Violento asalto en Pueblo Doyle: “Patearon la puerta y entraron, nos ataron con precintos y nos pedían plata”
Ivana Oneto y sus padres, de 65 y 68 años, fueron víctimas del accionar de cuatro delincuentes que ingresaron a su vivienda alrededor de las 20.00 de este jueves. La mujer relató en Radio Cuarentena cómo fue el robo.
Un violento asalto sufrió este jueves en Pueblo Doyle la familia Oneto, vecinos históricos de la localidad ubicada a la vera de la ruta 191, quienes sufrieron el accionar de cuatro delincuentes que ingresaron a su vivienda para robarles.
Este viernes, Ivana Oneto, hija del matrimonio de 65 y 68 años asaltado, relató cómo sucedió el episodio que los mantuvo a los tres durante alrededor de media hora a mercede de cuatro sujetos que los maniataron dentro de la casa para asaltarlos.
“Tipo ocho de la noche estábamos con mi mamá y mi papá en casa, patearon la puerta y entraron, la puerta de atrás”, contó Ivana este viernes por la mañana en comunicación con La Opinión desde el teléfono fijo de la casa, porque los celulares se los llevaron los delincuentes.
“En ningún momento nos trataron mal ni nada, nos ataron con precintos y nos dijeron que nos quedemos en el piso, nos pedían plata”, contó y agregó: “Pasaban por arriba de nosotros caminando, revolvían, pedían plata, pero al menos en ningún momento nos pegaron”.
Los ladrones maniataron a la familia, “muy fuerte, con precintos”, al punto de que la esposa de Oneto les pidió que “aflojaran” la presión porque la estaban lastimando. “Habrán estado más o menos media hora hasta que no sé si vieron algo que los puso nerviosos o algo y se fueron”, relató Ivana.
“Experiencia tenían, estaban nervioos pero no parecían drogados”, agregó. Eran cuatro delincuente de entre 20 y 40 años, estimó la hija del matrimonio Oneto.
“Para mí no tenían ninguna data, venían a buscar plata pero no es que tenían algo preciso, venían a buscar plata. Nos amenazaban con que tenían a uno de mis hermanos, con que iban a pegarle un tiro a uno de mis sobrinos”, detalló.
Los ladrones habían dejado un Chevrolet Corsa celeste en la esquina de la casa de los Oneto. Tras disponer objetos de valor en una mochila, caminaron hasta el coche y huyeron.
Una vez que los delincuentes se retiraron, Ivana Oneto cortó con un cuchillo los precintos y desde el teléfono fijo comenzó a llamar a los números que recordaba, de vecinos del pueblo. “Enseguida los vecinos se acercaron”, señaló.
“Acá en el pueblo éramos todas personas de acá, ahora Doyle ha crecido mucho y vino mucha gente de afuera, los fines de semana más que nada, vemos gente que no conocemos”, dijo y aseguró que es necesario que dispongan personal policial permanente en la localidad.
“Estamos pidiendo que el destacamento funcione, que haya alguien ahí, que si ve un movimiento raro pueda acercarse, cuando había un policía acá era sólo para cuidar el destacamento, siempre hay que ir a Santa Lucía, al pueblo vecino, si pasa algo”, explicó.
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