Una propuesta para el futuro de la basura
La empresa Entre SRL, que gestiona un relleno sanitario en San Nicolás, elevó una propuesta similar a las autoridades locales. El predio elegido está en la zona rural, cerca de Espinillo. Permitiría sanear el basural a cielo abierto, algo que por ley ya debería haberse hecho hace tiempo. Mientras se discute la concesión de Ashira, el adjudicatario de la limpieza del basural no trabaja porque le deben alrededor de 350 mil pesos.
Con el servicio de recolección y disposición final de los residuos sólidos urbanos declarado en emergencia, un contrato precario con Ashira vigente hasta marzo y un basural en pésimas condiciones, la empresa nicoleña Entre SRL avanza en su proyecto de relleno sanitario, mientras el Ejecutivo y el Concejo Deliberante se debaten en lo urgente, con pocos actores políticos que llamen la atención sobre lo importante.
El Organismo para el Desarrollo Sustentable (Opds) provincial, algo así como el Ministerio de Ambiente, considera que los basurales a cielo abierto son una “amenaza constante” para el medio y para la salud de los habitantes aunque hace la vista gorda con el emplazado en Baradero en plena Ruta 9 donde además se suma el peligro del humo.
Otra materia en la que San Pedro no ha tomado nota en años y que ahora se cierne con mayor peligrosidad sobre los sampedrinos –que los habitantes de La Tosquera también lo son– cuando la empresa concesionaria del servicio de limpieza y mantenimiento (Boari, Daniel Tulio y Boari Cristian S. H.) decidieron dejar de prestarlo hasta tanto el Gobierno no regularice la deuda que contrajo, de alrededor de 340 mil pesos.
La propuesta de Entre –elevada al Ejecutivo y al Concejo Deliberante por su gerente general Juan Carlos Gasparín en noviembre pasado– busca replicar en San Pedro la experiencia de San Nicolás, donde sanearon el basural para crear un parque en su lugar y montar en otro predio un relleno sanitario donde van a parar los residuos sólidos urbanos, con un proyecto de largo plazo que contempla los procesos de recuperación, reutilización y reciclado.
Gasparín mantiene contacto permanente con el ingeniero Pablo Ojea, Secretario de Desarrollo Económico, Cultural y Turístico, quien en medio de las roscas de Palacio, con dos intendentes, dos gabinetes y dos proyectos en pugna, recibió el proyecto, le dio impulso y procura que se cristalice al menos en los pasos requeridos por las autoridades provinciales para la previa de lo que luego deberán analizar las locales, si es que sortean el ombliguismo partidario que los acucia.
El proyecto nicoleño
Entre propone la instalación de un relleno sanitario privado destinado a la disposición final de residuos industriales no especiales y asimilables a domiciliarios, pensado para “la resolución de un delicado problema actual del Municipio de San Pedro”.
El proyecto plantea un período de 30 años, con un mínimo de ocho en el que “se bonificaría el costo de disposición mediante una escala progresiva ascendente” de cero a cien entre esos ocho años.
Para la construcción y habilitación de un relleno sanitario, la empresa debe cumplir con una importante cantidad de pasos administrativos y legislativos, que requiere reglamentación y adhesión local a normativa provincial.
“Si bien el proyecto inicialmente no contempla ningún sistema de separación y/o selección de residuos destinados a reciclado, como tampoco el saneamiento del basural a cielo abierto existente en San Pedro, la empresa ofrece distintas alternativas de asesoramiento técnico para ambos temas”, indica la propuesta. Entre tiene la experiencia nicoleña, donde el basural se transformó en un parque público municipal.
El predio elegido está ubicado en la zona rural de Espinillo y tiene una superficie no menor a las 15 hectáreas. A la fecha, tiene elevación en el Opds para que esa dependencia provincial evalúe la factibilidad.
La empresa asegura que garantizará “que no se producirá ninguna alteración a la calidad del agua superficial, subterránea y al suelo adyacente” del predio en cuestión.
UNA OBLIGACIÓN LEGAL
La ley de Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos de 2006 prohibió los basurales a cielo abierto y la quema de residuos. Desde entonces, ha habido múltiples proyectos pero ninguna concreción. Incluso en 2012 fue aprobada por el Concejo Deliberante una ordenanza de Basura Cero que no quedó más que en las buenas intenciones.
Las autoridades municipales están obligadas en todo el país a erradicar los basurales como el que San Pedro tiene en la zona del barrio Los Cazadores, más conocido como La Tosquera, cuyas familias viven del cirujeo en busca de material reciclable.
Primero en 2004 y luego en 2008, el Gobierno local contrató a una consultora para evaluar el tema, con el modelo San Nicolás como horizonte. Hubo en esa época un debate para la conformación de un consorcio con Baradero y Ramallo, que tienen el mismo problema, sin avances significativos.
En 2013, el geólogo Enrique Hopman pidió la Banca Abierta para recordar que con la ordenanza aprobada pero sin trabajo activo en el tema nada iba a suceder. Esa norma establecía la convocatoria a organizaciones y ciudadanos con intención de constituir una Comisión de Seguimiento y reglamentación que nunca existió.
También el año pasado, el HCD aprobó una Resolución presentada por el Frente de Todos que recogió lo actuado en los dos últimos períodos del gobierno de Barbieri sobre el tema y recordó la creación del “Fondo Especial para la Disposición de Residuos Sólidos Urbanos con el 1,5 por ciento de los ingresos de jurisdicción municipal” y que el Ejecutivo está “facultado para la aplicación de este Fondo únicamente para el saneamiento del basural de San Pedro”.
En esa Resolución, el HCD exhortó al Ejecutivo a “a prosecución del proyecto de
Erradicación del Basural a Cielo Abierto de San Pedro, cuyo estudio actualmente se encuentra en el Organismo Provincial de Desarrollo Sustentable (Opds), y con trámite de financiación ante el Banco Mundial gestionado a través de la Dirección de Unidad de Pre Inversión (Unpre) de la Secretaría de Política Económica, dependiente del Ministerio de Economía de la Nación”.
El Opds considera “imprescindible” el “saneamiento y posterior cierre” de los basurales a cielo abierto, “ya que esto tiene costos ocultos en el deterioro de la salud y del medio ambiente”.
Ese organismo trabajó junto a municipios bonaerenses en el saneamiento de 33 basurales en la cuenca del Río Reconquista, más de 80 en la Cuenca Matanza –Riachuelo y 18 en el interior de la Provincia, además de la clausura de más de 200 basurales clandestinos ubicados en terrenos públicos y privados y la limpieza de otros 55 microbasurales.