“Yo no nací malo, ustedes son los que nos mandan a robar”
Una voz en el contestador lo irritó. Cansado de escuchar a quienes piden “mano dura” contra los delincuentes, “Tito” Villarruel irrumpió en la casa de una vecina, tomó el teléfono y marcó el número de La Radio. Por primera vez y tras confesar que se “equivocó de chico”, cuando apuñaló con un fierro a un joven que salía del Baile de Independencia, gritó a los cuatro vientos varias verdades que la hipocresía urbana intenta tapar a diario. “Robamos para Ustedes” dijo, desnudando la obscena realidad que involucra a los sectores de la sociedad que poseen mayores ingresos, a la policía y a los políticos, como los principales impulsores del delito a sueldo. Con la voz cargada de “bronca”, describió el comportamiento de decenas de sampedrinos que por un lado piden “balas” y por el otro, los invitan a robar a cambio de plata o droga. “Tito”, no se privó de nada. Ennumeró una a una, las conductas de “los de arriba” que padecen “los de abajo” y dejó muy claro que “la guerra será sin cuartel”, porque “no hay códigos”.
Lejos de los tribunales, los fiscales o los jueces, la ley de la calle, comienza a poner sus reglas. No basta con la protesta callejera o el reclamo de mayor presencia policial. No es suficiente solicitar que se termine con la droga. No alcanza con culpar a la educación y la falta de trabajo, como excusa para justificar el estado en el que se encuentra el tejido social.
Ni siquiera sirve reunirse con Arslanián para escuchar que “bajan las estadísticas de delitos” y entender que la clase política argentina tiene las bases bien plantadas en la pobreza y la marginación como negocio a perpetuidad.
Basta con escuchar la voz de “Tito” para saber que esta es una guerra que recién comienza y que no habrá remedio capaz de cerrar la enorme grieta que se abre entre quienes se consideran víctimas actuando como victimarios y los que siendo victimarios pretenden que se los trate como víctimas.
Esa es la cruel realidad de una ciudad de 50.000 habitantes que no puede ofrecer respuestas adecuadas al desastre en el que se ha convertido la rivalidad entre vecinos que hartos de soportar la inseguridad terminan “arreglando” con los ladrones, para poder solucionar sus problemas.
Todo se ha ido de las manos, porque cuando al robo se le suma el descontrol de la violencia y la pelea por la supervivencia de las bandas, no hay código capaz de modificar conductas.
Policías con “delivery” de distinto tipo de drogas, encumbrados comerciantes que encomiendan y promueven asaltos a mano armada, profesionales del derecho que reciben sus honorarios del producto de nuevos robos, vigilantes que calman a los presos con pastillas y alcohol, ciudadanos que quieren comprar electrodomésticos, motos y bicicletas a menos de la mitad del costo, son sólo parte del engranaje que mueve el delito en San Pedro.
Tomando mates con Tito
La Opinión, visitó el domicilio de “Tito”. Lejos de lo que muchos puedan imaginar, el mate, fue una vez más el mejor compañero para “los de arriba” y “los de abajo”. Por más de tres horas, compartimos anécdotas, vivencias, sensaciones y hasta alguna discusión por el TEMOR que sienten ellos ante “las periodistas buchonas” y el nuestro, al entender que todo parece estar “podrido”. La Justicia, la Policía, el Poder Político, la Asistencia Social… nada ni nadie, para dar respuestas a la compleja guerra que se ha desatado entre víctimas y victimarios que se alternan en su rol. Sentir la desprotección del Estado AUSENTE y la hipocresía de una sociedad que hoy se alarma por los delitos y no advierte que la DROGA ha llegado para quedarse en la vida de los que mas tienen y los que menos tienen. El mate, es tal vez, el único que rescata los vínculos, entre quienes parecemos enfrentados.
Con sus zapatillas sin medias, su jean arremangado, el buzo “de marca cheta” y la torpeza de una dolorosa sonrisa, “Tito” nos abrió las puertas de su casa y fue difícil imaginar que esa misma persona tallara en piedra y madera como el mejor artesano, con las mismas manos con las que horas antes había apuñalado a otro joven.
Al cierre de esta edición, los únicos que se habían acercado a este domicilio, forman parte de una iglesia, en la que por ahora, se comparten algunos encuentros de fútbol.
