Una “Vendetta” por la venta de drogas a través de una carta anónima
Ocho patrulleros y alrededor de 50 policías participaron de tres allanamientos en busca de estupefacientes en la madrugada del domingo. La investigación apuntaba a un joven relacionado con Vendetta Disco, y por eso el local fue sitiado por uniformados y policías de civil que trabajan en la División de Investigaciones del Tráfico de Drogas. Casi en forma simultánea, allanaron dos viviendas. Una la casa del acusado y otra, la de la familia de su novia. Habrían encontrado 278 pastillas sospechosas que según dijo la Policía, podrían ser de Extasis, una droga de consumo difundido entre los jóvenes. Los procesados aseguran que se trata de pastillas de estano, el nombre vulgar con el que se conoce al Estanozolol un complejo vitamínico que estimula el tono muscular. La actitud de los efectivos que intervinieron, que hasta consultaron un manual para realizar los testeos de las pastillas que secuestraron, ponen en tela de juicio la intención con la que se realizó el operativo.
Aun repasando la serie increíble de imprecisiones y desprolijidades que tuvo el operativo que la policía realizó el pasado domingo a la madrugada en busca de drogas, no puede negarse la importancia de que una División Antinarcóticos o de Tráfico de Drogas Ilegales esté trabajando en San Pedro.
“Ojalá todos los días hagan operativos en busca de drogas, porque no hay ninguna duda que muchos jóvenes y no tanto consumen y venden”, dijeron algunas voces incluso involucradas, con el caso ocurrido este fin de semana.
Lo que resulta realmente lamentable, es que la falta de profesionalismo y seriedad con la que se llevan a cabo estos operativos aniquila las esperanzas de una comunidad que desea que se trabaje en serio para erradicar este flagelo.
En síntesis, hoy, hay un solo joven de 27 años detenido en la Comisaría que el lunes declaró ante la fiscal de San Nicolás. Está acusado de comercializar estupefacientes. Otro joven y una chica de 24 años, están procesados en la misma causa pero sólo por tenencia de drogas. Todos, tienen la particularidad de ser parte de una clase social que, en pocas oportunidades se ve sospechada y menos ser blanco de operativos policiales de esta magnitud. Eso no los excluye del mundo de la droga, y por eso las opiniones pueden estar divididas.
Extasis, marihuana y cocaína
Los allanamientos fueron tres y las investigaciones se iniciaron, según consta en el expediente, en el mes de Octubre.
El puntapié fue la carta anónima de una “madre desesperada” según comentó una fuente inob-
jetable del caso. En esa misiva, la mujer le cuenta a la policía que un joven relacionado con el boliche Vendetta Disco, le vendía droga a su hijo de 17 años. Pero evitó firmar la carta, por miedo a represalias.
El resto de los elementos, fueron aportados por la policía sampedrina y de la mencionada división nicoleña. Especialmente, por un oficial radicado en San Pedro. Se acompañan fotos y relatos en los que se habla del consumo de drogas dentro del boliche, y en especial, “de agua mineral”. “Ellos suponen que por eso, dentro del local la gente consume Extasis. Pero no pueden demostrarlo, y seguramente la gente del boliche sí puede demostrar, que la venta de agua mineral por semana es irrisoria porque por supuesto no es lo que más se consume”, dijo un testigo a La Opinión.
Con estos elementos, se realizaron los procedimientos. Primero en el boliche ubicado frente a la Plaza Belgrano. Ocho patrulleros con más de 30 policías estacionaron frente a la puerta a las 4,10 de la mañana. Algunos, terminaron de vestirse y colocarse la gorra cuando bajaron de los vehículos y entraron armados al local. Mientras desalojaban la planta baja, que a esa hora contaba con un buen número de clientes, incomunicaron el entrepiso conocido como el VIP, donde se encontraba el joven de 27 años que hoy se encuentra detenido. “Lo pusieron contra el piso y le impidieron moverse, mientras revisaban a todos los presentes”.
El resultado fue el hallazgo de marihuana y “ravioles” que sumaban algo más de un gramo de cocaína, pero todo fue encontrado en el piso porque se supone que los consumidores los arrojaron al ver que llegaba la policía. Exceptuando el caso de un joven al que se le encontró marihuana y que quedó procesado en la causa por tenencia.
