“Venimos a romper con el asistencialismo”
El nuevo Secretario de Desarrollo Humano, Gustavo Díaz, presentó parte de su nuevo plan de trabajo en conferencia de prensa. En su despacho, recibió a La Opinión y habló de todo. Las diferencias con Marta Perret, el desafío hacia el futuro, los nombramientos dudosos, el discurso de la oposición y la estrategia de trabajo. “Se pueden llegar a encontrar algunas irregularidades”, aseguró sobre la gestión anterior.
Con sólo llegar a la vereda de la Secretaría de Desarrollo Humano parece que pasa algo distinto. No hay una cola enorme de personas agolpadas, como supo haberlo siempre. Sólo un puñado de ciudadanos conversado entre sí afuera del edificio de Oliveira Cézar. Entre ellos, Tony Correa, que saluda a La Opinión y dice que vino “a verlos a éstos”, por los de la Secretaría.
Al ingresar se nota cierta cosa de “escoba nueva barre bien” y todo parece estar más o menos aceitado para su funcionamiento, hasta la intercomunicación telefónica, que en pocos minutos hace que el cronista pase por las sonrisas del personal de carrera, entre ellas quien fuera Coordinadora de Cultura del Gobierno de Barbieri cuando el ex Intendente decidió que el área de Salud necesitaba el presupuesto de esa Dirección, Estela Martínez.
Ella es la encargada de guiar hacia la oficina donde hay una larga mesa repleta de papeles, varios mates, termos y sillas. Gustavo Díaz viste de camisa arremangada producto del veranito de San Juan adelantado que tuvimos hasta el lunes, aprieta la mano de manera firme pero sin exagerar, invita a sentarse y hace lo propio. Mira el grabador y se acomoda para responder la requisitoria periodística durante casi dos horas en las que no atenderá ningún llamado, ni siquiera su Blackberry personal. Sabe que los comentarios sobre su designación recorren las calles y que su pasado en la gestión pública y privada se analiza minuciosamente en varios bunkers del barbierismo.
Cuestiones de presupuesto
“El punto más fuerte de la nueva gestión es la readecuación de presupuesto, es la base de lo que podamos hacer hacia adelante. Creemos que más allá de si se gastaba bien o mal, queremos poner énfasis en áreas que no venían trabajando como creemos que tenían que trabajar, como la asistencia directa, que queremos modificar por otro tipo de política, más ligada a la contención que al asistencialismo, si se prioriza, por ejemplo, la compra de harina, se está dejando de hacer otras cosas”, dijo Díaz para marcar lo que considera que es necesario destacar de la nueva etapa en Desarrollo Humano respecto a Marta Perret y la gestión de Barbieri.
La cuestión presupuestaria sobrevuela la entrevista: “Desde que entramos llevamos un control estricto de lo que ingresa y lo que egresa; para atrás no sabemos, no recibimos un listado con deudas o cosas por el estilo, empezamos a sacar papeles y todos los días aparece alguna cuenta vieja”.
Consultado sobre si ello implica irregularidades, respondió: “Creo que se pueden llegar a encontrar algunas irregularidades, pero hace un mes que estamos y hemos podido ver muy poco de lo que es la Secretaría”.
Prefiere no polemizar y se escuda en frases que dicen mucho más de lo que él mismo quisiera: “Son distintas políticas, distintas maneras de ver cómo se tiene que trabajar en la política social. Tenemos una mirada totalmente distinta”, subrayó sosteniendo la mirada y disparó: “Había muchos vicios, una manera de hacer política con la que no coincidimos”.
Al soltar una afirmación semejante, aclaró “No planteamos un lugar de la sospecha, pero esta mañana (por el lunes) hicimos un concurso de proveedores y en la compra de hoy, para esta semana, nos ahorramos 1.300 pesos. Esto no tiene que ver con sospechas de nada, sino con diferencias de mecanismo de funcionamiento. Vos tenés un proveedor, confiás en ese proveedor, le encargás, te asiste. Lo que nosotros hacemos es tener un control sobre ese proveedor. Llamamos a las tres o cuatro empresas de San Pedro que son mayoristas para que concursen los precios”.
Teniendo en cuenta que hay una serie de compras que, por ser de montos menores, pueden hacerse de manera directa, Díaz aseguró que prefieren concursar de todas formas: “Por una cuestión de trasparencia; además, hay diferencias de precios en determinados productos, entonces no le compramos todo a uno solo” y repite: “Estas son decisiones políticas que cada uno maneja como cree que es mejor”.
Si bien no ofrece demasiados detalles sobre lo que llama “cuestiones viciadas” que “cuesta mucho cambiar”, la tendencia discursiva es separar esta nueva gestión de la anterior: “El planteo es sacar la Secretaría a los barrios, es muy difícil resolver los problemas esperándolos desde atrás de un escritorio”, aseguró, en consonancia con lo que suelen repetir los dirigentes cercanos a la Ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner.