“Cosas que pasan”
Nadie se atreve a confirmar que lo que aquí se publica sea cierto. Con un poco de intuición todos podemos entender que la mejor vacuna contra la mentira y la hipocresía sigue siendo la información veraz. Quien más sabe, mejor decide…
Las siguientes frases, forman parte de la colección de dichos que se obtuvieron en tres reportajes realizados en tres lugares diferentes y con más de diez entrevistados.
• “Las bicicletas robadas se compran a 30 pesos y se venden a 50. Hay gente que la compra”.
• “Vamos a seguir reclamando todo lo que nos prometieron. Yo le hice toda la política a Barbieri a cambio de trabajo y aún no cumplió”.
• “Para las elecciones nos piden que juntemos gente a cambio de plata. Nosotros teníamos que anotar lo que a la gente le hacia falta. Nunca lo miraron. Todavía tengo todo guardado”.
• “La policía vino acá a mi casa a pedir que le dijéramos a mi hermano que por favor se entregara porque sino iban a rajar a cuatro policías.”
• “Hacíamos trueque. Nos daban Rivotril y porros y a cambio nosotros le dábamos nuestra ropa”.
• “Nosotros corremos peligro porque conocemos muchas cosas y a mucha gente”.
• “Hay un galpón grande con una casa adelante donde se guardan todas las cosas robadas. Hay mucho material de construcción, puertas y tirantes”.
• “Hay barcos que traen vacas recién faenada de la isla. Las venden a dos pesos el kilo en carnicerías muy conocidas”.
• “Si tenemos problemas no nos queda otra que pelear o tirar. Tengo 9 tiros en el cuerpo y todo fue por defenderme. Nos defendemos, tenemos sangre en las venas. Lo que Dios quiera… si tenemos que morir, moriremos”.
• “Nos tienen envidia porque somos los Villarruel”.
• La policía sabe donde están los “fierros” y cómo se consiguen.
• “Hay una persona “muy conocida” que se encarga de comprar y vender armas. Una 38 se la puede conseguir entre 200 y 300 pesos”.
• “Para nosotros Cecilio Salazar es el mejor. Siempre ayuda”.
• “Antes nos empastillábamos y nos drogábamos mas. Pero nunca matamos ni violamos a nadie”.
• “La marihuana me hace reír, me hace hablar con la gente. Es lo mejor por eso la seguimos fumando”.
• “A 5 pesos se cotiza cada pastilla de Rivotril o Alplax. Mezclada con alcohol “pega más”. La conseguimos a través de los médicos que nos hacen las recetas”.
• “La pastilla te roba la mente… te llevás una cartera como si nada. No pensás. Después te queres matar cuando te das cuenta que estás en el Hospital o preso. Pero la droga te lleva a eso”.
• “Acá, hay tres veces más droga que en Baradero. Hay mucha cocaína. La marihuana no te hace mal”.
• “El que nos venía a “rescatar de la droga” fumaba con nosotros en el patio de mi casa”.
• “Hay gente que espera que uno que vende, caiga preso para vender más”.
• “Los autos que se robaron eran para llevarlos a San Miguel”.
• “Muchos conocidos entregaron droga para vender”.
• “Nos decían: Sino querés colaborar te pongo droga y quedas pegado”.
• “Conmigo nunca pudieron arreglar. Me han propuesto negocios y hasta las instrucciones de cómo robar. Nací humilde y no quiero que me maten”.
• “Un tipo de mucha plata me dijo: “vamos” la plata no te va a faltar. Y le hice un trabajo. Me quedé con 10.000 dólares. Era para que me comiera 8 años de cárcel, pero a los 4 meses me sacó”.
• “Hice cobranzas con un tipo que cagó a todo el mundo y por eso me dejaba entrar a un lugar al que antes no podía”.
• “Varias veces fuimos contratados para descargar “camiones” con mercadería. Siempre de noche”.
• “Está bien que algunos estén presos.
Le pegaban a todo el mundo, esos giles no tienen código”. (En referencia a jóvenes delincuentes)
• “Muchos que no tienen códigos laburan para la cana”.
• “Son muchos los que se reparten la plata de lo robado”.
• “Hay muchos que mueven monedas con la venta de droga. Y muchos son del centro, abogados, médicos, gente bien”.
• “Traen de las villas de Buenos Aires para vender en el centro”.
