“Yayi” Chaves se hizo cargo y contó cómo compró el terreno costero que reclama Zuliani
Tras la publicación de un fallo adverso al empresario Carlos Zuliani, por un terreno en el nuevo Boulevard, donde se nombraba a un funcionario del Gobierno que habría comprado “derechos posesorios”, el Director de Atención Territorial explicó cómo, por qué y a cuánto lo adquirió. No sería el único que pagó sumas que no superan sus sueldos mensuales para intentar quedarse a futuro con predios que en el marcado valen una fortuna.
En la puerta del Butti, parado y mientras intercambiaba unas palabras con el concejal Nicolás Mácchia y el referente de la agrupación Cultura Vallese, Luis Lofeudo, el Director de Atención Territorial y dirigente gremial del Fesimubo Néstor Edgardo “Yayi” Chaves”, esposo de la concejal Sandra Mari, padre del joven Subsecretario Legislativo, empleado municipal de carrera y recurrente personaje político local, le contó a La Opinión cómo compró los derechos posesorios de un terreno en el Boulevard.
Se trata del mismo predio que este semanario publicó la semana pasada, producto de un fallo judicial que significó un revés para el empresario Carlos Zuliani, quien había ido al fuero civil a reclamar la restitución del predio, que ocupa desde 2009 María Isabel Pérez, quien sostiene que cambió esa propiedad por una casa en el barrio Futuro y que fuera víctima ese año de un secuestro que duró pocas horas, las suficientes como para que le demolieran la precaria vivienda que habitaba.
Como La Opinión publicó que existía la sospecha de que un funcionario del Gobierno de Pablo Guacone había comprado los derechos posesorios de ese terreno, “Yayi” Chaves confirmó que se trata de su persona y explicó que lo hizo “como cualquier ciudadano”, de manera “absolutamente legal”.
Relató que hizo el trámite ante una Escribanía, con la asistencia de dos abogados a los que consultó sobre el tema. Indicó que pagó “más de 10.000 pesos” y que antes del fallo estaba dispuesto a vender, aunque ahora duda, ya que el revés judicial para Zuliani suma para lo que pueda reclamar Pérez.
“Lo que yo compré son los derechos posesorios a la señora Pérez”, dijo Chaves, quien indicó que lo hizo no sin saber que tal vez pudiera perder el dinero que había “invertido” en esa adquisición. Nada manifestó sobre la promesa de una casa en el Barrio Futuro.
Una vieja costumbre
Lo que hizo Chaves es una conducta habitual en la ciudad. Sobre todo en esos preciados terrenos que permanecieron olvidados durante las décadas en las que el discurso imperante decía que en el boulevard y el bajo, más allá de 11 de Septiembre y de Sarmiento, no valía la pena vivir.
Un día, esos mismos que instalaron la mirada despectiva del otro que habitaba esas zonas, decidieron que había que ir por ellos. Sin vergüenza y con desparpajo, hicieron lo mismo que este funcionario: comprar por pocos pesos y a personas de escasos recursos, derechos posesorios sobre tierras que en el mercado cotizan a decenas de miles de dólares para luego seguir en la Justicia, contratar abogados amigos que “de esto saben mucho” y terminar escriturando a su nombre.
Sobran los casos y los hay hasta de mujeres en avanzada edad que firmaron en su lecho de muerte, al borde de la insanía y empujadas por la necesidad propia y de los suyos.
“El que gobierna San Pedro tiene que poner las pelotas en el suelo y terminar con la mafia inmobiliaria”, pidieron los hermanos Melgar hace pocos meses, casi con ingenuidad.
Hay más nombres
De punta a punta, desde el río Areco que separa a San Pedro de Baradero y hasta el límite con el partido de Ramallo, por la costa y la cresta de barrancas, se reproducen los casos.
Los nombres parecen ser siempre los mismos, aunque se suman algunos nuevos, cuya llegada a la política en los últimos años les permitió el acceso a buena información y a un cierto grado de falta de escrúpulos que aterra.
Frente a la barranca, con una vista al río única, hay una propiedad que la municipalidad, con aprobación del Concejo Deliberante, vendió a un particular tras reconocer sus derechos. Lo hizo en cómodas cuotas y con algunos errores. En los pasillos de Palacio aseguran que un hombre de estrecha ligazón con la política local lo habría comprado. Nadie se anima a decir su nombre en voz alta; o casi que no. Aunque los que tienen memoria recuerden que la primera arremetida se hizo sobre la cresta de barrancas hacia el norte, donde hoy varios ex funcionarios o sus parientes tienen bienes; la modalidad no cesa. La técnica del “alambrado” continúa y no hay campañas de alerta sobre el valor de los terrenos. Eso bien lo saben quienes, por ejemplo, recibieron en cuotas de 20 pesos los terrenos del Barrio Parque San Martín pertenecientes al Plan Familia Propietaria, impulsada por Duhalde y Pángaro, que hoy ven cómo creció la zona residencial al calor del negocio inmobiliario.