“El plan es interactuar con todos, que el Estado esté presente junto a la buena voluntad de todos los que están convencidos de que es necesario instalar la esperanza y la dignidad en la gente, esa es la premisa; si logramos algo de eso, estaremos más que satisfechos. Si podemos romper la barrera de la 11 de Septiembre habremos dado un gran paso”, dijo sin emitir comentario alguno respecto de si hubo o no intenciones en la era Marta Perret de modificar eso o sencillamente, por acción u omisión, se reprodujo esa situación que hoy es señalada como uno de los mayores males en términos sociales que afecta a San Pedro.
La visión colectiva
A diferencia de su antecesora, Díaz subraya constantemente la necesidad del abordaje colectivo de las problemáticas sociales, relegando a segundo plano la asistencia focalizada, eje de la gestión anterior: “Hay que buscar maneras colectivas de trabajo, desde el Estado, proponiendo cosas que tienen que ver con dignificar a la persona como ser humano”.
Sin dudar, remarcó: “Venimos a romper con un esquema de trabajo político tradicional y con los vicios que tiene, que no es tarea fácil y eso implica altos costos políticos que pagar, y estamos dispuestos a hacerlo, Pablo (por Guacone) fue clarísimo. Nos preguntó cuál era el camino para terminar con esto, lo propusimos y dijo: hagámoslo”.
“Cacería de brujas” desmentida
“Al principio había cierto temor de que íbamos a poner en marcha una cacería de brujas o que perseguíamos a uno u otro. No tiene nada que ver, venimos a traer una nueva manera de poner la Secretaría al servicio de la gente, con otro tipo de proyecto de política social”, dijo Díaz y aseguró: “Nosotros no hemos sacado a nadie. Los coordinadores siguen siendo los mismos y los jefes de área también. Lo que hicimos fue cubrir la vacante que había en la Dirección del Instituto Sarmiento, y pusimos una coordinadora general de todo lo que es el trabajo social técnico, que es Silvina Chediak, cosa que antes no había”.
Sin embargo, desde ATE denuncian que un empleado técnico del Instituto Sarmiento fue trasladado como sereno al CIC. “Lo que está amparado dentro de la asistencia técnica tampoco hemos hecho variantes, seguimos trabajando igual, lo que cambiamos es la parte global”, sostuvo el Secretario.
El problema no es
sólo en los barrios
“Hay problemáticas que no están instaladas nada más en los barrios sino que atacan a todos los sectores sociales, como el maltrato familiar, el alcoholismo, las adicciones, no están todos los problemas sociales del otro lado de la 11 de Septiembre, hay cosas que no son exclusivas de un sector. Siempre se culpa a los demás, se reflejan nuestros propios problemas en los otros, pero en realidad convivimos en todos los sectores sociales con esos problemas”, expresó.
Y, una vez más, marcó diferencias con Perret: “Ante un reclamo, en vez de asistir sólo desde lo material buscamos la asistencia desde otro lugar, de la contención, la participación, queremos lograr la participación del núcleo barrial, que planteen la problemática ellos, no ir desde acá. La bolsa de comida también es importante para muchas familias que la necesitan y vamos a seguir cumpliendo con eso, pero esos pedidos materiales por lo general son emergentes de problemas mayores”.
En ese sentido, sostiene que “el proyecto es la interacción de toda la parte gubernamental municipal con todas las asociaciones, los clubes, las ONGs, los gabinetes de las escuelas, los bomberos, la policía, las iglesias evangélicas, católicas, las cooperadoras de las escuelas, en cada barrio hay distintas organizaciones que agrupan, que convocan”.
Cuando ingresa en ese terreno, Díaz reflexiona: “Veo que hay una desintegración del ser humano. Ellos empezaron a asumirse como lo que nosotros le señalábamos; los discriminamos, los desintegramos y los excluimos, ellos compraron ese lugar; lo complejo y el desafío mayor es generar que sientan que son dignos como cualquier otro, que tienen sus sueños, sus deseos, sus necesidades, ilusiones y proyectos de vida, como tiene cualquiera. Ese es el gran desafío, que se integren e incluyan desde ellos mismo, y mirá cómo terminamos hablando, de nosotros y ellos, hasta ahí se pone de manifiesto esa situación”.
Lo que hay y lo que
piden a la Nación
“Necesitamos algún personal profesional más que no podemos cubrir por motivos presupuestarios, por eso recurrimos a Nación”, dijo Díaz.
De inmediato, el nombre de Marisa García y los rumores sobre su nombramiento en el área aparecieron: “Nosotros no nombramos a nadie. Había una posibilidad, si es que bajaban algunos planes de Nación para que ella las coordine; no tenemos drama, siempre que hay proyectos Nación – Municipio, ellos implementan y ponen una coordinación propia y hacen los nombramientos”.