• “Podés encontrar hasta 4 parados en una esquina que venden marihuana, coca y pasta base”.
• “Sino colaboras te “empapelan” y te arman causas. No salís más”.
• “Yo los ayudo a los pibes diciéndoles que cuando roban no peguen. Hay toqueros que no cambian y le pegan a todo el mundo, a los viejitos… y eso no se hace”.
• “En los penales sobreviví porque estoy acostumbrado. Es mala la comida que te dan y en Olmos matan a 5 pibes por día. Lo llaman la Estrella de la Muerte. Pero no podes hablar porque te cagan a palos si lo haces y volves… ni te cuento. Fíjese que todos dicen que es la “mejor comida”. Tenés que pelear por el pan o por una remera. Yo me hice indio obligadamente.”
• “Rotundo venía cuando era pobre. Ahora no se lo ve mas”.
• “Nosotros ahora somos viejos, tenemos más de 20. Los que están en la movida ahora tienen 16-17. Nosotros ya no andamos en esa. Queremos trabajar y tener nuestra plata para alimentar a nuestros hijos”.
• Hay remiseros que conocen donde se compra droga en Buenos Aires. Luego la venden en San Pedro.
• “Existe el delivery de droga. Una 25, (25 g de marihuana), te sale 40 pesos. Un mensajero bien discreto lleva a domicilio el pedido”.
• “Los jueves llegan entre 20 y 30 “tizas” de cocaína. Cada una sale 200 pesos, pero en Capital se consigue por 100. En San Pedro luego se fracciona y cada una rinde hasta 1000 pesos”.
• “Cuando la cocaína se vende en bolsa, es porque antes fue mezclada con un analgésico muy conocido para obtener mas cantidad”.
• “A muchos “los duermo” y no le consigo nada de lo que me piden. Hace un rato me dieron 150 pesos para que les consiguiera una moto con todas las descripciones. No le voy a conseguir nada… pero la plata tampoco se la doy”.
• “Acá vienen en altos coches, de gente con guita, a pedirnos si le conseguimos DVD o televisores de 29 pulgadas. No quieren gastar en uno nuevo y quieren robados. Mucha gente hace eso, más de lo que usted imagina. Todos de plata, unos señores.”
Habló Tito
La nota, fue realizada el miércoles de la semana que pasó. Duró alrededor de cuarenta minutos. Esta es la síntesis de lo dicho por el joven que porta con esperanza la foto de su hijo y encierra la tristeza de saber que solo por milagro, dejarán de llamarlo “chorro” o “falopero”.
Quien está en línea, es el muchacho acusado de apuñalar a otro a la salida de un baile:
[b][i]Tito, buen día Ud. fue el que agredió a Peralta y después quedó en libertad?… [/i][/b]
– Sí, lo hice impulsivamente, no lo quise hacer. Salió así porque nos agarró ahí, entrando al barrio. Yo quise defender al pibe que después hirieron de bala… y bueno, le pido mil disculpas….
[b][i]¿Mil disculpas?!!! Mil disculpas, Tito, pero casi lo matás. [/i][/b]
– Y bueh… qué se le va a hacer…Y le quiero decir una cosa con respecto a eso que dicen de la delincuencia!. Yo le voy a hacer una lista de gente, de esa sociedad donde está Ud., que caen por acá, que vienen a comprar cosas, y drogas… y son todos corruptos. Hay médicos, farmacéuticos, y comerciantes muy importantes, de mucha plata… y se vienen de noche, y nos usan a nosotros, para hacer cualquier cosa, para prender fuego casas, para comprar cosas robadas o para que le encontremos las que le robaron, para hacer cualquier otra cosa que no la puedo ni contar…
[b][i]Pero contámela, por favor…[/i][/b]
– Bueno, … pero como la vieja esa que habló recién y que dijo que nosotros éramos unos arrastrados, unos cualquier cosa… bueno esa vieja vino acá al barrio a comprar televisor robado o viene cualquier otro a reclamar motos robadas que nosotros no tenemos y nos encargan que les robemos para ellos…
[b][i]¡Ahh! Pero vos me estás diciendo que las cosas robadas que les venden, primero tienen que robarlas? ¿A Uds. les encargan que roben para ellos? [/i][/b]
– Si señora; hay mucha gente de mucha plata del centro que nos encarga para que robemos…
[b][i]Y…¿Son conocidas? [/i][/b]
– Si.
