Viveristas en alerta por el robo, compra y venta de plantas y plantines
Día a día la situación del sector se agudiza debido a los constantes robos que se producen especialmente ahora y para el Día de la Madre. Han hecho denuncias y hasta aportaron datos para poder acabar con el delito, pero hasta ahora no ha pasado absolutamente nada.
Una secuencia interminable de robos puso en alerta a los productores viveristas. No solo los brutales asaltos sufridos por los trabajadores en los últimos tiempos es lo que preocupa, sino también el desmantelamiento imparable de campos enteros, donde verdaderas organizaciones con movilidad y herramientas propias se dedican a llevarse en una sola noche una producción completa.
Hoy cualquier vecino vende plantas, en puestos ambulantes, a través del tradicional puerta a puerta o peor aún, está el que las manda a robar, las compra por un valor ínfimo y luego las introduce en el mercado como si las hubiese preparado con sus propias manos. El Día de la Madre, el del Maestro y hasta las fiestas particulares suelen ser la mejor ocasión para esta “mercadería”.
Lo más penoso para el sector es que quienes están detrás del delito son personas del mismo rubro, que conocedores de los movimientos y las producciones de sus colegas no vacilan en saquear y destruir, para después hacer su negocio dependiendo de la variedad que necesite el mercado. Es más, existen víctimas que aportaron los suficientes datos a la justicia como para ponerle freno pero nunca hubo novedades, y lo peor del caso es que se trata es que por lo que afirman los conocedores se trata de “señores productores” que se mueven con total impunidad por cualquier rincón de San Pedro.
Hay casos donde se llevaron hasta 15.000 plantas y consultados los viveristas aseguran que es tanta la naturalidad con la que se manejan que primero van a los campos y se llevan tres o cuatro plantas de cada variedad como muestra, y dependiendo de lo que necesite el comprador, regresan y arrasan con una camada completa de esa variedad.
Hoy en día, las más afectadas por manos ajenas son el Jazmín del Cabo, Buxus y coníferas injertadas, pero además de los robos en los campos también se han detectado ilícitos desde el interior mismo de la finca en donde se las preparan.
Cansados de los robos y de los colegas inpunes los viveristas dijeron basta; “Queremos ir a fondo hasta parar con todo esto”.
Investigó, los agarró pero quedaron en libertad
Los damnificados reconocen que la policía hace lo que puede, que no se logra más si no cuentan con los medios necesarios como para cubrir todas las hectáreas que abarca el partido. De todos modos esperan otra reacción de la justicia, que investigue y que tome decisiones.
Uno de los casos más recientes es el de un productor que mismo investigó y atrapó a quienes le habían arrebatado su producción. Hace una semana atrás detectó en su campo que un desconocido había preparado unas 200 margotas (sistema ágil de reproducción de plantas que se usan para distintas variedades) para regresar y llevárselas. El propietario del lugar armó por su propia cuenta un operativo sabiendo que en algún momento quien había apartado las plantas regresaría, y así fue. En la noche del lunes, el ladrón volvió, ingresó al campo y en el momento en que se aprestaba a cargar las plantas fue sorprendido por los propietarios. Fue perseguido, atrapado y entregado a la policía que ya había sido alertada por lo que podría llegar a suceder.
El joven, quien ya poseería antecedentes de este tipo pero que se encuentra en libertad, buscó desentenderse de la situación aunque tampoco aportó demasiados argumentos como para explicar qué era lo que hacía en ese lugar y de noche, además de llevar entre sus pertenencias algunas bolsas de consorcio imprescindibles en este tipo de delitos para poder trasladar las plantas.
Pocas horas después, tras presentarse ante la Fiscalía de turno, el sujeto quedó en libertad. El malestar de los productores afectados pasa por la pasividad con que actúa la justicia y la manera en que se tratan estos delitos que no por ser menores dejan de afectar sus economías y trabajo. Cabe aclarar que tampoco estos delitos tienen previstas penas y tipificaciones específicas que permitan mantener detenidos a los acusados. Aún asi, aseguran haber sumado pruebas y denuncias en contra del mismo sujeto, como para que se lo investigue y puedan determinar si tiene relación con otros hechos.
La Cámara en alerta
Días atrás, preocupados por la misma problemática, la Cámara de Viveristas, se reunió con autoridades policiales y representantes de la Sociedad Rural y Federación Agraria.
Actualmente, quienes pertenecen al sector, aseguran que en San Pedro existen más de 100 viveros que ofrecen trabajo a unas 1500 personas y temen que con lo que está pasando les suceda lo mismo que con otros rubros hoy totalmente desvastados.
Mientras planean un nuevo encuentro las autoridades se comprometieron a colaborar y seguir de cerca la situación.