Y otra vez Doyle se queda afuera…
Total es la indignación de las alumnas del Centro de Educación de Adultos Nº 709 y de su maestra del ciclo a cargo, ¿Qué pasó ahora? Paso a contarles… Unos días atrás, se llevó a cabo una jornada destinada a las mujeres rurales, por medio de Jefatura Distrital e Inspección de Enseñanza. La jornada fue muy productiva y se trató el tema de las posibles inserciones de estas mujeres y los posibles proyectos que educación podría tener en cuenta, a la hora de programar los talleres que algunos centros tienen. El paso siguiente fue que la semana pasada, llega una invitación para que los docentes y sus alumnos vayan a Mar del Plata, a otra jornada por el mismo tema. ¡Dos días a Mar del Plata gratis! Invitan a La Tosquera, a Santa Lucía, a la escuela de adultos 701, invitan al paraje La Celina (que no tiene centro de adultos), va una comitiva de Baradero con San Pedro y… ¡oh sorpresa! nadie se acuerda de invitar al centro Nº 709 de Doyle que es el único centro rural, con alumnas rurales reales, con un taller de productos recontra conocido, donde los alumnos venden sus productos y ya habían formado una cooperativa, el único centro que tiene exposición todos los fines de año ininterrumpidamente desde hace 5 años, el único centro donde el taller funciona de manera organizada y real, acá no hay alumnos de palo, no se le regala el certificado a nadie, donde hay solamente un plan trabajar, (porque los alumnos que asisten lo hacen por decisión propia y no por interés) ¿Y? se pasan la pelota una a otra, la Sra. Inspectora Distrital se excusa diciendo que delegó la organización a la Directora del 701, la Directora del 701 dice que no tiene nada que ver, pero a la maestra a cargo del servicio nadie le avisa, nadie le pregunta, nadie le interesa que Doyle no vaya. Estamos como el teléfono descompuesto: ¿Quién dijo? alguien dijo, yo no dije, todos dijimos, nadie dijo… El viaje se hizo, estas mujeres perdieron su oportunidad, la bronca es porque nunca reconocen el trabajo que se esta haciendo acá, nunca un ¡que bien!, mis alumnas están muy apenadas, yo con infinita bronca, pregunto: ¿Qué tenemos que hacer en nuestro pueblo para que alguien alguna vez se acuerde de nosotros y nos tengan en cuenta? ¿Nunca van a reconocer el trabajo de gente decente que vive para trabajar sin pedir nada? Que alguien nos pase la formula de cómo lograr que nos den pelota! Daniela Torres, maestra de adultos a cargo del servicio.Al cierre de esta nota, nos llega la hermosa noticia que nos tuvieron en cuenta y nos pusieron en el proyecto, ¡que noble acto!