Un recuerdo para Stella Maris Barreto, vecina de Villa Lolita que falleció con COVID la semana pasada
Tenía 62 años y había sido internada el 14 de octubre pasado. El jueves falleció y ese día se convirtió en la víctima fatal número 46 en San Pedro desde que comenzó la pandemia. Un vecino del barrio Villa Lolita la recordó para La Opinión. "Era alegre, estaba pendiente de todos", aseguró y destacó cuando tras la crisis de 2001 puso un comedor en su casa para colaborar con las familias vecinas.
El jueves pasado la Secretaría de Salud informó el fallecimiento de Stella Maris Barreto, de 62 años, la víctima fatal número 46 de la pandemia de coronavirus COVID-19, que para este lunes ya son 49. había sido internada el 14 de octubre pasado en la Unidad de Terapia Intensiva del Hospital Emilio Ruffa.
Su marido, Tito Salazar, publicaba fotos de ella en Facebook para darle fuerzas, pedirle a Dios que la ayude a sobrellevar la enfermedad y animándola para la batalla que le tocaba. A él se fueron sumando otras voces de familiares, amigos y vecinos del barrio Villa Lolita, donde Stella Maris o "Estrella de Mar", como le gustaba decir que era su "nombre artístico", tenía una gran ascendencia y todos la querían.
El sábado, para Sin Galera, Emanuel Alarcón, un vecino del barrio, envió un mensaje para recordarla, para contar su historia y dejar asentado por qué Stella Maris Barreto era una de las personas más conocidas y queridas de ese sector de la ciudad.
"Stella Maris Barreto Estrella de Mar, como ella decía que era su nombre artístico, era una persona gigante, Muy conocida y muy querida en el barrio, vivía alegre todo el tiempo, se conectaba mucho con las personas, estaba pendiente de todos, si alguien la estaba pasando mal ella no podía disfrutar, se ponía mucho en la piel del otro", contó Emanuel.
El joven repasó que cuando él era niño, "en la época que estuvo todo mal en el país", puso "un merendero en el patio de la casa, para los chicos", entre los que estaba él mismo. Luego, ese merendero se transformó en un comedor de referencia para el barrio.
Tras la crisis de 2001 que derivó en la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa, los comedores barriales se transformaron en un espacio relevante para que muchas familias pudieran acceder a un plato de comida.
El marido de Stella Maris, Tito Salazar, conocía a personas que a través de los planes Trabajar de aquellos años montaron un merendero y puso a disposición su casa, que contaba con una especie de quincho en el patio que podía oficiar como espacio para servir una copa de leche a los chicos.
"Haciendo todo a pulmón eso se hizo más grande, aparecieron personas importantes, empezaron a capacitar a las madres, les enseñaron a hacer muchas cosas con soja, como milanes de soja y esas cosas, pasó de un merendero a un comedor en un patio", recordó Emanuel.
"Así arrancó, gracias a ese movimiento al tiempo se pudo conseguir un local para hacer un comedor más grande, que ayudaba a muchísima gente, muchas familias. Así como yo, mucha gente está muy agradecido, para mi familia es parte de la familia, desde el minuto cero estuvo con nosotros en el barrio, atenta a todo, mi viejo trabajaba todo el día para conseguir el pan y ella estaba ahí, ella y su esposo, Tito, otra persona gigante muy querida en el barrio", repasó.
"La recordamos como lo que fue, una genia, una ídola para nosotros. Estuvo en esos momentos malos pero también en los buenos, porque estaba todo el día alegra, se lucía en las fiestas, levantaba en todo momento las fiestas, disfrutaba mucho esas ocasiones, con su familia y sus seres queridos", dijo.
"Si ella estaba sentada afuera de la casa y uno se acercaba, ahí nomás comenzaba una charla, un consejo, su presencia va a estar siempre en el barrio Villa Lolita, que si me apurás te digo que le pondría el nombre de ella", sostuvo.
"La vamos a extrañar mucho. Un abrazo gigante para su familia y toda la gente que la conoció y la quiere, fue una persona increíble", finalizó Emanuel su mensaje.
El joven también posteó un recordatorio en Facebook a la memoria de Stella Maris. "En tu legado siempre va a quedar que podemos ayudar, pasarla mal con el otro, y ser feliz al mismo tiempo", dijo en su texto.