Unidad Ciudadana antimacrista, kirchnerista, peronista, antisalazarista
El indescifrable peronismo vuelve a serlo. La sede local del PJ es el escenario de las reuniones del frente de Unidad Ciudadana que lidera Cristina Fernández de Kirchner y que no lo contempla. El debate para el armado de la lista es entre agrupaciones de ese partido más los minoritarios que figuran en el sello y tienen representación local.
Todas, incluida la que lidera Julio Pángaro, aseguraron a La Opinión que “hay consenso” para que Ester Noat sea la que encabece la lista. La versión oficial de su entorno y el de Julio Pángaro es que “no hay nada cerrado”. Algo así repiten los más circunspectos referentes del resto de los lineamientos internos. Nadie quiere perderla como candidata, claro está. Mide, suma, tiene trayectoria e inserción. “El piso necesario. Para romper el techo hay tiempo”, se animan.
Al cierre de esta edición los pasos de algunos deambulaban por los pasillos de las casas de otros. Los teléfonos no paran de sonar. Hay mucha rosca, demasiada. Como suele pasar, de espaldas a lo que sucede en la calle, muchas veces.
Si Ester tiene consenso para ser primera, el resto es misterio. Una lista posible dice que Martín Baraybar es el segundo. “Tiene con qué”, dicen quienes lo impulsan. Hablan de política. También de respaldo monetario. El sindicato, sus cercanos, ciertos contactos.
El tercer puesto, mujer, es un intríngulis sofisticado. Elisa Caña es la propuesta que suena. La militante de Nuevo Encuentro compite con la de Militancia Social Soledad Llul. “¿Y quién de ellas la va a poner?”, dice alguno golpeando un puño contra la palma. Parece que no sólo de militancia se alimenta la lista.
Marcos Arana no está en el país y dejó a Roberto Borgo a cargo de su representación. El exsecretario de Economía, revitalizado tras un serio incidente cardíaco, es uno de los que ponen paños fríos a ciertas discusiones, pero enciende otras.
“Paños Frisch, pone”, bromeó uno de sus interlocutores para referirse a la propuesta insistente acerca de que la exconcejala –electa en la lista de Barbieri y luego impulsora de la ruptura de Guacone con el barbierismo– sea la tercera en la lista.
“Arana es radical”, dijo un peronista que lo quiere pero no tanto. “Es cierto que tiene tatuada a Cristina en el corazón, eso no lo vamos a negar. Pero es amigode Mario”, recordó otro rosquero de fuste que, además, trajo a colación los carteles “Ahora, Marcos” que supo pintar el barbierismo antes de las elecciones de 2015.
“Es médico, preside el club Náutico, tiene ascendencia entre gente del centro a la que de otra manera no llegaríamos. ¿Qué querés que te diga? Para mí tiene que ir segundo”, sostuvo un caminador de los barrios que asegura tener “muchas ganas de que en esta metamos fuerte para hacer una oposición guerrera y llegar con todo a 2019”. Entre los atributos de Arana no deja de nombrar su capacidad de “ponerla” para referirse al dinero para la campaña.
“El día de la elección necesitás como medio palo. Hay mucho que mover”, se sinceró un peronista opositor. Ante él, asentía un no peronista oficialista. Cosas que se comparten en el andar rosquero, después de todo.
Unidad Ciudadana necesita unidad propia antes del sábado. Hay quienes creen que es posible y que Ester Noat no tiene rival interno, pero que necesita un nombre que la acompañe para cruzar el piso propio del peronismo local y el que pueda arrastrar Cristina. “Hay que romper el techo. Hay que hacer lo que hizo La Jefa en Arsenal: sacar las banderas, poner tonito Vidal pero no dejar las convicciones en el discurso”, arremetió una militante cristinista, entusiasmada.
El peronismo –kirchnerista, antimacrista, antisalazarista– local tiene un piso de un tercio del electorado casi asegurado. El problema que enfrenta, acaso, sea cuánto de los otros dos tercios pueda llevarse Cambiemos. También, a no olvidar, hay al menos otros dos peronismos que le restarán.
El otro peronismo
Nadie tuvo tanta puntería para lanzar su frente electoral como Sergio Massa. Un País tuvo su acto inaugural el mismo día en que Cristina Fernández de Kirchner reapareció en unaamable entrevista con cuatro periodistas del canal filokirchnerista C5N, en la que anunció que si era necesaria sería candidata. Ni el periodismo militante oficialista de Clarín y La Nación pudo evitar ponerla en tapa.
La alianza con el Gen de Margarita Stolbizer y los exrevolucionarios bolivarianos de Libres del Sur es una anécdota menor. El líder del Frente Renovador, peronista al fin, que habla de la “ancha avenida del medio”, busca trascender “la grieta”. Para ello, pone huevo en ambas canastas; un pie en cada continente. Un poco del discurso de centroderecha macrista, otro poco del progresismo de sensibilidad social que quiere representar el kirchnerismo.
A nivel local le pasa algo similar. Su líder es Daniel Monfasani, una figura histórica del peronismo local. Su trayectoria lo ubica en la línea pejotista de Salazar, con quien tuvo buen vínculo al comienzo de la gestión del intendente. En diciembre vence su mandato como diputado y aspira a renovar. Está obligado a cuestionar al macrismo. Eso, en fin, lo obliga a hacer lo propio en el gobierno local. No todo es lo mismo y hay que diferenciarse.
“Los que votan al Turco no votan al kirchnerismo. Si juega Ester, es Pángaro. Están enfrentados desde siempre”, recuerdan en el Frente Renovador local.
De nombres, nada. “0 a 0”, bromeó una de las principales espadas del monfasanismo cuando se lo consultó acerca del único nombre que suena, el de Fabián Artenzio, que ya fue concejal y tuvo una performance para el olvido que logró ese cometido: casi nadie recuerda que ocupó –cuando iba, claro– una banca.
Hay un tercer –un cuarto, para no olvidar que Salazar también es peronista– peronismo y es, quién lo diría, el Partido Justicialista propiamente dicho, que inscribió el Frente Justicialista y que tendrá internas en Provincia: Randazzo contra Ishii.
Los randazzistas locales están en problemas. El concejal Damián Mosquera, que irá quinto en la lista de diputados provinciales, es uno de los armadores. Su acuerdo es que encabece Américo Cacho Quintana, cuyo mandato vence y según él mismo dijo necesita renovar “para alcanzar losaños para la jubilación”. Envalentonado porque cree que los votos que logró en 2013 eran propios y podrían repetirse –una entelequia sólo posible en el vínculo de su cabeza con la almohada–, también quiere el segundo. Ello relegaría a Juan Cruz “Mono” Acosta al tercero.
El secretario general del Sindicato de Trabajadores Municipales fue ungido “armador” en San Pedro por un diputado oriundo de Avellaneda que, como él, responde a la Fesimubo. El responsable de la sección, el diputado provincial Andrés Quinteros, nicoleño y ahijado político de Eduardo Di Rocco, no discute. Quiere una lista joven, pero quiere votos. De acá al sábado deberán “arreglar” entre ellos. Cerca del “Mono” dicen que si él va primero, ponen todo –y la “ponen toda”, otra vez la plata–; si no, “a casona”, grafican.
Los de Ishii están obligados a presentar lista. Lo tentaron a Quintana, incluso. El responsable del armado es un congresal del PJ que siempre está en alguna rosca pequeña. Siempre y cuando le pueda redituar algo. Desde la Punta a José Cuchillo –como bromean en el conurbano sobre la C. de José C. Paz–, está dispuesto a recorrer todo. Al cierre de esta nota no conseguía “compañero” dispuesto.