Vuelta de Obligado y la bajante del río Paraná: Pescadores y vecinos aseguran que hace muchos años no ven “tan poca agua”
En medio de la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus el caudal de uno de los afluentes más importantes de Argentina es escaso y eso se refleja en su paso por San Pedro, sobre todo en la histórica localidad donde se observan grandes extensiones de arena y se puede llegar caminando al famoso "morro". Pueblerinos que en su mayoría viven de la pesca y el turismo dialogaron con La Opinión y coincidieron en que hay que retroceder varios calendarios para recordar un panorama similar, que en la actualidad se produjo por un conglomerado de factores.
El río Paraná atraviesa una bajante histórica a causa de varios factores de los cuales uno de ellos, el cierre de represas de Brasil, dejará de serlo desde la próxima semana porque, por doce días, se abrirán las compuertas en Itaipú. Mientras tanto, las mediciones de Prefectura Naval Argentina en el puerto de San Pedro superan el cero de vez en cuando y los paisajes costeros son aterradores, sobre todo en Vuelta de Obligado por donde pasa el canal principal del afluente.
En el paraje histórico es una postal que pocos recuerdan con grandes extensiones de arena y el icónico islote o morro a la vista, al que se accede caminando. En el marco de cuarentena para evitar la propagación del coronavirus, casi no hay circulación y sólo se escuchan los motores de las lanchas y el oleaje que provoca el paso de grandes barcos. También, los pájaros apabullan con el canto en la reserva, un lugar protegido donde la avifauna es protagonista.
"Vivo acá desde el año 1976, antes venía a pasear y en el 1970 lo vi más bajo que lo que está ahora todavía, pero desde que vivo acá bajantes como la de ahora nunca lo había visto. En el 1970 estuvo 60 centímetros más bajo que el canal, más bajo que ahora", recordó Héctor, uno de los pescadores que se entrevistó con La Opinión, quien dejó en claro que la situación "para la pesca no perjudica": "En la laguna no se puede entrar y está todo en el río. Para arriba, para el lado de Santa Fe y Corrientes, sí se complica. Si no hubieran abierto ese poquito de agua que hizo que el Iguazú creciera cinco o seis metros o 6 metros, todo el pescado hubiese quedado encajonado. Nosotros todavía podemos seguir trabajando".
Para Jorge, salir a navegar "cuesta" porque el arroyo se secó: "Tenemos que dejar las lanchas en el río, nosotros tenemos el arroyo para dejar las lanchas más cerca de casa. El otro día hubo sudestada y por eso hay un poquito de agua. Pero al otro día ya está todo seco y no se puede pasar y hay que dejar todo a la orilla del río de vuelta". Además, reconoció que "nunca" lo vio tan "bajo" y que su papá tampoco. Y, sobre la pesca, sostuvo: "Está saliendo muy poco, poca boga, poco sábalo y algún patí, algún doradito. No es como en otros lugares que está saliendo en cantidad mucho, acá está saliendo muy poquito".
El relato de Mónica va en concordancia con el de los dos hombres porque no recuerda "verlo tan bajo" al río Paraná. En esa sintonía también se manifestó Alejandro: "Hace 20 años que vivo acá en Obligado y nunca lo vi tan bajo. La primera vez que lo veo así. Ahora está bajo por demás. Yo de que conozco es la primera vez que lo veo tan bajo". Javier no tiene otra perspectiva sobre el afluente que nace en Brasil y desemboca en el río de La Plata: "Nunca vi el río tan bajo, el arroyo tampoco que está prácticamente seco sin agua. Nunca vi las piedras tan afuera en el morro, es la primera vez y hace 42 años que vivo acá".
Al cierre de compuertas se le debe añadir la falta de lluvias en el norte de Argentina, otro factor clave en la sequía extraordinaria que rompió todos los números. Si bien Prefectura no mide en negativo, en ocasiones el centímetro fue más abajo de cero como no ocurría hace varias décadas.
"Hace 35 años que vivo en Obligado. Antes calaba más de 30 metros contra barranca y llegaba hasta 40 metros abajo de casa. Era todo piedra, salió el barro y quedaron piedras, la gente pescaba abajo de casa. Ahora es todo playada, todo cambió con los años, hoy se ve muy bajo. De 1982 a 1986 hubo crecientes grandes, esta bajante es histórica", detalló Juan Carlos.
Juan Ramón, en tanto, admitió que es la primera vez que observa ese panorama en 30 años, porque tiene 37 y desde los 7 pesca. En ese sentido, aseguró que "sale menos pescado" y que "se complica con la pandemia" porque sólo hay "acopiadores de San Pedro" ya que los de "Buenos Aires" no están trabajando.
Por último, Ariel desdramatizó la situación y señaló que "después de cada bajante hay una creciente" y "así sucesivamente" porque después de la situación actual "todo vuelve a la normalidad". Y cerró: "Esto ha pasado toda la vida. Igual que con el tema del pescado, no es que bajó el río y sale más cantidad, cuando hay creciente también sale y muchas veces en cantidad. El Paraná en otros años ha bajado mucho pero no sé si como ahora que está tan bajo. Mi papá me contó que cuando era chico había también unas bajantes impresionantes".