Una víctima fatal que no fue tenida en cuenta por la Justicia
José Noseda falleció el sábado 5 de Julio, como resultado de un accidente sufrido cuando se dirigía a su trabajo. La propia víctima pudo contar detalles de lo vivido antes y después de que lo atropellaran.
Para la Fiscalía, la Policía e Inspección General fue tan solo un accidente de tránsito. Nadie se interesó en saber qué fue realmente lo que ocurrió en la mañana del sábado 5 de Julio, cuando José Noseda (54) fue atropellado por un auto cuando iba a trabajar en su moto.
A pesar de que una patrulla de la Comisaría local estuvo en el lugar y muchos vecinos y curiosos fueron testigos de lo que ocurrió esa madrugada, hasta el momento solo existe un expediente por “lesiones”. No se abrió ninguna causa, ni se trabaja de oficio para saber con precisión qué fue lo que pasó y recibir la asistencia judicial de la que por ahora su familia no puede reclamar.
Noseda, quien estaba pronto a jubilarse, iba a trabajar como todos los días a la estación de servicios Petrobras; al acercarse al camino Crucero Gral. Belgrano fue embestido desde atrás por un Renault 12 color blanco que transitaba a gran velocidad por la Av. 3 de Febrero. La víctima cayó a unos cuantos metros de donde se produjo la colisión. Mientras tanto, la moto Mondial 110 en la que se trasladaba quedó prácticamente destruida, al igual que el sector delantero izquierdo del auto.
Una ambulancia del servicio 107 trasladó a la víctima hasta la guardia del Hospital donde ingresó visiblemente lesionado, pero conciente de lo que le había ocurrido. Se le efectuaron las curaciones pertinentes y quedó internado en el lugar ya que presentaba politraumatismos varios y una fractura intercostal.
“La Historia Oficial”
Conciente, José Noseda contó con lujo de detalles lo ocurrido antes y después del accidente. Alternativas escalofriantes de un episodio que desnuda las graves falencias administrativas y burocráticas que sufre la comunidad ante situaciones como estas.
A las 5:30 horas aproximadamente, transitando hacia su trabajo diario, ya en la zona céntrica de la ciudad, Noseda, había observado la presencia de dos autos en una actitud agresiva. Continuó su viaje sobre la Avenida 3 de Febrero a bordo de la moto, atravesó varias cuadras, cuando a pocos metros de llegar a Crucero Gral. Belgrano comenzó a escuchar que uno o más autos se le acercaban a alta velocidad, acompañados de extraños estampidos similares a disparos de arma de fuego. No se equivocó, al parecer, quienes viajaban a bordo de ambos rodados se perseguían y tiroteaban por un altercado que se habría originado en un local de diversión nocturna. Un Renault 19 rozó a Noseda, pero el Renault 12 blanco lo impactó de lleno provocando su caída y las lesiones antes relatadas. Con varios testigos ya en el lugar, la víctima llegó a contar que el conductor bajó del rodado, visiblemente alterado y presuntamente bajo los efectos del alcohol o en estado de visible exitación, comenzó a increpar a la inofensiva víctima que se hallaba tendida sobre el asfalto. Mientras tanto, quien acompañaba al conductor del auto, aseguran, que no se pudo bajar por el estado en que se encontraba. Por supuesto, el Renault 19 huyó rápidamente de la escena.
Mientras tanto, fuentes policiales informaron que el joven conductor del Renault 12 fue identificado, y que su auto fue secuestrado debido a que carecía de documentación. Todo lo contrario a la moto, que viajaba a una velocidad adecuada y con toda su documentación en regla.
Por supuesto que lo relatado por la víctima fue escuchado sólo por su entorno y los testigos del hecho, que por temor decidieron permanecer en el anonimato más allá del dolor y la impotencia causada, ante la impunidad con que se manejan ciertos individuos. De todos modos ninguna autoridad se acercó a interiorizarse de lo que le había ocurrido.
Es cierto que nadie podía prever el desenlace de esta historia sobre todo teniendo en cuenta que permaneció lúcido como para relatar lo sucedido. De todos modos, a Noseda se le efectuó una autopsia por disposición judicial, sólo para descartar que la muerte de este conocidísimo trabajador, haya sido a causa del accidente. Lo que nadie tuvo en cuenta es que su desaparición fue una consecuencia de lo vivido, su corazón no aguantó más y las lesiones quedaron como testigo de la brutal conducta de quienes por motivos que se desconocen venían a alta velocidad, a los tiros y en estado deplorable. La obligación ahora, sería investigar y buscar a los testigos que pueden corroborar lo relatado por el occiso.