Mientras tanto, en la casa del acusado, ubicada en 9 de Julio 475 los policías encontraron otro “raviol” de cocaína dentro de una campera de un placard. Y en un mueble junto a otros medicamentos, pastillas que según la Policía, podrían ser de éxtasis.
El Capitán Sergio González, titular de la División que realizó el operativo, confirmó que en el local se habían secuestrado 20 gramos de marihuana, 4 gramos de cocaína, y en los domicilios 278 pastillas de éxtasis. Por la tenencia de esta última droga, está detenido el joven de 27 años y procesada su novia, de 24. Pero la defensa que lleva adelante el Dr. Dionisio Irurtia, ex Juez de Menores de San Nicolás, está convencido de poder demostrar que se cometió un grave error, porque lo secuestrado son anabólicos comúnmente llamados “estanos”, que consumen los fisicoculturistas y que el detenido había adquirido para engrosar su musculatura en el gimnasio.
Sin cable, sin tinta y con manual de instrucciones
El relato de personas que fueron testigos visuales de los allanamientos parece sacado de una película tragicómica.
“A los testigos los levantaron de la calle y de un boliche y los llevaron en las camionetas en las que andaban. Los pibes estaban realmente asustados”.
“En la casa de la calle 9 de Julio, se pusieron en la puerta y les gritaron que abrieran o les tiraban la puerta abajo. Una señora salió en bombacha, era la madre del pibe. Les pidió que la dejaran vestirse pero les dijeron que no o le bajaban la puerta. Había policías de civiles y de uniforme, eran como 15”, relató una fuente inobjetable.
“Adentro empezaron a tirar cosas de la cocina, a revolver todo. Pero algunas partes nunca fueron revisadas. Por ejemplo, unas cajas que estaban en el living y que podían parecer sospechosas”. Esas cajas de cartón corrugado, forman parte de una encomienda que la dueña de casa, que es directora de una escuela, había recibido para el establecimiento.
“Mientras uno de los policías aguardaba que los otros terminaran de revisar la casa, se entretenía mirando fotografías en una notebook que había llevado para hacer las actas…”, explicó la misma fuente.
“En Vendetta también le sacaban fotos a unas chicas que habían revisado para escracharlas. Las ponían en la computadora y se les reían los mismos policías”.
Los allanamientos fueron simultáneos también en el otro domicilio de la calle Almafuerte, y por eso algunos efectivos “iban y venían de una casa a la otra, sobre todo el sampedrino que parecía estar a cargo y daba órdenes”.
“La novia del chico que detuvieron en Vendetta, cuando se enteró que estaban allanando su casa les empezó a gritar “no me pueden hacer esto, mis abuelos tienen 80 años y se pueden morir”, pero la subieron a un patrullero y se la llevaron”.
En el domicilio de su familia, la situación se tornó peor. La joven pidió llamar a su abogado para que leyera la orden de allanamiento. “Acá no va a entrar ninguna abogada, le dijeron. Pero como era la tía que vive enfrente, cruzó enseguida. Lo primero que hizo fue preguntar a los testigos quiénes eran y si tenían documento, pero ninguno lo tenía…”
“En el living comedor de la casa tiraban todo, pero no revisaban. Desordenaron, más que buscaron pero cuando la chica les decía algo, le contestaban: Vos calláte la boca, que si hay algo de esta forma lo vamos a encontrar”.
“En una de las habitaciones, ella les pidió por favor que fueran cuidadosos. Ahí entró otro y empezó a mirar pero por arriba, ni revisaba dentro de los placares que estaban llenos de cosas. En un bolso negro, al final, encontraron unas pastillas. Le preguntaron a la joven y dijo que eran de estano y un protector hepático. No eran más de veinte. El tipo que lo revisaba no le dio importancia y lo volvió a meter en el mismo lugar. Hicieron las actas diciendo que no había nada, pero primero no podían imprimirlas porque la impresora que llevaron era viejísima y no tenía cable”.
