus principios. O como dijo él: “No es fortaleza lo mío; es coraje, la valentía del alma, lo que me ha hecho seguir coherente con mis contenidos”.
[align=right]Nota y reportaje: Nadia Quiroga[/align]