Un millón de pesos por mes
La Asignación Universal por Hijo tiene cinco mil beneficiarios en San Pedro, lo que significa una importante inyección de dinero en la economía local. Aun así, falta comunicación para que los beneficiarios puedan saber cómo utilizar el dinero y muchos supermercados aprovechan la situación para tener cautivos a los clientes.
La Asignación Universal por Hijo de 180 pesos para cada niño hijo de desocupado o trabajador en negro tiene unos cinco mil beneficiarios en San Pedro, al menos en lo que corresponde a los meses de noviembre y diciembre, quienes recibirán en los próximos días las libretas sanitarias para cobrar el resto de 36 pesos que se retiene cada mes y que son abonados cuando se cumplen los requisitos de escolaridad y controles de salud.
Recién comienza a analizarse el impacto de esta medida, aunque el proceso inflacionario silencioso que se vive en el país y a cuya resolución la manipulación oficial de las estadísticas no contribuye en absoluto, implica una pérdida relativa de capacidad de consumo de vastos sectores que acceden al beneficio.
Sin embargo, en cada uno de los lugares donde la gente empezó a cobrar, los comerciantes coinciden en la importancia que tiene para las economías locales la masa de dinero que ingresa al circuito de consumo, especialmente en los locales que trabajan con tarjeta de débito, supermercados y comercios de barrio donde compran aquellos que sacan el dinero del cajero para realizar sus compras en efectivo.
Números locales
Según datos ofrecidos por la Anses local, en San Pedro hay unas 5.021 libretas a repartir, lo que significa unos 903.780 pesos que ingresan al circuito de consumo de la economía local. Teniendo en cuenta que las familias cobran 144 pesos mensuales –descontando los 36 que se cobran después, todos juntos– la inyección real mensual es de 723.024 pesos.
Cuando las libretas lleguen a cada domicilio, si todos cumplen con los requisitos habrá 361.512 pesos que corresponden a los beneficiarios por las retenciones de noviembre y diciembre.
El cálculo para los próximos meses en la ciudad, donde aún Anses está cruzando datos y recibiendo documentación para acceder al beneficio, es que hay unos dos mil hombres y mujeres en condiciones de que sus hijos reciban la asignación. Con un promedio de cuatro niños por desocupado o empleado en negro, se deduce que habría unos ocho mil niños para cobrar el dinero, lo que significa casi un millón y medio de pesos en los comercios locales.
El Presidente del Centro de Comercio local Daniel Biscia también dio cuenta de lo que significa para la ciudad la asignación: “Es una inyección de dinero muy interesante, aunque a nivel local los más beneficiados son los supermercados”.
Yo no sabía
Aun así, la situación es compleja respecto de la compra para los usuarios, porque no todos están al tanto de que pueden extraer el dinero directamente de los cajeros automáticos o realizar compras debitando de la cuenta mediante el sistema post net en los comercios adheridos al uso de tarjetas.
La confusión aparece porque muchas familias están acostumbradas al uso de la tarjeta del Servicio Alimentario Familiar de la provincia, SAF, que sólo sirve para realizar compras de alimento, a diferencia de la asignación, que puede ser utilizada en cualquier comercio que trabaje con tarjetas de débito y hasta implica la devolución al cliente mediante la acreditación en la propia cuenta del 5 por ciento.
De esta manera, muchos usuarios se han visto defraudados en su buena fe producto de ese desconocimiento, especialmente en supermercados y autoservicios de la ciudad.
Daniel Biscia informó a La Opinión que han recibido múltiples consultas al respecto, ya que la modalidad que utilizan algunos comerciantes aprovechando la falta de costumbre de los clientes ha sido la de obligar a los usuarios a agotar el monto de su cuenta en un solo comercio, bien realizando una compra de gran volumen o entregando un vale por el resto que queda luego de sumar el gasto realizado en una oportunidad.
Esto implica un ejercicio ilegal, una obligación indebida que deja cautivos a los clientes de un comercio en particular imposibilitando el ejercicio del derecho de consumir donde mejor le convenga o le venga en ganas.
La Asignación Universal por Hijo es una medida reparatoria que extiende el llamado salario familiar a aquellos que no son trabajadores registrados y tiene el mismo criterio: es plata que los niños cobran por el sólo hecho de venir al mundo.
Así, quienes reciben el monto, sea en efectivo o a través de tarjeta de débito pueden comprar en cualquier lugar adherido al sistema de post net o retirar el dinero del cajero en el caso de cobrar con tarjeta.
“Esto está pasando en los supermercados de origen oriental, que son los más en San Pedro, y en otros también”, dijo Biscia, y agregó: “Esos reclamos se tendrían que poder hacer en algún lugar, quedan cautivos, si no compran todo les dan un vale, es una barbaridad, hay muchas avivadas”.
Llegando los monos
El Gobierno Nacional analiza la incorporación de los grandes excluidos del sistema de asignación por hijo, los monotributistas, hoy únicos trabajadores que no acceden al beneficio. Según trascendió en la última semana, las máximas autoridades de Anses trabajan en conjunto con los ministerios de Desarrollo Social, Trabajo y Economía para cruzar los datos necesarios que permitan establecer su ingreso al programa. El propio Darío Bossi, titular de Anses, confirmó al diario La Nación que estudian la sanción de un decreto para llevar adelante esa inclusión, que abarcaría en el país a más de 150.000 personas que están inscriptos en las categorías mínimas del régimen de monotributo. En San Pedro hay 5.081 monotributistas de los que la mayoría corresponden a las categorías bajas. La inclusión de esos trabajadores en la asignación universal duplicaría la cantidad de beneficiarios y, por lo tanto, el dinero que ingresa a la economía local producto de ello.