“En un momento, el dueño de casa que es un hombre mayor, les empezó a decir que no sean maleducados por cómo hablaban, entonces uno de ellos les contestó: “vos viejo de mierda, calláte porque me tenés recontrapodrido, ¿sabés cómo vas a terminar?”, y lo hicieron callar. Después un testigo quiso fumar, pero el mismo hombre le pidió que no lo hiciera porque le hacía mal. El policía le dijo: “viejo, ¿qué te pensás, que vas a mandar acá?” y le dijo al testigo que prendiera el cigarrillo, pero como éste se negó, él mismo se buscó un cigarrillo, lo prendió y empezó a tirarle el humo en la cara al dueño de la casa”.
Después de lograr imprimir las actas, llegó la policía mencionando que venía de la otra casa. “Les preguntó cómo iban, como le dijeron que no habían encontrado nada se puso muy nervioso. “No puede ser que no haya nada, vamos, vamos”, les decía, “¿Acá no hay ninguna pastilla?”, preguntaba. Entonces le contaron lo de las pastillas de estano, y él pidió verlas. Después rompió las actas que ya se habían hecho y se empezaron a hacer las pruebas con los reactivos”.
En este punto, tampoco los policías se mostraron “duchos” en el tema. “Sacaron un ácido que viene en una ampollita pero no sabían cómo abrir las pastillas, y no tenían con qué. Después que las abrieron, entre ellos se preguntaban cómo se usaba el reactivo. “Traé el manual”, le dijo uno a otro. Por la radio se lo pidieron a los que estaban haciendo el allanamiento en la otra casa. Después estuvieron un montón leyendo el manual para ver cómo tenían que hacer… El reactivo dio amarillo, pero a medida que pasaba el tiempo, se carcomía el papel y empezó a dar negro, entonces empezaron a decirle un montón de cosas a la chica, sobre el novio, todos insultos. Tampoco la dejaron comer algo aunque pasaban las horas y ella decía que tenía hambre”.
“Algunos estaban apurados. Le decían al policía que los mandaba, el de San Pedro: “dale, vamos, que los de Vendetta se fueron a las cuatro de la mañana y nosotros todavía estamos acá, a esta hora”. Pero igual se fueron de las dos casas como al mediodía”.
“Cuando terminaron con los reactivos, empezaron de nuevo a escribir las actas, pero se les borraban de la computadora, parecía que lo hacían a propósito para perder tiempo”.
“A la casa de la calle 9 de Julio, llevaron una chica policía para que les cebara mates, iba con el termo para todos lados. Y en un momento dijeron que eran las diez de la mañana y tenían que comprar las facturas. Mandaron a buscar e hicieron un picnic”.
El Capitán González, titular de la división que realizó el operativo, llegó al lugar alrededor de las 9 de la mañana. Pero en un primer momento informó a los moradores de ambos domicilios que “se despreocuparan porque no se había hallado nada” en las viviendas. Después, los propietarios escucharon por los medios de comunicación que las 278 pastillas “eran de éxtasis”.
“Van a tener que pedir disculpas”
La defensa del joven que está detenido aguarda ahora la realización de una pericia química ordenada por la fiscal que entiende en la causa, sobre las pastillas encontradas. Esta prueba será contundente para saber si efectivamente se trata de éxtasis o estano, y aunque el análisis lo realizará la Gendarmería Nacional, el Dr. Irurtia confirmó que concurrirá acompañado por un bioquímico particular para que certifique que el procedimiento es correcto.
También estaría presente el joven detenido, para corroborar que las pastillas que se analizarán, sean las mismas que se secuestraron en su casa y no hayan sido cambiadas.
Mientras tanto, las puertas de Vendetta Disco siguen cerradas bajo una clausura preventiva en la que interviene el Juzgado de Paz. En este caso, la medida se tomó no por hallarse drogas, sino por la presencia de menores de edad en el lugar.
En declaraciones públicas a La Radio, el propietario del local, Diego Solana ratificó que todo se trata de una confusión. “Me parece que se van a tener que brindar muchas explicaciones y hay gente que va a tener que pedir disculpas”, dijo.
