Una reyerta que puede terminar peor
Las denuncias por conflictos entre las madres de dos jóvenes que mantienen una vieja e inexplicable disputa terminaron la semana pasada con una mujer internada, un hombre detenido, una alumna de la Escuela del Socorro que recibió un puntazo con un destornillador, y un efectivo fracturado. Sin poder establecer responsabilidades, se supo con el correr de las horas que la historia se compone de denuncias cruzadas y medidas judiciales que alcanzaron incluso a establecer una exclusión perimetral entre miembros de una misma familia. Insultos, golpes, amenazas y hasta el incendio de parte de una vivienda completaron el cuadro de situación que desembocará en peores consecuencias si no aparece el control y la protección necesaria para los protagonistas de una batalla sin cuartel. Entre tanta documentación que acredita los conflictos, La Opinión accedió a algunos de los episodios que han tenido lugar en el útimo año: “la denunciante ingresó a dejar a sus nietos y al salir estas comenzaron a insultarla refiriéndole que la van a matar a ella y a su hija”, menciona a dos mujeres y dice que “le arroja una cadena de bicicleta dándosela en su cuerpo y abalanzándose sobre la denunciante”. Otra señala amenazas en un establecimiento escolar al que asiste una niña de ocho años “le dijo que cuando saliera su progenitora de la escuela le iba a desfigurar la cara” que terminó con una persona con una herida cortante en una mano. Sin abrir juicio sobre identidades y domicilios, los antecedentes son más que suficientes y los testigos de la pelea de la semana pasada, pueden fácilmente presumir que el riesgo sigue latente no sólo por cuestiones de familias sino por “maleficios” que según relataron a este medio enfrentan a las protagonistas por sus creencias.