[b][i]Y ¿Me vas a contar quiénes son? [/i][/b]
– No, porque yo no los quiero mandar en cana a ninguno… Pero escuchame si ellos no compraran no habría delincuencia. La misma gente que tiene la moneda hace la delincuencia. ¿Me entiende lo que le quiero decir?
Mirá, yo te voy a contar una historia: hace poco yo iba caminando por la calle y me llevaron tres policías. A mi me agarraron y me llevaron a una casa del centro, de un chalet, donde me dieron dos kilos de marihuana y me dijeron si yo la podía repartir en la calle, o si no me mataban…yo les dije que si para que me den la marihuana… y vine acá y le dije a mi mamá y ella me dijo que por qué la había agarrado. Y yo les dije que sí, que era mejor así para “dormir” la marihuana y que no anduviera en la calle, para los pibes, lo que pasa es que yo no soy transa…
[b][i]Mira vos…[/i][/b]
– Pero ahí tenés vos, en el barrio de La Radio, justo a la vuelta… O gente grande que viene a buscar droga… o que trabaja en el hospital… o tipos que piensan que la minita los está cagando y nos encarga que le metamos unos chumbos al macho… Por eso es que le digo quién tiene la culpa, siempre hablan de la delincuencia, pero estos son los que nos llevan a ser delincuentes…
[b][i]Pero mirá vos…[/i][/b]
– Y yo no quiero decir más nada porque yo no soy buchón… pero que no anden diciendo que somos una porquería, porque ellos nos mandan …
[b][i]¿Vos consumís droga? [/i][/b]
– Y… yo consumo porros. ¡ Más vale!
[b][i]Vos me decís “mas vale” pero ¿Por qué la fumás?… [/i][/b]
– Y si me la traen ellos a mi…
[b][i]Bueno pero no por que te traigan tenés que fumarla…[/i][/b]
– No, pero a mi me gusta, además el porro no hace nada. Las pastillas son las que te matan…
[b][i]Pero, por ejemplo, ¿Si vos no estuvieras bajo los efectos de la droga robarías igual…?[/i][/b]
– No, yo no robo más, hace como cinco años que no robo más, que me porto bien… yo, no tengo trabajo, pero la piloteo igual en la calle…
[b][i]¿Y con qué la piloteás? [/i][/b]
Hago changas… así…
[b][i]Ahora, vos me decís “yo no transo” ¿”Transa” es el que vende? [/i][/b]
– Más vale!…
[b][i]¿Y quienes son los que venden, los que la traen? [/i][/b]
– Y, es fácil, los que la venden toda, los que la traen directamente, son los comerciante que viajan a comprar. Compran para el negocio y para la droga que le venden a los pibes acá en San Pedro. Yo quería aclarar eso, porque nosotros en el barrio que vivimos no tenemos nada de plata… no tenemos nadie que nos…, nos… Son los de arriba esos.
[b][i]Y, oíme Tito, ¿vos no me ayudarías a poder saber de todo esto…?[/i][/b]
– Con el tema de las motos, los desarmes… todo eso… o con el tema de la familia y los aprietes y las prendidas de fuego… todo eso…Acá vienen los hijos de muchos de plata “de arriba”, que allá no nos dan ni bolilla y nos dicen, me tenés que hacer un favor, “esta mina me caga… y no quiero dejarlo así”… Entonces tenemos que ir nosotros para pegarle una apretada al tipo… y cobramos…
[b][i]¡Hasta eso se hace!… [/i][/b]
– Es la moneda Lili. Ellos tienen la plata y nosotros tenemos que ir tirando, por eso nos vemos obligados. Usted tendría que venir por acá Lili, va a ver que no somos tan peligrosos…
Me gustaría mostrarle unas fotos que tengo con políticos y tipos encumbrados del centro, que ahora rompen las pelotas, con armas en las manos y abrazados a todos nosotros…
[b][i]¿Ahá?… [/i][/b]
– Por eso, si no se dejan de molestar a todos acá y de ponerse pesados, los voy a mandar a todos en cana…
[b][i]Pero, es que así, tenés los días contados…[/i][/b]
– ¡¡Que días contados!!! ¿De qué? (enojado)
[b][i]No, yo me refiero a que, por ejemplo el otro día casi matás a uno…[/i][/b]
¡¡¡¡ Pero porque me equivoqué!!!! (Más enojado)
[b][i]Si ya sé que te equivocaste, pero si le hubieras acertado lo matabas. No sé que te pasa. Por qué hacés esas cosas? [/i][/b]
Lo que a mi me pasa es que la gente del centro, porque tienen un chalé es… oro lo que tienen y yo conozco gente que ese mismo chalet es grande como el baño que tienen estos que conozco. Porque vos sabes muy bien, que hay cada uno acá, que pasan con su autito, su celular, su corbatita pa’ delante y te quieren mostrar todo lo que son, porque creen que tienen mucho. Pero vos sabés muy bien Lili Berardi, que si vas a Buenos Aires, encontrás gente que tiene mucho más…¿O no?
