Un pueblo, que realmente quiere vivir en paz
Sra. Lili Berardi:
Con el afecto de siempre, me permito solicitarle ayuda para los argentinos que vivimos en Ashkelon, ciudad del sur de Israel y muy próxima a la Franja de Gaza.
Estamos buscando, especialmente en Argentina, un periodista que sea objetivo al informar lo que aquí ocurre, y hasta la fecha no lo hemos logrado.
Por citar un ejemplo, el corresponsal permanente “del gran diario argentino” comenta en una de sus notas que “hubo en Tel Aviv una gran manifestación de personas que piden dialogar con Hamas y terminar con la guerra, con lo cual, se resquebraja el frente interno del gobierno israelí”. Nada más alejado de la realidad.
En otra, que “un soldado fue sancionado con 14 días de arresto por negarse al ir al frente. ¿Tienen idea cuantos soldados componen el ejercito israelí? La verdad, la misma que muchos periodistas de todo el mundo se niegan a publicar, es que el Pueblo Israelí, como cualquier pueblo normal, no quiere esta ni ninguna otra guerra, pero estamos cansados de soportar, desde hace años, las constantes agresiones de los grupos terroristas que pululan en la zona y que “nos cazan como a patos”
Los dirigentes palestinos querían que Israel se retirara de Gaza. Se hizo así y a pesar de ello, siguieron lanzando misiles y morterazos (le repito, desde hace años, no días o semanas) sobre la ciudad de Sderot, primero y sobre otras muchas ciudades después. Desde el 26 de Diciembre en que terminó “la tregua” (que no fue tal, porque siguieron disparando sobre Israel) el cañoneo se ha incrementado considerablemente.
El citado corresponsal (llamativamente, hombre de la colectividad judía) se preocupa y es loable, por la suerte de los niños y ancianos que viven en la Franja.
Lo que nosotros lamentamos aquí, es que nunca haya hecho lo mismo con la suerte de los chicos que viven en Israel, entre los que hay judíos, árabes y cristianos. ¿O será que no valen la pena?
¿O será que es lícito hacer explotar un colectivo lleno de civiles o un restaurante o el bar de una universidad, mientras ello ocurra en Israel?
No me “mueve” la sangre hebrea porque no la tengo (tomé mi Primera Comunión de manos del Padre Celeste) me mueve la injusticia de la mentira a rajatabla contra un pueblo, que realmente quiere vivir en paz.
Durante mucho tiempo Israel pidió, en todos los foros internacionales, ayuda para solucionar, por vía diplomática, este problema.
No obtuvo nada. Ahora que se defiende, muchos se desgarran las vestiduras o tergiversan la verdad.
Le pido que me disculpe por abusar de su tiempo y por la ayuda solicitada.
Víctor Hugo Cozzani.
Ashkelon – Israel.
N. de la R.: Gracias por su carta. Independientemente de la visión y opinión que tenemos respecto del conflicto, no deseamos que se confirme la letal regla periodística: “la víctima fatal en una guerra es la información”. Por tal motivo intentaremos esta semana comunicarnos desde La Radio para escuchar su opinión y confrontarla con la que se emite en las cadenas internacionales de noticias.