Un mes con las manos vacías
El Domingo se cumplió un mes del asesinato del comerciante Daniel Pérez. Sus seres queridos aguardan Justicia. “Camerún” Díaz no aparece.
De aquella fatídica noche del 16 de Julio perduran más dudas que certezas sobre lo acontecido en el comercio de Maestro Reyna al 1300. Pasan los días y el entorno de Daniel Pérez, víctima fatal, aguardan impacientes que se haga justicia, que aparezcan los responsables.
Un detenido —luego liberado— y un prófugo son las actuaciones más firmes que se han desarrollado con respecto a la causa. La sensación ya no es la misma. La Justicia hizo su trabajo y la policía otro tanto, pero falta algo, quizás lo más importante, que aparezca el único sospechoso: Raúl “Camerún” Díaz.
Aunque resulte incómodo, los días que transcurrieron hasta que se decidió salir a la “pesca” de “Camerún” terminaron siendo una ventaja importante para provocar su huída. A pesar de los testimonios y los reconocimientos, el autor del disparo ha tenido el tiempo suficiente para alejarse de todo. Raúl Díaz es una persona con antecedentes, capaz de protagonizar incidentes como el que ocurrió y con una red de complicidades suficiente como para resguardarse y evadir su búsqueda, aunque no se sabe hasta cuándo. El terrible episodio se desencadenó cuando una persona ingresó al comercio y utilizando un arma intentó amedrentar a Daniel Pérez, su pareja Cintia y su padre Osvaldo.
El hombre —alto, morocho, de tez trigueña, pelo corto, vestido con una campera marrón— actuó con suma violencia. En un primer momento se dirigió directamente a la mujer, quien se encontraba trabajando en el minimercado. De inmediato, se interpuso Osvaldo Pérez y se sumó su hijo Daniel, quien comenzó a forcejear con el delincuente. Todo sucedió en cuestión de segundos. Cuando el sujeto parecía estar dominado, sorpresivamente descerrajó dos disparos; uno de ellos dio de lleno sobre el parietal izquierdo de la cabeza de Daniel. El atacante huyó de inmediato, aunque el propio Osvaldo Pérez extrajo un arma de fuego de su cintura y le disparó varios tiros que impactaron en el vidrio de la puerta de enfrente y en una lata de tomates que se encontraba sobre las góndolas. Una ambulancia del servicio 107 acudió al lugar del hecho para auxiliar a Pérez, quien yacía tirado y mal herido detrás del mostrador del comercio, en medio de un charco de sangre. Daniel Pérez fue trasladado a la guardia del Hospital, con una herida de bala en su cabeza y varios cortes sobre su cara, producto de la refriega que había mantenido con el delincuente. Lamentablemente, cerca de las 23.00 falleció.
Para la Justicia, la carátula del hecho sigue siendo Homicidio en Intento de Robo, aunque de aparecer “Camerún”, su declaración podría dar mayor precisión a la causa y disipar algunas dudas que se fueron transformando en versiones, como la pregunta sobre cuáles fueron los verdaderos motivos de su presencia en el lugar.