Una fiesta de 15 que terminó con adolescentes abusados por otros jóvenes
El aberrante episodio se desencadenó en la madrugada del domingo cuando al menos cinco sujetos armados redujeron a una pareja y los obligaron a diversas prácticas sexuales. Un grupo de invitados atrapó a dos de los delincuentes y los entregó a la Policía. La Justicia de Menores dictó medidas de inmediato y sobre el cierre de esta edición se aguardaban novedades importantes.
Años esperando esta fecha, muchos días de preparativos, para que en un segundo todo se desplome”, dijo un familiar de la agasajada, sin salir de su estupor. En la noche del sábado, cientos de adolecentes se dirigieron al salón de fiestas denominado La Quinta del Nono para celebrar el cumpleaños de 15 de una amiga. Todo se desarrollaba con normalidad, con alegría y emoción, hasta que por la madrugada, cuando la soñada y ansiada jornada de celebración comenzaba a cerrarse, algo inesperado sucedió.
Dos adolescentes de 15 y 18 años que estaban en el predio como invitados fueron ultrajados por cinco delincuentes que marcaron sus vidas para siempre: los asaltaron y, a mano armada, los obligaron a prácticas sexuales.
En medio de la bronca generalizada, se exige justicia y castigo para los culpables. Por ahora son dos los detenidos pero en el transcurso de las horas habrá diligencias y operativos para dar con el resto de los depravados que protagonizaron el aberrante hecho.
No hay antecedentes de un episodio como este. Muchos chicos fueron testigos de una situación perversa. Para la mayoría de ellos era la primera salida, el primer cumpleaños de 15, una experiencia inolvidable en el inicio de una nueva etapa.
Más allá de la desesperación e impotencia que genera un hecho de estas características, la Justicia de Menores intervino de inmediato, como no lo hizo en otros casos; rápidamente caratuló la causa con la más grave de las calificaciones y además tomó medidas urgentes para con los únicos dos imputados. Hasta última hora de ayer martes se aguardaba la transformación de aprehensión en detención, lo que debería otorgar el Juzgado de Garantías de turno.
El caso fue caratulado como Abuso Sexual Ultrajante Agravado, Robo Agravado por el uso de Arma de Fuego en Despoblado y en Banda, y le cabe la máxima de las penas para los involucrados.
Hasta el momento los únicos dos imputados son un menor de 17 años con domicilio en el barrio La Tosquera y un mayor de 25 años del barrio Los Aromitos. Mientras tanto, el Jefe Distrital Juan Monje adelantó que el resto de los delincuentes están identificados y al cierre de esta edición se aguardaban resultados.
La fiesta que se volvió horror
La Quinta del Nono es un cómodo establecimiento alejado de la ciudad donde se desarrollan fiestas todos los fines de semana y que se caracteriza por la comodidad y tranquilidad que transmite. Evidentemente, estos sujetos se acercaron con fines delictivos, ya que lo hicieron armados y decididos a todo.
Por las características del lugar, que se encuentra ubicado sobre Crucero General Belgrano a pocos metros del cruce con la Ruta 1001, muchos de los adolecentes invitados eligieron dejar el salón y salir a bailar o pasar un rato al aire libre. La pareja que resultó ser víctima del hecho se había dirigido al sector cercano al estacionamiento, al menos así lo relataron algunos concurrentes a La Opinión.
El joven de 18 años y su novia de 15 se hallaban en ese lugar cuando fueron sorprendidos por al menos uno de los sujetos que los obligó a trasladarse hasta un sector más alejado y oscuro. Allí, además de ser amenazados, les robaron varias pertenencias, tales como celulares, llaves, una cadenita, un encendedor, un llavero destapador y una camisa; luego fueron obligados a prácticas sexuales cuya descripción resulta aberrante para quienes entienden que el abuso de menores debe ser preservado no sólo en sus identidades sino en la posibilidad de morigerar las secuelas de un suceso rayano con el horror.
Según se pudo saber, momentos después, otra adolecente que se había dirigido hacia el mismo lugar fue abordada por un joven armado y, en medio de la desesperación, logró escapar para correr en sentido al salón.
