Uocra y Prear llegaron a un acuerdo por 30 días
La planta volvió a funcionar desde ayer, luego de una tensa disputa que mantuvo un paro de trabajadores por una semana. La empresa se comprometió a solucionar los problemas de seguridad e higiene y alcanzaron un acuerdo salarial para este mes. Hay un compás de espera en el que el sindicato espera un nuevo ofrecimiento sobre el convenio dispuesto en paritarias.
Fue una semana tensa en Prear. Con más de 160 trabajadores de paro en una planta que perdió unos 70 mil pesos diarios, el conflicto suscitado por algunos problemas de seguridad e higiene y un reclamo de incremento salarial por sobre lo acordado a nivel nacional por la propia UOCRA en paritarias, ayer todo volvió a la normalidad, al menos por los próximos treinta días.
Decenas de camiones tuvieron que pegar la vuelta cargados con materiales para el funcionamiento de la fábrica, que mantiene su producción con obra pública de rentabilidad relativa y pagos desde el Estado en cuenta gotas. La protesta que los empleados comenzaron el lunes 2 de julio se extendió activamente hasta el viernes, cuando las partes lograron un acercamiento momentáneo en la delegación local del Ministerio de Trabajo.
Allí llegaron el viernes a las 9.00 de la mañana representantes de la empresa desde Buenos Aires. Hasta las 16.00 debatieron con Horacio Azzoni, titular de Uocra, bajo la mediación de la Delegada local del Ministerio Paula Taurizano.
Los términos del acercamiento
El acuerdo alcanzado establece un compromiso de Prear de solucionar los temas relacionados a seguridad e higiene en un sector nuevo de la planta y la ampliación con mejoras de los baños. También contempla la cuestión salarial, que era la más trabada.
Con el acuerdo paritario nacional homologado por el Gobierno, los trabajadores de la construcción percibirán un incremento del 24 por ciento. Sobre el convenio, Prear pagaba un peso más por hora trabajada y ofreció sobre ese peso un 24 por ciento, es decir $ 0,24 de aumento. Los trabajadores rechazaban esa oferta y aceptaron luego ya que este mes recibirán además una suma no remunerativa. En el transcurso de los próximos 30 días, Prear deberá realizar un nuevo ofrecimiento y en el gremio esperan que la suma sobre convenio sea del orden de los $ 2,50 por hora.
Los encuentros fueron tensos pero el entendimiento llegó, al punto de que no fue necesario dictar la conciliación obligatoria, que aparecía como un horizonte posible frente a las dificultades para acercar a las partes.
Economía y conflicto
El estancamiento de la economía afecta a los generadores de empleo, en el marco de una crisis internacional que golpea a los países emergentes que procuran mantener su propio mercado por fuera de las inclemencias de las complicaciones mundiales pero que se ven afectadas de todas maneras.
Así como a nivel nacional es la propia Presidenta la que pide “un esfuerzo” y que haya complementariedad para evitar cimbronazos, a nivel local también hubo intervenciones gubernamentales para que por ejemplo el caso de Prear fuera tratado con mayores contemplaciones.
La empresa cuenta con casi 200 empleados en total y ello significa recursos que los trabajadores vuelcan al circuito de consumo local, favoreciendo el resto de las actividades, por lo que lo que suceda allí no deja ajeno al resto de la ciudad.
Por ello tanto desde la empresa como desde el gremio o el gobierno local se encuentran en una situación en la que están obligados a que los términos de intercambio en conflictos laborales como el suscitado la semana pasada prime la cordura.
No siempre se logra ni siempre se ha logrado. Queda el recuerdo en Prear de viejas épocas donde las presiones de sindicalistas luego expulsados de los gremios por movimientos non sanctos tensaron mucho las relaciones. Ello es así al punto de que llegaron a reducir los compuestos de los almuerzos para cumplir con las exigencias de caja que se planteaban en un gremio siempre sospechado de recaudar por fuera del circuito de los trabajadores. De otro modo no pueden explicarse las decenas de obras en marcha en la ciudad con obreros sin amparo alguno tanto en equipamiento de seguridad como documentación. De ello, los antiguos, los actuales dirigentes y la propia Delegada de la Secretaría de Trabajo algo deben “intuir”.
Hoy la comida se paga aparte en el sueldo, a valor de unos 20 pesos diarios, que en 25 días de trabajo mensual alcanzan a implicar hasta 500 pesos por mes extras que van al bolsillo de un trabajador cuyo convenio salarial tampoco es de importancia relativa con respecto a otras fábricas.
Los modos y las formas son parte de las negociaciones, por lo que a veces desde alguna de las partes se plantean exigencias que del otro lado se ven precisamente como muy ambiciosas. El caso de esta semana en Prear es elocuente, teniendo en cuenta que no hay muchos antecedentes de una planta totalmente paralizada durante una semana por diferencias menores en puntos extra sobre el salario de convenio o por cuestiones como los baños, que pueden ser solucionables dentro de la propia comisión interna.