“Vida civilizada”
Los ecologistas de Gualeguaychú, de Colón y de otras zonas de Entre Ríos (también llamados “ambientalistas”), van a seguir librando la batalla por la defensa del medio ambiente ante la posibilidad que se sigan construyendo dos papeleros sobra la vera del Río Uruguay que va a contaminar el río, el aire, la vegetación... el ambiente de la zona. Está bien esa defensa del casi obstinada, ciega, sin desmayos. Es difícil imaginar un grupo semejante en esa situación. Han mejorado la conciencia ambientalista de todo el país, a tal punto que las fábricas de papel hoy por hoy, redoblaron el “tratamiento” de los afluentes contaminantes y la gente común se fija que esa “civilización” empresarial que tiene enfrente, no lo perjudique. San Pedro vive en un clima de ausencia de salud, de increíble porcentaje de enfermedades terminales (cáncer) y no es difícil imaginar que existen importantes influencias externas que perjudican el medio ambiente (!!) Tenemos conciencia ecologista? Poco y nada, mejor nada si pensamos que existe una “planta cloacal” que no funciona. “El hombre acabará por morirse de civilización”, esta frase pertenece a Albert EINSTEIN y, al paso que vamos, parece una verdad incontrastable. Los celulares de hoy son pequeños “micro-ondas” que, de algún modo, podrán perjudicar por el uso indiscriminado que de ellos se hace. El hombre vuela con su ciencia cada vez a más altura pero deja huellas en la tierra que hacen mucho, mucho daño. Allá en el cielo están los inventos, aquí en la tierra estamos los seres humanos afectados por tanto progreso. Dicen que los indios, los naturales de nuestro país y de otros países, eran profundamente “ecologistas” ya que respetaban su medio ambiente por encima de todas las cosas, objetos o seres vivos. Pensar que los “blancos” que conquistamos las tierras de los naturales, afectamos el medio ambiente sin miramientos en pos de la “civilización”. Entre esa afectación estuvo –claro está- la matanza de miles y miles de indios. Recuerdo al pasar un dato latinoamericano: en Paraguay daban por terminado el servicio Militar a aquel soldado que matara un indio de la tribu “Guayakíes” que (habitantes de los bosques chaqueños paraguayos), procuraban evitar el desmonte indiscriminado de sus árboles. Era un premio al homicidio. Del mismo modo le daban una medalla y diploma a peones de campo que hicieran lo mismo. Aquel viejo aforismo que dice que la Tierra se la pedimos prestada a nuestros hijos y nietos, sigue –cada día más- una verdad incontrastable, que Antonia se entere pronto y haga valer sus derechos. Mientras tanto, tamaña “civilización y progreso” nos sigue matando. [i]por el Dr. Elvio Macchia[/i]