Allí dio aviso a otras personas para que se dirigieran a ver lo que sucedía. “La nena vino y nos dijo que había un hombre con un arma de juguete, pero cuando logramos agarrarlo nos dimos cuenta de que no era de juguete, era en serio”, relató el padre de la adolecente que festejaba sus 15 años.
Muchos de los presentes comenzaron a darse cuenta de que la situación era mucho más grave de lo que parecía ya que a los pocos minutos, en medio de la confusión generalizada, aparecieron los otros dos chicos, quienes en medio de una crisis relataron lo sucedido. Allí comprendieron que quien se hallaba con un arma de fuego era parte del grupo que había abusado de la pareja.
Todo se había descontrolado y querían hacer justicia por mano propia. En medio de la desesperación, debajo de una camioneta y prácticamente abrazado a la carrocería fue hallado otro de los delincuentes, quien corrió la misma suerte que su cómplice y recibió una tremenda golpiza de los presentes. La serenidad de unos pocos evitó que la situación terminara peor.
La policía, que ya había sido convocada, aprehendió a los sujetos y los trasladó al Hospital para que les efectúen las curaciones correspondientes. Luego quedaron alojados en una celda de la Comisaría local, donde hubo que reforzar la guardia ante la presencia de familiares y amigos de las víctimas que pretendía linchar a los detenidos.
Lo increíble del caso fue que uno de ellos, al momento de llegar a la Comisaría, reclamaba por su inocencia pero según trascendió tenía puesta la camisa robada a su víctima y una cadenita colgada.
El mayor de los aprehendidos quedó alojado en la Comisaría local, mientras que el menor de 17 años fue trasladado al Instituto Almafuerte de La Plata, una dependencia de máxima seguridad que alberga a menores vinculados a casos complejos.
Yo llamé…¿vos llamaste?
Uno de los abogados defensores de las víctimas, el Dr. Mauricio Gugger, disparó contra las autoridades que deben intervenir ante la presencia de menores víctimas de este tipo de casos. Aseguró que esa madrugada no hubo personal de asistencia social y psicológica del Servicio Local de Promoción y Protección de los derechos del niño y el adolescente ni del Hospital, así como tampoco ginecológica cuando la víctima fue trasladada para su atención.
En cambio, el titular interino de Desarrollo Social, Carlos García, aseguró a través de los medios que no lo consultaron y que nadie les había avisado. Ante la pregunta de La Opinión, desde la Comisaría informaron que, como corresponde en este tipo de casos, se intentó llamar al número de emergencia que el Servicio Local tiene a disposición pero nadie atendió, “como siempre”.
Debido a esta secuencia de desaciertos el intendente Fabio Giovanettoni se hizo presente en la Secretaría de Desarrollo Social en la mañana del lunes para interiorizarse de lo sucedido y entrevistarse con el personal del área correspondiente. El Jefe Comunal exigió un informe por escrito para conocer en detalle qué fue realmente lo que sucedió y cómo actuaron los responsables del área ante la situación.
Una zona insegura
Mientras se aguardan novedades sobre este caso, la policía trata de establecer si los sujetos implicados tienen vinculación con otros hechos denunciados que se produjeron por esa zona.
Son varios los delitos cometidos en inmediaciones de Crucero General Belgrano y la Ruta 1001. Comerciantes y vecinos del lugar coinciden en su temor por la inseguridad en ese sector de la ciudad: numerosos robos y asaltos fueron cometidos en los últimos tiempos.
Allí mismo, hace unas tres semanas, un puestero dedicado a la venta de productos regionales fue sorprendido por un grupo armado que no solo le robó sino que lo golpeó y hasta se tiroteó con la policía cuando llegó al lugar.
Días atrás, a pocos metros, sobre la misma ruta, un hombre que regresaba de una fábrica fue embestido por una camioneta sin luces que lo dejó tirado y huyó del lugar. En la zona, otro emprendimiento gastronómico debió cerrar sus puertas a los pocos meses de inaugurar debido a los continuos robos que sufrió durante su permanencia.