“Yo no tiré primero”
El jueves pasado declaró por primera vez Carlos Cocuzza. En su relato habría asegurado que disparó “en defensa propia” y sin saber quienes estaban en la puerta de su establecimiento.
El caso de homicidio podría dar un vuelco inesperado si se confirman los resultados de las pericias realizadas en el lugar, instantes después de que Lucas Canali, de 17 años, recibiera una herida mortal, producto del disparo de un arma de fuego.
El hecho se produjo en la madrugada del martes 11 de Marzo cuando el menor, junto a su padre Víctor Canali y un hermano de 14 años, llegaron a la vivienda de Carlos Alberto Cocuzza buscando a su mamá, Juana Cheyllada.
Según se dijo, la mujer mantenía una relación amorosa con el dueño de casa, pero ella misma se ocupó de desmentirlo. Allí se produjo un confuso episodio de abuso de arma, que terminó con el joven de 17 años herido gravemente debajo de la cintura. Un empleado del campo ubicado en inmediaciones de la Escuela Nº 34, fue quien llevó hasta la guardia del Hospital al menor. Más tarde, y luego de ser derivado a San Nicolás, falleció.
La causa continuó su curso a cargo de la Fiscalía Nº 5, a cargo del Dr. Darío Gianorio quien esa misma mañana, dispuso la detención de Cocuzza. El responsable del hecho fue alojado en la Unidad Penal de la ciudad de San Nicolás.
Finalmente, el jueves de la semana pasada declaró por primera vez Carlos Cocuzza, único involucrado en el asesinato de Lucas Canali. A simple vista, el relato del acusado provocaría un giro por demás de interesante a esta historia. La Justicia es más precavida y esperará los resultados de las pericias para tomar medidas.
Las primeras informaciones indicaban que sin mediar palabras, Cocuzza habría disparado sabiendo de quien se trataba, más allá de que con Canali mantenían una amistad. Ahora con la presentación del acusado todo podría cambiar. “Canali tiró primero”, habría asegurado ante el Fiscal, “No sabía quienes estaban del otro lado”.
Estas frases que La Opinión Semanario pudo rescatar tras consultar una fuente irrefutable, serían determinantes para las decisiones que tome la Justicia.
La gravedad podría ser mayor si se confirmaran otras sospechas, por ejemplo: si las vainas encontradas sobre el ingreso a la vivienda, pertenecen al arma secuestrada en el auto marca Citröen, en que se movilizaban Canali y sus hijos. Este punto es parte de las pericias, aunque además habrá que certificar si el arma pertenecía al propio Canali y si este fue quien disparó primero, pues habría asegurado que no llevaba ningún arma y que alguien plantó las pruebas.
Los investigadores esperan no dejar afuera ningún detalle, y también tendrán que asegurarse que no haya sido el mismo Cocuzza quien tras lo sucedido armó todo el escenario. Es bueno destacar que desde que el empleado trasladó en una camioneta al menor herido, hasta que arribó la Policía, el dueño de casa contó con una hora aproximadamente como para hacer cualquier cosa, plantar las pruebas y armar su propia escenografía. Eso también es parte de la investigación, como así también la declaración del empleado, testigo directo de lo ocurrido esa noche en la casa de Cocuzza.
Incertidumbre
Para la Justicia es una de las causas más complejas en las que les ha tocado intervenir en los últimos tiempos, por la cantidad de versiones y declaraciones que existen con respecto a lo sucedido. Hasta el momento, y mientras las pericias no digan lo contrario, se trataría de un claro caso de Exceso en Legítima Defensa (Artículo 35 del Código Penal), pues hay que tener en cuenta que el menor fue herido dentro del establecimiento de Cocuzza. Si se quiere y se lo relaciona, sería similar a aquel episodio del 25 de Octubre de 1995 cuando en circunstancias parecidas, hirió de muerte a Claudio Vicente Martínez. Es más, recibió una condena de 8 años, pero beneficiado por el 2 x 1 fue dejado en libertad cuatro años después.
Mientras tanto, si el resultado de las pericias indica que las vainas halladas pertenecen al arma que estaba adentro del auto de Canali, y que era de su propiedad, la causa pasaría a ser Legítima Defensa Presunta (Artículo 34 del Código penal) y así, Cocuzza quedaría en libertad.