Hace dos semanas, Mariana Bastía y Lucas Trotta visitaron la bóveda de Felipe, su bebé que falleció a las 21 semanas de gestación a causa de una hipoxia fetal crónica, y se encontraron con el peor escenario: todo destruido.

La puerta había sido forzada, los jarrones estaban rotos y los regalos que le habían dejado a su hijo estaban destrozados y desparramados por el piso. Sin embargo, faltaba más: habían rayado el cajón del niño con fibrón negro.

La profanación de la tumba de Felipe provocó que sus padres escribieran una carta para entregar al intendente Ramón Salazar, “para reclamar un buen servicio de seguridad e higiene en el cementerio municipal”

“Ante nuestra angustia, recurrimos a la entrada del lugar par avisar lo ocurrido. La respuesta de un miembro del personal de seguridad fue: ‘Yo solo estoy acá para estar sentado adelante. Si quieren hacer un reclamo vengan de lunes a viernes por la mañana’ (aclarando que el sujeto ni siquiera se acercó al lugar de lo sucedido a pesar del penoso incidente)”, indican en el texto del petitorio.

El hecho, ocurrido un domingo, no fue el primero que vivieron los padres de Felipe, que falleció hace un año. “Habíamos sufrido robos, se llevaron una escalara que dejamos ahí para poder limpiar. Pero no fue tan grave como esta vez. Entraron a nuestra bóveda y la de al lado”, había precisado Lucas Trotta el sábado en Sin Galera.

“Sabemos que muchos ciudadanos quienes poseen a sus familiares dentro de la institución han sufrido de vandalismo. Por el mismo motivo recurrimos a ustedes para pedir ayuda en conjunto y reclamar al municipio por nuestros derechos y los de quienes no están”, finaliza el texto firmado por “los papás de Feli”.

Quienes quieran firmar el petitorio que será entregado a municipalidad, pueden comunicarse con los padres de Felipe Trotta al 3329545012