[b][i]Si claro, ¿Cómo no? Miles y miles debe haber…[/i][/b]
– Por eso…y acá se creen que porque tienen un peso, un kiosquito… cualquier cosa, ya son más que uno…
[b][i]Decíme ¿A vos no te gustaría vivir de otra manera?… [/i][/b]
– Por supuesto!!! a mi me gustaría estudiar o hacer algo… yo tengo un hijo que lo quiero mucho. ¿Cómo no me va a gustar?…
[b][i]¿Y por qué no lo hacés? [/i][/b]
– Es que ahora, por ejemplo, ya andan todos estos diciendo que me tendrían que matar y no largarme…
[b][i]Bueno, pero vos no podés pretender que después que le metiste 4 puñaladas a un chico, encima te aplaudan…[/i][/b]
– Si, ya sé… lo que pasa es que me da por las pelotas a mi. Porque a mi hermano le pasó lo mismo; que se equivocaron, y yo me enojé mucho entonces.
[b][i]¿Por qué tienen tantos problemas Uds.? [/i][/b]
– ¿Problemas de qué? No, lo que pasa es que ustedes allá “arriba” están en otro mundo. Son dos mundos diferentes, allá “arriba” y acá “abajo”.
[b][i]Bueno explicame tu mundo…[/i][/b]
– Es que son diferentes, allá arriba hay muchas cosas…
[b][i]No. Vos explicame el tuyo y yo después te cuento: [/i][/b]
– En este mundo hay muchos códigos, y te los tenés que saber… No se puede ser gil, por ejemplo…
[b][i]¿Cómo es eso? [/i][/b]
– No hay que pelearse por pavadas. Un tipo que se enoja con otro porque este otro pudo robar más, está listo…
[b][i]¿No te gustaría vivir tranquilo? [/i][/b]
– Y si yo vivo tranquilo!!!…..
[b][i]A mi me parece que no…[/i][/b]
– ¿Por qué?
[b][i]Porque con todas estas cosas que les pasan a vos y a tus hermanos…¡Vos no vivís tranquilo! [/i][/b]
– Y no, lo que pasa es que siempre es así yo estuve 3 años en el colegio y salí. Y cuando salí me daban vuelta la cara todos. Yo salí así porque no tuve otra solución ¿Me entende? ¿Eh?
[b][i]Sí, ¿Cómo no te voy a entender? Así que decías que te portabas mal en la escuela, eso decían? [/i][/b]
– No, pero yo me cambié de escuela… ya en 1º grado me cambié…
[b][i]¿Eras bravo? [/i][/b]
– No, yo no era bravo, la vida me hizo así, como lo que soy… ni yo mismo puedo creer como soy… porque muchas veces yo hablo con amigos. Acá en el barrio, y con gente grande y siempre con todo respeto, bien… aparte yo hablo bien.
La Guerra
– Y si, a mi me odia todo el mundo… y no soy malo yo… no nací para ser malo. A mi la vida me golpeó…
[b][i]¿Por qué? ¿Qué te pasó? [/i][/b]
– Y … yo nací acá en el barrio este… y nací mal, la vida me hizo mal…y yo no quiero ser malo con la gente, así…, y de todo lo que hice fue cuando sentí que me discriminaron… que me miraron mal. Todos te discriminan, mirá el otro día fui a la tarde hasta el centro para comprar unas zapatillas, era una tarde de sol y yo iba caminando por la Mitre, y vino la policía y me revisó y meta decir que cómo me iba a comprar zapatillas, si yo no ganaba nada… Es muy feo.