Aunque descartó que exista un “complot” en contra de este centro de diversión nocturna, otras voces hablan de relaciones de poder y personales que no pueden ser “casualidad”. “Cuando lo detuvieron dentro del boliche –por el joven de 27 años que sigue preso en la Comisaría-, un policía que lo tenía agarrado le dijo: perdonáme, yo pensaba que veníamos a buscar a un delincuente”, relató una de las fuentes del caso intentando demostrar que quizá el operativo tenía sólo como objetivo perjudicar a una persona o lugar, más que buscar una verdadera venta de drogas.
La lectura que se pueda hacer de todos los testimonios varía, según el punto de vista que se tome. Pero al menos deja lugar a dudas, la forma en que se condujeron quienes deben demostrar profesionalismo en un trabajo tan delicado e importante como es el desbaratamiento de la red de comercialización de drogas en una ciudad.
Ni siquiera las palabras del titular de la División nicoleña brinda esperanzas: “Le pido a la comunidad de San Pedro que si tiene una inquietud colabore, porque puede ser el principio para que este tipo de flagelo sea erradicado en la zona… Estamos saliendo de la provincia, saliendo del área que nos compete para desbaratar este tipo de organizaciones, no nos ocupamos sólo de los minoristas sino también de los mayoristas, de los grandes proveedores de sustancias”.
Drogas muy “conocidas”
El Estanozolol, conmúmente llamado estano, es un Esteroide anabólico basado en una hormona derivada de la testoterona. Es una sustancia prohibida por el Comité Olímpico Internacional, aunque es altamente ingerida por los atletas, especialmente por los levantadores de pesas y deportes donde se necesita potencia y fuerza. El estanozolol puede ser prescripto por un médico para tratar determinadas enfermedades, pero siempre y cuando se sigan los pasos indicados. Néstor Lentini, quien es especialista en suplementos deportivos del Cenard y médico del comité Olimpico Argentino, alertó sobre las graves consecuencias que puede ocasionar la ingesta. La mezcla del estanozolol con el alcohol provoca una toxicidad grave a nivel hepático y se han registrado internaciones de jóvenes con estos antecedentes.
El éxtasis, cuyo nombre químico es MDMA o Metilendioximetanfetamina, pertenece a la familia de drogas estimulantes. Los precios varían entre los 25 y 50 pesos y se presenta en forma de pastillas de diferente forma y color. Es una sustancia prohibida por leyes internacionales porque genera dependencia adictiva y se ha comprobado en otras partes del mundo, muertes asociadas al consumo. No puede ingerirse con alcohol, pero su ingesta provoca mucha sed. Es por eso que se consume mucha agua mineral. Según páginas especializadas, se indica que “el aceite esencial para la síntesis de MDMA se extrae del árbol de sasafra. Proporciona a sus consumidores una intensa sensación de bienestar. Sin embargo, su consumo provoca diversos efectos adversos e incluso la muerte. Las sustancias que más se suelen usar en las «pastillas» aparte del éxtasis, suelen ser: PILDORA DEL AMOR (MDA): Es la más enteógena y menos anfetamínica de todas. Es también la más tóxica y la que más afecta al organismo humano. La duración de sus efectos varía entre 8 y 12 horas. NUEVA EXTASIS (MBDB): Es una variación del éxtasis clásico (MDMA), con la diferencia de que es menos enteógena. EVA (MDEA): Es la que menos altera la percepción de su consumidor, pero la que más estimula el sistema nervioso central. Es la más parecida a la anfetamina y la más light en sus efectos secundarios. Sus efectos duran aproximadamente entre 3 y 5 horas.
La cuotita mensual
Nadie quiere confirmarlo pero en los tiempos que corren, la cuota mensual que deben abonar quienes están al frente de un lugar de diversión nocturna para mantener las puertas abiertas “sin que te la pongan”, oscila entre “500 pesos a una luca”. El incumplimiento de este “código de la noche” puede ser peligroso, y seguramente algunos harán muchas especulaciones al respecto. “El monto depende de quién esté en la calle”, dicen confiando en que el buen entendedor no necesitará de más detalles para saber de qué, y de quién, se está hablando.