YO, PARA PERDER 15 a 0, ME QUEDO EN MI CASA…!!! (Juan Carlos A. “D.T. de niños de 7-8 años)
Quien sabe que situación inconsciente o consiente a veces pasa por la mente de una persona que quiere ser entrenador de Fútbol Infantil. ¿Qué lo lleva a tomar ese “puesto”? ¿Por qué quiere serlo? ¿Por qué se ofrece? ¿Cuál es su objetivo?… y ¿Cuál es su necesidad, deseo, fantasía?
Una vez por semana me reunía con los padres de los niños que concurrían al Club y formaban parte del “plantel”, la mayoría, madres, se quejaban porque sus hijos no jugaban los Domingos a pesar de venir todos los días a practicar. Tamizaba, analizaba la información y hablaba con los técnicos…la respuesta de uno de ellos, le da título a la nota de hoy…
¿Cuál era la idea del técnico? Poner a los técnicamente más capacitados para ganar el partido (y por ende el campeonato) y dejar al resto o en su casa o en el banco de suplentes. Ver a los niños sentaditos en un banco, en pantaloncitos cortos en invierno, observando como sus compañeritos de fútbol se divertían jugando y ellos sin poder jugar… no agrando la situación y pido perdón si ofendo a alguien, pero se me asemejaba al holocausto Nazi …y Hittler vociferando al lado de la línea de cal…
¿Qué le estamos enseñando al niño con esa conducta? Como no sé jugar, entonces me quedo sentado y miro. No estamos dejando que se exprese, que pueda crear y aprender y equivocarse y frustrarse y volver a aprender. La competición niega la posibilidad de aprendizaje y así como nada, según el entrenador, el niño es automáticamente digitado como bueno, regular o malo.
También me reunía con los niños, realizábamos recursos lúdicos y charlábamos sobre el deporte en sí, mirábamos videos de compañerismo en el fútbol, de Batistuta y sus goles, hablábamos sobre el partido, la práctica, los compañeros y después jugábamos a la pelota. En esas charlas, con niños de 7-8 años, muchos no sabían, ni se acordaban ni les importaba como habían salido en el partido anterior, se acordaban de alguna jugada, de algún pase, de alguna atajada, pero del resultado… ¿Para qué? ¿Qué importaba?
Aceptar el puesto de entrenador de fútbol infantil es dejar, un poco, el deseo propio de lado, es dejar el Narcisismo colgado en el cartel de entrada. El entrenador debe enseñar que no se juega CONTRA otros niños sino CON otros niños, que ganar no es todo, que el fracaso no es sinónimo de derrota, que el éxito no es sinónimo de victoria, se debe alentar para llegar a los logros y se debe enseñar que el éxito consiste en luchar al máximo. El desafío del entrenador está en aceptar que lo niños se están educando en el campo de deportes y que él es el responsable de esa instrucción. Los niños copian rápido y bien, y después de esa copia pueden crear… por eso, ojo con lo que copian…
Podemos perder 15 a 0, o si quieren 20 a 0, pero al final del partido ver las cabecitas despeinadas, las rodillas raspadas y la sonrisa del juego disfrutado, el abrazo de despedida tiene sabor a victoria…
Hasta la próxima…
NESTOR OSCAR BUERI
Observador Profesional
de Grupos (OPG)
Orientación al deporte
Infantil-juvenil –Adultos
nestorb_ps@hotmail.com