Una de las problemáticas no abordadas con la que se encontró es la de la tercera edad: “Fuimos a ver una experiencia de Ramallo para conocer lo que hacen y ver qué podemos replicar, hace 22 años que trabajan sobre el tema”.
“Hay varias cosas que queremos revisar, y el caso de los robos de cheques en la Casa del Niño (denunciado por La Opinión varios meses después de que tuviera lugar el hecho) es uno de ellos. Nos hemos enterado estando afuera, son cinco o seis temas puntuales que queremos resolver, que empezamos a hacer un seguimiento de cosas que han surgido en su momento y que se perdieron en el tiempo y estamos viéndolas. No quiere decir que haya una situación ilícita o no, sólo que queremos saber qué pasó. No estamos haciendo un trabajo de encontrarle cosas a la gestión anterior, nada que ver, pero hay algunas cosas que reordenar, eso seguro, bah, todo”, señaló.
Política social y seguridad
Díaz fue uno de los protagonistas de la última reunión sobre seguridad, desarrollada en el Centro de Comercio, de la que participaron todos los actores involucrados en el tema, como el Fiscal Manso, Jefes policiales, Secretaría de Gobierno y Foro de Seguridad.
El nuevo Secretario consideró que “ahora todo se enmarca en la palabrita ‘seguridad’ y se mete todo ahí adentro, pero no es tan así. Creo que todo pasa por un problema cultural, que engloba todo el resto”.
Aclaraciones
pertinentes
Consultado sobre la presencia de Tony Correa, Díaz dijo que “la Secretaría venía trabajando de una manera que no compartimos y nosotros cambiamos la óptica de trabajo. Hoy por hoy Correa está asesorándonos en algunas cuestiones del movimiento en el que trabaja (la Federación Tierra y Vivienda), nos va a traer un censo con algunos datos sobre tema vivienda y otras cuestiones, no es un trabajo rentado ni nada por el estilo, es parte de la articulación con su organización, como hacemos con la gente de Castells”.
Al respecto, se refirió también a los rumores que hablaban de nombramientos de personas ligadas a estructuras políticas tradicionales: “Nosotros no llamamos a nadie, convocamos a todo el mundo a colaborar, convocamos a todos, en el trabajo que hacemos de articular con las distintas asociaciones hay una diversidad de gente que tiene que ver con ideologías distintas, partidos políticos distintos, nosotros trabajamos con todos, convocamos a todos, abrimos el juego para todos”.
De la boca
para afuera
La (hasta no hace mucho) oposición señaló en diversas oportunidades falencias del área que dirigía Marta Perret, especialmente en cuestiones ligadas a la asistencia directa y a un presunto uso político de ese tipo de ayudas, cuestionamiento que se hizo presente a la hora de votar en el Concejo las readecuaciones del pasado año electoral, donde requirieron detalles acerca de quiénes habían solicitado esos beneficios.
“Acá pasan cosas muy raras. Hay políticos que hacen una defensa para afuera de esta nueva forma de trabajo y te piden todas las semanas cincuenta bolsas de mercadería para repartir, le pedís los nombres de las personas para saber cuál es la necesidad y no te lo quieren dar. Hacen un discurso de ‘basta con el asistencialismo’ y después te salen con eso”, se quejó Díaz y aseveró: “Nosotros desde que estamos acá, cada bolsa de comida que sale va con un informe social por las necesidades que tiene la persona o la familia”.
En ese sentido, sostuvo algo que durante 2011 será bastante difícil de cumplir: “La Secretaría no va a ser el eje electoral, de cambiar un voto por una bolsa de mercadería. En campaña nosotros no vamos a dar, pero Nación y Provincia van a salir a dar. Bueno, pero si el vecino entiende que lo que le dan está bárbaro que lo agarre pero que eso no le va a cambiar la vida. Tampoco lo podemos cortar de un día para el otro”.
“El objetivo a corto plazo ahora es la creación de los núcleos barriales, a través de la cultura, el deporte, la tercera edad, en cada lugar el convocante es distinto”, remató antes de atender por primera vez el Blackberry y disculparse porque debía asistir a una reunión con el Intendente.
Fuego, ¿qué fuego?
El jueves a la 1.30 de la madrugada (trasnoche del miércoles) en la parrilla de la Secretaría de Desarrollo Humano ardían planillas que, al menos en las fotos a las que pudo acceder este semanario, pertenecen al Ministerio de Desarrollo Humano de la Provincia, cuando todavía se llamaba así.
Lo que no se pudo certificar es qué contenían, quién inició el fuego y por orden de quién. Consultado al respecto, Díaz dijo que no estaba al tanto de ninguna quema.
Sin embargo, las imágenes dan cuenta de que era efectivamente en el edificio, en la zona donde guardan una camioneta. Tan misterioso como el día en que una partida de leche vencida fue arrojada a un pozo del patio del Instituto.