[b][i]Pero Tito, yo me refiero a que no podés andar por la vida así, como el otro día que casi matás un chico….[/i][/b]
– ¡¡…y lo mataba Lili!!!. Te aseguro que lo mataba…
[b][i]Pero tenés que pensar Tito. No puede ser que andes así por la calle. Mirá si lo matás…[/i][/b]
– No, lo que pasa es que disparaba para el lado de un barrio al que yo le tengo bronca… que hay bronca…
[b][i]Hay una guerra? [/i][/b]
– Si, claro… Pero lo que pasa es que ellos son unos giles, se hacen los chorros y son unos giles…
[b][i]Compiten para ver quiénes son más chorros? [/i][/b]
– No, no…
[b][i]Ahora, yo siempre digo, que los supuestos chorros de acá son pobres, que no hay una organización delictiva… ni la mafia…[/i][/b]
– Claro, claro… nosotros estamos todos pobres. Lo que pasa es que la gente está equivocada, ¿Por qué no le tiran a la policía?, que son los peores. No, acá siempre se piensa en tirarle a los pibes, nomás… y yo digo, por qué mejor no van a robarse algo piola y listo.
[b][i]¿Estás jugado? ¿No te queda nada? [/i][/b]
– Está mi hijo que lo quiero mucho…
[b][i]¿Y no te gustaría darle una vida mejor a tu hijo? [/i][/b]
– ¡¡Y claro!! Por eso es que está con la familia que está…
[b][i]¿Qué tendría que pasar para que vos cambies y hagas el esferzo por mejorar? [/i][/b]
– Que me den un trabajo.
[b][i]Vos te comprometés que si tenés un trabajo vas a cambiar tu vida y tratar de mejorar…[/i][/b]
– Y aparte quiero estudiar, ser alguien. Yo no soy un tipo malo, yo soy tranquilo… pero la gente de mierda de su sociedad, ahí “arriba”, es la que me hace a un lado.
[b][i]Hay gente a la que no le conviene que se termine la delincuencia, en especial la delincuencia de gente pobre… la usan[/i][/b]
– ¡¡¡ Seguro!!!… y “la cana” primero, que nos usan para hacer negocios.
[b][i]¿Qué hay que hacer para alejarlos a Uds. de la delincuencia? [/i][/b]
– ¡¡¡Darnos trabajo, acá los políticos vienen un vez cada dos años, cuando hay elecciones.
[b][i]Los políticos siempre se aseguraron que haya pobres…[/i][/b]
– Sí, a ellos les gusta tomar merca, nomás.
[b][i]Bueno, eso yo nunca lo he visto. No digo que no ocurra pero pero no vi a ningúno tomando merca. No me sorprendería… pero nada más. [/i][/b]
– Hay mucha gente ahí en el centro que maneja merca ¿eh?
[b][i]Sí!, seguro que debe haber, y que maneja merca de la buena…[/i][/b]
– Y te digo más, si donde nosotros vivimos es una villa, donde viven Ustedes es Fuerte Apache.
[b][i]Me doy cuenta de tu bronca acumulada…[/i][/b]
– Lo que pasa es que no tengo poderes, porque si no…
[b][i]Sino que harías?… [/i][/b]
– Iría al centro, ah! Para matarlos a todos…
[b][i]Bueno, asi…! Si decís que querés matar a todos…[/i][/b]
– Y si ellos son todos iguales, son todos unos giles… salen del centro con un auto y con un teléfono… y se creen…¡Qué se yo!
[b][i]¿A vos te gustaría tener un auto y un teléfono? [/i][/b]
– Y, Mas vale… pero ganados honestamente, trabajando…
[b][i]Y bueno, ¿cómo te pensás que tienen sus autos la mayoría de la gente? [/i][/b]
– De garrón…
[b][i]Bueno hay de todo, hay gente que los conseguirá como vos decías y otro montón de gente que labura, labura y labura…[/i][/b]
– Los de guante blanco…
[b][i]Sí, sí. Están los de guante blanco y los otros que yo te digo honestos, que a fuerza de laburar, por ahí, se pueden comprar un auto. [/i][/b]
– A mi lo que me da bronca es que van allá abajo, en unos autos bárbaros, nos encuentran a nosotros tirados por ahí, drogados y por 100 pesos, ó 200 pesos te mandan a prender fuego una casa. Entonces claro: nosotro somos los que hacemos la mala delincuencia.